Expediente Bélmez, Fernando Figueroa Saavedra

Hoy traemos a Fernando Figueroa Saavedra que vuelve a la sección "¿Qué te cuentas?" para darnos a conocer a su obra Expediente Bélmez, obra de una temática que viene como cogida de la mano de la actual edición del concurso. Así que vamos a escucharle. ¿Cómo se te ocurrió esta novela que combina el género urbano y el paranormal? Todo partió de un personaje de mi novela Pentesilea: el Tralla. Me apetecía darle más cancha. Aparte, me interesaba dar visibilidad al barrio de Entrevías como escenario de una historia de ese estilo, y ahí entra que estableciese esa asociación entre los fenómenos que ubico en la calle de Bélmez en 1984 y los que acaecieron en el pueblo de Bélmez la década anterior, las famosas caras de Bélmez. Sinopsis ¿Cómo es eso de mezclar novela urbana con paranormal? Sinceramente, es una forma de rehuir el cliché de mansiones o castillos encantados y llevarlo a un paisaje de andar por casa, como es un barrio obrero. Igualmente, me apetecía meter a unos chicos de

DONDE VIVE EL RECUERDO | Nino Ortea


Hoy nos visita nuestro compañero Nino Ortea que viene a presentarnos y  hablarnos de su novela y de cómo fue su proceso de escritura.
    ¿A quién no le apetece leerlo?
   Recibamos pues con un fuerte aplauso a Nino Ortea junto con su novela:

DONDE VIVE EL RECUERDO, de NINO ORTEA

Agradezco la oportunidad que El Tintero de Oro nos da a los autores autopublicados para compartir detalles del proceso de escritura y autoedición de una de mis publicaciones. En mi caso, voy a centrar esta “charla” en la novela Donde vive el recuerdo, la cual lleva disponible en Amazon desde agosto de 2019. 
    Voy a afrontar la presentación de la obra como si esta fuera una entrevista realizada en directo. Para ello, usaré como pauta personalizada las preguntas que El Tintero de Oro nos planteó como orientación informativa en su texto de presentación. Redactaré el texto en una sesión para así unificar su ritmo y su narración. Por ello, evitaré corregir en exceso el texto (os pido disculpas por las faltas y despistes que encontraréis en él); sé que si le doy muchas vueltas, acabaré sin enviarlo. 

¿Cómo nació la idea de tu libro? 

Donde vive el recuerdo es una novela antológica que, en sus 339 páginas, agrupa y corrige el contenido de tres novelas breves cuya publicación serialicé en 2016: «Castigado a vivir», «Obligado a convivir» y «Condenado a revivir».  
    Esta novela nació con la idea de ser un cuento fantasmagórico. En el primer borrador, escrito en 2012, ese cuento se titulaba «Amor de madre» y formaba parte de un proyecto que me había marcado en mi eterno proceso de aprendizaje narrativo: escribir una historia con componentes fantasmales inspirada por la primera canción que escuchara en la radio. Sonó “Amor de madre”, tema de la banda Danza Invisible, pero el relato que escribí no tenía nada que ver ya por entonces con la historia que canta la canción… Este relato lo recogí en la antología de 2017 «Nada ha sido probado», que también autoedité en Amazon. 

¿Cómo fue el proceso de escritura?

El proceso fue autodidacta y empírico, basado en prueba-error. Se vio limitado por el hecho de que por entonces no contaba con acceso a Internet. Esta limitación ha moldeado mi forma de abordar el proceso de escritura creativa –ya sea el de una novela o el de un cuento–: suelo redactar a mano, busco la información necesaria en mi memoria o en mi biblioteca, lo corrijo a la par que lo tecleo en un procesador de textos, imprimo el borrador, dejo que se enfríe su recuerdo, pasado un tiempo hago una primera lectura-corrección pausada (sufro déficit de atención y migraña crónica) y al finalizar este proceso de lectura correctora, decido si convierto ese texto –lleno de correcciones y anotaciones– en una creación literaria. 
    Una de las grandes ventajas de escribir a mano es que puedes hacerlo en casi cualquier lugar y momento. Me gusta escribir solo y en espacios públicos, donde me oxigenen y estimulen tanto el aire libre como la observación de las vidas ajenas. La corrección la hago en casa, en silencio y por etapas. Convertir el borrador en un texto literario es un proceso abierto, en realidad ninguna de mis ficciones está acabada, y las autoedito cuando siento que han alcanzado una estructura sólida. 

¿Cómo preparaste la portada?  

La portada de Donde vive el recuerdo es una fotografía de una casa de campo que, sorprendentemente, pervive en el centro urbano de Gijón. Saqué la fotografía con el teléfono durante un paseo casual por sus inmediaciones. La edité con el programa “IrfanView” para adecuarla a los requisitos de Amazon. Salvo la imagen de la antología «Mirador» –autoría de la escritora Clarisa Tomás Campa–, todas mis cubiertas lucen fotografías propias sin editar. 


¿Recurriste a un corrector profesional o a lectores beta? 

Es un recurso que sé que es necesario, pero no me lo puedo permitir en lo económico. Autoedito mis obras confiando en que alguien que las lea se ofrezca a ayudarme en su depuración literaria. Necesito la figura de un editor externo, pero no la he encontrado. Sí he contado con conocidos que oficiaron de “lectores beta”, pero fueron demasiado respetuosos con mis textos y comprendí que los ponía en un compromiso al pedir su colaboración. 

¿Alguna anécdota durante la escritura o la publicación? 

Al tener Donde vive el recuerdo un sustento de evocaciones falseadas, varias personas de mi entorno afirmaron reconocerse en situaciones que novelizo y que no tienen ninguna conexión con ellas.  
    La publicación es siempre sorprendente y reconfortante: me vivifica sostener el primer ejemplar de cada obra. En este caso fue especial pues su edición iluminó un momento personal oscuro. Su escritura me ayudó durante un proceso en que tenía que tomar una decisión transcendental. Sus posteriores reescrituras han suavizando el “yo” e intensificado el “nosotros”. 

¿Lo has presentado en alguna librería o biblioteca? 

No me lo he planteado.

¿Algún lector te ha contactado? 

Sí. Y mantenemos el contacto. Incluso hay una lectora que cuando viene a Gijón siempre quedamos.  

¿Lo enviaste a editoriales, concursos, etc… o decidiste de inicio autopublicarlo? 

Uf, a ver cómo te contesto sin delirar. 
    Mi proceso de escritura es parecido a un acto de posesión en el que una personalidad literaria toma el control de lo que escribo. A esa personalidad creativa la llamo “Nino Ortea”, y lo que hace es escribir de manera automática una historia que parece que alguien le esté dictando. 
    Una vez acabado el texto, lo leo y decido qué hacer con él. A esa personalidad literaria que oficia de puente entre mi natural lector y mi condición de escritor la identifico con mi apodo “Nino”. Hasta ahora, esa personalidad redactora siempre ha visto mis obras como trabajos de aprendizaje. Trabajos que incluso no depuro del todo en su componente personal a fin de mantener ciertas autorreferencias creativas que me ayuden al abordar el proyecto siguiente. Por ejemplo: en Donde vive el recuerdo prima la narración en primera persona, pero hay capítulos o fragmentos en los que recurro a otro tipo de narrador. Recurso que en unos casos viene impuesto por las necesidades narrativas, pero en otras en una mero ejercicio rupturista o una solución tangible a una duda que me planteo. Por ejemplo: la entrega titulada «Castigado a vivir» –la primera vez que autoedité de manera serializada esta novela– presenta sus páginas sin numerar y los capítulos empiezan al acabar el otro en la misma página. Con ello buscaba reproducir la manera en que escribimos un texto personal sin ambiciones literarias: aprovechamos el papel y no numeramos las páginas. Esta decisión dificultaba la lectura de lo que sí era un texto con ambiciones literarias, por lo que en las dos siguientes entregas, y en todo, las páginas están numeradas y los capítulos aparecen separados, incluso recurro a notas a pie de página para contextualizar o informar. 
    Presentar los textos a un concurso o a una editorial requeriría normalizarlos, adecuarlos a unas pautas de convocatoria o estilo. Esa normalización los privaría del único componente que los diferencia de otros cientos de obras que se presenten a esa convocatoria: mi impronta. Mis relatos o novelas no son grandes obras dentro del canon literario. Necesitan de un acabado editorial que no sé darles (no soy un gran escritor, pero sí soy un gran lector y noto esa carencia). De ahí que, cuando me noto con bravura, opte por autoeditarme para evitar que esos trabajos de amor queden perdidos, como han quedado tantos. 
    Para autoeditarme invoco la personalidad de “Marcelino”: él es mi editor y representante literario. “Marcelino” tiene una autoeditorial, Librelena, que es la que me publica, para lo que recurre a los servicios de impresión y distribución de Amazon.  


    Ahora te estoy escribiendo como Nino –mi apodo en la vida real–; que, además de ser uno de mis  heterónimos literarios, oficia de agente de prensa de Nino Ortea. Disculpa lo extenso de mi respuesta, confío en no haberla convertido en una divagación. 
    Sí que presenté mi primera obra –un libro juvenil– a varias editoriales. Sólo me contestó la editorial Everest. El resto, silencio. Del silencio no se aprende, por lo que decidí hacer de la autoedición de mis fabulaciones un taller de aprendizaje creativo. De ahí que todos mis libros, incluido este, hayan salido a la venta sin que les aplique margen de beneficio económico, ya que considero que lo que ofrezco no son obras comerciales, sino trabajos literarios. 

¿Qué personajes y situaciones nos encontraremos en la novela (sin spoiler, claro)? 

Donde vive el recuerdo hace un recorrido por los recuerdos vitales de su protagonista, Fernando Rivas, quien es también el narrador de la historia a través de su flujo de conciencia. Escribe sus recuerdos, impresiones y suposiciones de cara a que ese volcado de sentimientos en palabras lo ayude a decidir si ponerle a su vida un punto y aparte o uno final. La trama está ambientada en los últimos años de la dictadura franquista y en los primeros de la Transición. En la narración impresionista en primera persona predomina un tono melancólico y descriptivo, con el que Fernando intenta poner en orden sus memorias sobre los sucesos que precedieron a una tragedia que marcaría su vida para siempre. 

¿Qué pretendes que el lector saque de su lectura? ¿Para qué lector está indicada? 

Mi única pretensión al compartir un texto, ya sea en el blog o impreso, es la de no hacer perder el tiempo a quien me dedica su atención lectora. Mi novela no es autobiográfica, es una ficción narrativa –que busco que resulte entretenida a sus lectores– y una reflexión sobre la valía del deseo de autoengaño para sobrevivir ante la realidad impuesta. 
    Es una novela dirigida a un lector indefinido: por mi experiencia en el blog he descubierto que un texto que pienso que es personal y efímero puede ser compartido por un lector de otro lugar y en otro tiempo. Mis personajes dan voz a constantes humanas como la fricción entre individualidad y sociedad, la disfunción entre libertad y soledad, la confusión entre amor y entrega… Al igual que nosotros, mis personajes son individuos sociales, y, al igual que sufrimos nosotros, su sociedad no tolera la individualidad. 

¿Cuáles fueron tus influencias o fuentes de inspiración literaria? 

No tengo ninguna influencia literaria marcada. Leo por impulso o capricho. Básicamente, narrativa de ficción. Son muchos los libros que empiezo a leer, pero pocos los que acabo. No soy dado a la admiración ni a la contemplación. Llevo toda la vida leyendo, viendo y escuchando obras de “cultura popular”. Los tebeos generalistas, el cine de entretenimiento y la música pop-rock son mi mayor influencia; mucho más que cualquier movimiento o género literario.  
    Y la inspiración… es como un acto de posesión (tal y como te he escrito antes). Cuando la inspiración crea melancolía procuro no compartirla, que no pase del escrito en papel. Busco que mis textos compartidos comuniquen esperanza. Mis dos novelas tienen un final esperanzador.  

¿Cuáles son tus proyectos futuros como escritor? Y de paso, ¿cuál ha sido tu trayectoria hasta ahora? 

Tengo varios. Estoy intentando buscarle el sentido a una serie de cuentos y ensayos que escribí durante estos tres últimos años. Tengo dos novelas inacabadas desde antes de la pandemia (no sé cómo finalizarlas, ya que no tengo la misma sensibilidad que entonces) y un proyecto que llevo escribiendo desde hace 17 años (una distopía de aventuras coloniales). En principio no planeo autoeditarlos si logro acabarlos. De hacerlo, creo que los presentaré a cauces editoriales. De hecho, es ese intento de normalización (hasta ahora fallido) lo que me ha impedido acabar de escribirlos. 
    Mi trayectoria creativa “profesional” ha transcurrido y transcurre fuera de la narrativa de ficción. Trabajos de articulista, ensayista o traductor español-inglés-español. Trabajos colaborativos anónimos para agencias de servicios lingüísticos o culturales. 

¿Dónde podemos comprar la obra y dónde podemos conocer más de ti (entrevistas, blogs, podcast, publicaciones previas…) 

«Donde vive el recuerdo» está disponible en Amazon.  

Clica en la portada para conseguirlo


Para saber más de mi personalidad literaria os invito a que visitéis su blog Ven y enloquece. A mi persona la encontraréis, habitualmente, en los comentarios. Para conocer el trabajo de mi componente editor, os animo a pulsar en este enlace. 

Te agradezco, afable leyente, tu tiempo de lectura de introspección. Y agradezco a El Tintero de Oro su constante y trabajado apoyo a las creaciones de otros. 

Gracias. 

Nino. Gijón, 22/23-IV-23 


Muchas gracias a ti, Nino, por contarnos tu experiencia y hablarnos sobre tus libros. ¡Te deseamos muchos éxitos!

¿Y vosotros? ¿También queréis hablarnos sobre vuestro libro? Pues solo debéis enviarnos vuestro texto al mail eltinterodeoro@hotmail.com. Visitad la entrada Queremos que nos hables de tu libro para que tengáis una idea de las cosas que queremos que nos contéis.

¡Saludos tinteros!

Comentarios

  1. Hola Nino, muy interesante tu proceso de escritura y autoedición. Yo los admiro mucho a los que han dado ese paso pues hay que sortear muchos inconvenientes. Deseo que sigas escribiendo y teniendo proyectos de escritura y que tengas muchos lectores. Saludos y gracias por compartir.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, Ana:
      Muchas gracias por tus buenos deseos, compañera.
      Sí, por suerte mantengo el ánimo creativo. De hecho, aunque cuando escribí este texto aún no lo sabía posible, autoeditaré pronto una antología realizada por la escritora Clarisa Tomás Campa.
      Gracias, Ana.

      Eliminar
    2. Quiero agradecerle, con retraso, al compañero Pedro su cuidada maquetación de este texto; a la vez que le pido disculpas por le trabajo que le habrá acarreado solventar mis fallos de reacción.
      Gracias sinceras, Pepe.

      Eliminar
  2. Aqui estoy leyéndote
    ellos te darán lo que te falta
    y así lo hizo se conectó-
    Nunca tuve una palabra linda
    pero el problema es mío no de él
    No hay que esperar nada cuando das algo
    Espero que hayas vendido libros es lo unico importante para el Va vien como la ola del mar saludos Nino algún día triunfarás

    ResponderEliminar
  3. Hola, David:
    Gracias por tu tiempo, ahora y desde siempre.
    Gracias por tu apoyo, de mi parte y de la de mis compañeros.
    Disculpa las molestias que te habrá creado la edición/corrección de esta “entrevista”. Si hubiera dejado que el texto se enfriara no te lo habría enviado.

    Un abrazo desde donde vive el agradecimiento, David.

    ResponderEliminar
  4. Amena e interesante la presentación. Gracias.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, Macondo:
      Gracias por tus palabras de aprecio.
      Mi soliloquio había quedado algo locuelo, es gracias a David que ha adquirido este tono ameno e interesante.
      Un abrazo, compañera.

      Eliminar
  5. Hola, Nino. Enhorabuena por ese trabajo de reelaboración fundiendo tus tres novelas. Imagino que te habrá quedado buen sabor al unirlas, quizá esa sensación de completud, de antología de tu recorrido literario por la novela. Yo ahora estoy tratando de unir todos mis relatos en un libro, más que nada para concluir una etapa de mi vida; pero es muy, muy arduo.
    Me llama la atención lo del alter ego creativo y esa otra parte tuya que lo observa y dirige desde afuera.
    La portada es preciosa, evocadora. Seguro que el libro también, y con toda la humanidad que naturalmente trasmites.
    Gracias por todos los detalles sinceros y la información que nos das. Espero leerlo cuando me vea con tiempo, así como los libros de los otros compañeros.
    Mucho éxito!
    Un abrazo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, Maite:
      Es siempre reconfortarte leerte, como lo es escucharte en tu canal de YouTube.
      En hora buena me junté a vuestra compañía, unión que me permite compartir vivencias que pasan de ser mías a ser nuestras.
      La fusión de mis tres novelas me dejó el sabor grato de haber superado un reto y de presentar la historia como me apetecía (re)contarla. Como bien indicas, el trabajo fue reelaborarlas, ya que por entonces no estaba en el mismo estado anímico en el que las había escrito. De hecho, más allá de aprovechar para corregir faltas y errores –que harán sido sustituidos por otros despistes–, limé con cuidado sus aristas de nihilismo. El resultado no fue una nueva novela, pero sí una versión diferenciada, de ahí que decidiera dejar la versión “serializada” que, aunque más irregular, es la más fiel a mi forma automática de escribir.

      Ánimo con la conclusión de tu antología de relatos. Imagino que tu voluntad de concluir esa etapa en tu vida te determinará a solventar lo arduo del trabajo.

      El tema de mi relación con mis alter egos –sí, tengo varios– es complicado de entender hasta para mí. De hecho son muchas las veces en las que he-hemos escrito sobre esa disociación creativa. Para mí, escribir ficción no es un acto rutinario ni de voluntad, es algo imprevisto. Ese imprevisto controla lo que escribe y yo decido si lo comparto y cómo hacerlo. Ese distanciamiento, esos apagones explican mis altibajos en calidad, enfoque e interés dentro de un mismo texto si no lo escribo de una sentada.
      Gracias. La fotografía me pareció cautivadora en cuanto la saqué. El tratamiento gráfico que le ha dado David la realza.

      Gracias por tus constantes muestras de aprecio personal y creativo, Maite.
      Un abrazo.

      Eliminar
  6. Hola, Nino. Siempre resulta interesante conocer por boca, o de la mano, de un autor sus cuitas literarias y cómo llegó a escribir y publicar su obra. Creo que los autores noveles, como nosotros, podemos compartir y coincidir en muchas experiencias, y a mí, personalmente, la que más me interesa es la búsqueda de una editorial "seria" que apueste pos nosostros. Mi caso, como creo haber contado en la entrada que este blog me dedicó, fue muy frustrante y no solo por el silencio de la mayoría de editoriales con las que contacté, sino también por las ridículas excusas de las que sí tuvieron a bien contestarme.
    Te felicito, pues, por haber emprendido esta aventura y te deseo mucha suerte, que, en la mayoría de casos, sin ánimos de ser pesimista en exceso, se nos resiste, pues es este un campo muy complicado y con mucha competencia.
    Un saludo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, Josep.
      Sí, me resultó interesante el leer tus reflexiones y las de José.
      En nuestro caso nos une el haber abordado la autoedición canalizando nuestras a través de Amazon. Y el, pese a nuestros añitos, ser autores nóveles en el mundo editorial industrial.
      Nuestras experiencias convergen y divergen, eso es lo bueno y lo mayéutico de la escritura y lectura de estos textos que David nos permite compartir en su blog.
      No busco una editorial “seria” –quizá mi subconsciente espera que me encuentre–, ya que soy consciente de mis limitaciones literarias y las de mis textos (otra cosa son los anhelos de mi heterónimo). No adquirí la formación que te esforzaste en adquirir, ni siquiera leo textos teóricos sobre “el arte de escribir”; por lo que entiendo que lo primero que debo hacer sería solventar mis carencias formativas: apuntarme a talleres y concursos, leer manuales y ejecutar sus prácticas. Pero no me apetece: nunca he sido buen alumno, salvo de mi experiencia. Y sigo experimentando en la autoedición en Amazon. Por placer anímico y estímulo intelectual.

      En el plazo de unos meses, Dios mediante, habré autoeditado mi decimotercer título, que será una antología realizada por la escritora Clarisa Tomás Campa con textos que he publicado en mi blog a lo largo de quince años.

      No tengo ninguna experiencia amarga asociada a la autoedición. Ni mis obras han sido mal tratadas por Amazon –sus fallos editoriales son los míos al editarlas–, ni he sentido traicionadas mis expectativas de venta –cada venta es un milagro–. Mi problema con la autoedición estaba en mis limitaciones: ya no sabía cómo hacer algo que me estimulase.
      Gracias a mi amiga, Clarisa, vuelvo a estar ilusionado con una publicación “ninera”. Así que sólo puedo estarle agradecido a la autoedición: me ha permitido calmar inquietudes, encontrar la amistad verdadera y conocer a personas interesantes, como los compañeros que conformáis esta comunidad encabezada por David Rubio. Y quizá en la autoedición, como en la vida, aún me queden experiencias fascinantes por descubrir.
      Un abrazo, Josep.

      Eliminar
    2. Saludos, Nino, has recorrido un camino bastante largo y bastante ingenioso, diría yo al juzgar por los títulos de tus colecciones y la manera de organizarlas. Es claro que publicar es una misión ardua, al ver ello por eso opte por Amazon, aunque aquellos que viven en España de pronto tienen una ventaja: Poder encontrar al menos UNA editorial con quien trabajar. La cuestión es diferente si uno está situado en otro país (y algunas veces países con idiomas completamente diferentes al que uno escribe). Ahora bien, la ventaja de Amazon sería la de su línea de suscripción en la que uno puede obtener libros gratis, aunque la verdad no conozco alguien con esa suscripción y yo he estado abrazando la idea de tener una a fin de leer algunos temas. Ahora bien, con este tema de los talleres: SI, pero NO, es decir, yo diría que SI para conocer más allá de la propia metodología, pero NO en el sentido de no utilizar fórmulas: Alguna vez tomé un mini curso de escritura basado en el cuento "La gallina Degollada" del escritor Horacio Quiroga, para demostrar el punto de que un cuento narra 2 historias opuestas que se enlazan en un nudo sorprendente.... en fin supongo si, la gallina es un buen cuento, pero el método de hacerlo fue bueno para Quiroga, pero no para lo que yo hago. O sea, tratar de usar los métodos y línea de pensamiento de autores que han destacado, quizás no le sirva a uno.... (o quizás si). En fin que ya tengo tarea.... Conocer tu obra....

      Abrazos Nino, me alegra que te hayas sumado a esta aventura de promocionarse.

      Eliminar
    3. Saludos, José:
      Sí, compañero, uno de los privilegios de escribir fantasías es que te permite llegar a reinos fantásticos como ARAGCA y conversar con el señor de ese reino mientras paseamos por un museo de la confusión de trazado sugerente.

      Pensar títulos para las obras y cómo organizarlas en colecciones es otro de los alicientes de autoeditarse, como bien sabes. Creo que ayudan a organizar el tránsito por ese zoco infinito que es Amazon.
      Su servicio “Direct Publishing” está pensado para referencias escritas en inglés. El simple hecho de que tu nombre lleve tilde ya dificulta la gestión de tus obras. La dificultad idiomática se agrava con autores que, como tú y yo, nos inventamos palabras. Y ya en casos como el que mencionas de escribir en idioma ajeno al asociado al espacio desde el que editas, la situación debe de volverse muy dificultosa. Eso sí, imagino que si usásemos las plantillas de Amazon y contratásemos sus servicios editoriales, bailaríamos un vals nupcial. ¡Pero lo nuestro es el rock, José!

      No compro en Amazon. No tengo tarjeta de débito. Los ejemplares de mis obras los adquiero mediante allegados. No sé cómo funciona el servicio KDP. Tengo todas mis obras con esa opción activada para que quien lo tenga contratado lo pueda leer. No busco ganar dinero con mis autoediciones –no les marco beneficio–, pero sí que me fastidia que quien lo lee “by the face” no lo comente o deje un simple “gracias”. La edición en formato electrónico es la que me da más problemillas, ya que subo una versión personalizada para entretenerme editando en XML. Y Amazon siempre me echa atrás las primeras versiones. Subo el mismo archivo, con variaciones numéricas, hasta que finalmente lo aceptan.

      El tema de los talleres lo intenté una vez. Me apunté a uno municipal y gratuito, en el que el resto de integrantes eran féminas. Me trataron como un analfabeto funcional, recelaban como si temieran que hubiese ido allí de ligoteo. Sólo asistí a una sesión. Mi situación económica no me permite apuntarme a un cursillo de pago. Así que aprendo empíricamente.
      ¡Qué grande es Horacio Quiroga! Su antología «Cuentos de amor de locura y de muerte» es un tesoro.
      No uso conscientemente ninguna metodología, aunque por deformación formativa mi análisis crítico bebe de la Semiótica. Y salvo por la música de Prince y el cine de Lynch, soy ateo a deidades creativas.
      Si quieres leer alguna de mis obras, te la puedo enviar por correo electrónico en PDF. Así evitas gastos innecesarios al poder hacer una lectura previa y decidir si te interesa.
      La aventura y el placer están en conocerse. Promocionarse es una tortura para esta tortuga.
      Un abrazo, señor de ARAGCA.

      Eliminar
  7. ¡Hola! Gracias Nino por compartir el devenir y el facere particular en tu íntimo mundo literario. La edición la comparo como un sueño lúcido, por ello mi enhorabuena por ese aprendizaje al que has llegado cuando atravesaste por primera vez esa puerta onírica. Son muchas las apreciaciones de tu escrito, tal vez me quedo con unas de las últimas: esas tres constantes humanas que tus personajes dan voz y que me han dado que pensar en los avatares que giran a nuestro alrededor cuando nosotros andamos amarrados a un eje que pensamos es real y en muchos casos es ficticio. Son mis divagaciones. De nuevo, gracias compañero. Un abrazo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Hola, Emerencia!
      Gracias a ti por compartir mi venir enloquecido.
      Mi mundo literario, como el mundano, es muy íntimo y personal. Personalizo en lo que puedo mis interacciones, de ahí que la autoedición sea mi forma de actuar en la realidad editorial.
      Creo que la edición, entendida con actitud sana, de tu obra debería ser el fin de un sueño. Para así poder volver a soñar, aunque sea que vivimos dentro de un sueño editorial. Pero ése no es mi caso: me quedo atrapado en mis sueños. Y reescribo sueños ya soñados. Esta mezcla entre consciencia e inconsciencia creativa, me lleva a un estado de vigilia que me adormece pero no me permite dormirme.

      Tus divagaciones son muy tuyas, compañera, pero al publicarlas nos permites sentirlas nuestras. La frontera entre realidad y ficción se transita gracias a los puentes de la voluntad y el azar. Somos escritores por un ejercicio de nuestra voluntad y gracias a que el destino nos acerca lectores.
      Un abrazo, Emerencia.

      Eliminar
  8. Niño, sabes que me ha encantado esta novela y que no vi en ella tantos fallitos. También me gustó mucho "La gata vio al asesino". Y me gustaría que la continuarás, plis. Besos!! 😘😘

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, Maite:
      Sí, lo sé. Y gracias por hacérmelo saber y sentir. Sus “fallitos” no conforman una cordillera pero sí una sucesión de dunas.
      Tengo planes para Cloe y el resto de la panda. A ver si me pongo a ello, ya que he escrito varios capítulos de su continuación.
      Un abrazo, Maite.

      Eliminar
  9. Qué bien que tengas nuevos planes de publicación, Nino! Y que no seas supersticisoso por eso del libro 12+1. Besos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, jovial Ángela:
      Sí, tengo planes que confío en que el peso de la realidad no aplane.
      Siempre he pensado que para ser supersticioso necesitas creer en la existencia de un plano espiritual. Y no soy persona espiritual. Sí que creo en la suerte, pero no en la asociada a la numerología (a menos que tengas la suerte de saber contar las cartas en una mesa de póquer).
      Un abrazo, Ángela.

      Eliminar
  10. Enhorabuena por tu esfuerzo, y muchas gracias por contarnos estos detalles que, al menos a mi, me sirven bastante.

    La sensación que me produce tu experiencia, junto a lpas de las otras personas que también han contado como y por qué publicaron sus libros, me resulta amarga: ¿Cómo es posible que este talento y esfuerzo no encuentren la repercusión que merecen en este mundo de hoy que se pasa la vida viendo y leyendo gilipolleces?

    Creo que es un sintoma más de la decadencia cultural y ética de la sociedad en que vivimos. Tal vez mientras queden personas dispuestas a escribir sus historias y crear sus libros tengamos alguna esperanza.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, Isra;
      Gracias a ti, compañero, por este comentario animoso.
      Me alegra que este relato de mis experiencias te haya sido útil. Lo que me fastidia es haberte trasmitido esa experiencia amarga, ya que no siento amargura alguna: de hecho, en unos meses habré autoeditado otra obra junto a la escritora Clarisa Tomás Campa. Me temo que esa trasmisión errónea se debe a la melancolía que muchas veces siente mi personalidad literaria. Mi heterónimo funciona como escribano –articulista o traductor– y se pregunta qué le impide hacerlo como escritor –creo que lo limita lo mismo que lo posibilita en lo anterior: cuida en demasía el estilo–.
      De sentirme fracasado o derrotado no persistiría en autoeditarme. Es más: tener en mis manos un ejemplar de libro que he ideado, escrito, corregido, editado y maquetado me da mucha satisfacción; incluso pasados años de su publicación. Me encanta leerme, quizá me encante demasiado, ya que soy el autor al que más releo.

      Gracias al desarrollo de la tecnología, podemos canalizar nuestras inquietudes creativas. Son miles los libros que se publican anualmente en España, ya no te digo en español. Confiar en que tu obra va a repercutir en los demás es fútil. Ya en el patio del colegio aprendimos que el contar con reconocimiento de otros tiene más que ver con la suerte que con la valía. ¡Pobre de quien nazca feo, quizá la vida le sonría, pero él siempre sentirá que los demás se ríen de él! La apreciación personal es fundamental. De ahí que no me creo a esos fariseos que, con obra publicada, afirman no sentirse escritores. No necesito que los demás me digan lo que sé de mí. Ni que me den su marchamo de valía, salvo en contextos de escala de poder.
      ¿Soy escritor? Sí, lo soy; por voluntad y capacidad; no porque me lo diga mi vecina o cualquier “yonimentero”.

      Soy decadente. Dejando a un lado mi provecta edad, el Decadentismo me resulta fascinante (son varias las entradas que le he dedicado a ello en mi blog). Creo que estos tiempos nuevos son tan injustos como lo fue cualquier otro pasado. Y cualquier sociedad es patética en su ética de asimilar la valía con el reconocimiento social.
      Mantengamos la esperanza antes de que Pandora entre en danza.
      Un abrazo, Isra.

      Eliminar
  11. Hola Nino un placer conocerte un poco más, de ti y de tu trayectoria literaria. De tu proceso creativo que es doblemente creativo y hasta espiritual. Te deseo mucha suerte con tus próximos proyectos. Un abrazo y nos seguimos leyendo y escuchando por estos lares.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, Ainhoa:
      El placer es compartido, compañera. Hace poco habéis publicado obra y confío en que, sin obrar milagros, sí que os haya dejado satisfechas.
      Es proceso creativo es a la par recreativo, de ahí su doble efecto saciante: como el de esos cucuruchos con dos bolas de helado.
      Gracias por tus buenos deseos y por tu buen escribir. De entrada, la suerte está echada, pero no dormida. Esta echada a la mar del destino, no dormida en los laureles. Y esa mar, de navegación incierta, me acerca a tierras antes extrañas y ahora amigas, como las vuestras. La suerte, por suerte, no me es ajena. Nada habría sido sin ella, habría naufragado en el primer temporal.
      Un gran abrazo, Ainhoa.

      Eliminar
  12. Hola Nino, encantada de saber algo más de ti y tu trayectoria literaria en este mundo tan arcaico. Te deseo mucha suerte con tus proyectos literarios y desde luego que seguimos en contacto leyendonos por estos lares. Un placer. Abrazos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, Nuria:
      Este mundo puede ser arcaico, pero nuestros actos no son arcaizantes: tienen ese regusto rupturista de revindicar nuestra condición de artista. El arte está en la vida y se almacena en los museos. El arte está en la humanidad de venir a apoyar a un compañero apenas conocido. El arte está en actos generosos como animar y desear suerte a quien sentimos como igual por compartir nuestra condición artística o nuestros condicionantes vitales.
      Un abrazo y mis mejores deseos, Nuria. El placer es mutuo.

      Eliminar
  13. Hola Nino, he leído con muchísimo respeto todo tu camino para publicar. Yo todavía no me he animado a ponerme en ese camino y no sé si algún día lo lograré. En común tenemos el escribir a mano la mayoría de los textos. Recién ahora me estoy adaptando al procesador, pero no en poesía por ejemplo. Me acuerdo de Mario Benedetti a quien conocí personalmente, que no necesitaba ni una mesa. Con su cuaderno y una lapicera le alcanzaba. La tecnología de hoy es importante porque es el mundo en el que vivimos, pero como se dice: "Ca uno es ca uno, y ca cual es ca cual". La última palabra la tiene lo que hay que decir. He leído los relatos con los que participas en el Tintero con muchas ganas. Puede gustarme más uno que otro pero siempre me resultan interesantes. Gracias a la tecnología, David nos ha dado entre otras muchas cosas, la posibilidad de compartir muchas miradas sobre retos comunes; yo te agradezco tu lectura atenta mis relatos. Aprendo siempre de todos. Te deseo lo mejor y mucho más obra por delante. Un abrazo transoceánico.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, Juana:
      El estímulo es mutuo, compañera. Leerte es siempre estimulante. Tu relato “A la sombra de eso, bajo la mirada de aquel” ha sido una de las lecturas que más he disfrutado en tiempo, dentro y fuera de los blogs.
      No puedo ni imaginarme la riqueza de tus conversaciones con Mario Benedetti. Fíjate en lo inmenso de mi incultura, que no supe de Benedetti hasta que Joan Manuel Serrat le dedicó un disco. Mis escritores favoritos siempre han sido los letristas de canciones y los autores de pintadas.

      No en la pared y con pintura, sino en papel y con lápiz, me gusta escribir mis cosas. Epifanías que muchas veces no pasan de ser frases inconexas. Fabulaciones que difícilmente hago realidad al convertirlas en relatos. O impresiones que no tienen vida fuera de mi interior.
      La tecnología es un recurso mágico. Obra milagros en lo personal y en lo creativo. Posibilita que los sueños artísticos se hagan reales o que nazcan relaciones personales. En mi caso, no me habría autoeditado de no ser por la accesibilidad tecnológica. Pero… mis problemillas y mis caprichos –es decir: mis limitaciones– hacen que no la use lo bien que debería y, en muchos casos, la evite.

      Me es inevitable agradecerte tanto tu creatividad como tu amabilidad, Juana.
      Otro abrazo transoceánico.

      Eliminar
  14. Una charla fantástica, Nino. Un texto que rebosa sinceridad donde planteas un montón de reflexiones muy interesantes. Me ha encantado conocer tu proceso creativo y esos alter ego en que te desdoblas para mantener la distancia, quizá, respecto a lo escrito. Enhorabuena por el trabajo y gracias por compartirlo con nosotros.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, Marta:
      Si conversar ya es algo fantástico, lo de charlar es prodigioso: todo un bálsamo de Fierabrás que palía magullones y heridas que resultan de nuestro embestir a los monstruos y molinos de la realidad.
      Sí, he aprovechado esta oportunidad generosa de David y Pepe para dar presencia pública a mis presentes íntimos a la hora de apalabrar mis ilusiones/obsesiones. Mis “alter egos” literarios son hermanos de mis facetas humanas. De ahí que la identificación de mi heterónimo principal esté compuesta por mi apodo afectivo y mi apellido real. Él no existe, pero lo que lo conforma es real, al igual que lo es lo que lo inspira.
      Gracias a ti, compañera, por estar siempre aquí donde lo humano prima sobre lo literario.
      Un abrazo, Marta.

      Eliminar
  15. Hola, Nino: interesante, tu proceso de escritura.
    Curiosamente, este mes de mayo estuve "paseando" por tu blog en una relectura apasionante, como bien sabes. Y ahora al leer esta entrevista , aquí el Tintero (un blog realmente extraordinario y generoso), comprendo que aún me queda mucho por conocer, no sólo de Nino "escritor", y su evolución por diferentes estados y que explicas de forma sincera y magistral, diría, porque siento haber asistido a una clase y que a través de ese aprendizaje tuyo, los que te leemos, también aprendemos sobre ese proceso del escritor; sino de Nino "editor", "maquetador" y yo diría "artesano" de la palabra. Impresionante!
    Tus libros (los que leí, no los 12, pero casi, casi...) me parecen elogiables por esa verdad que alcanza.
    Y en concreto, hablando de esta novela (resumida de las tres series anteriores, como bien explicas y sin pretender spoiler, el pasaje 05 de "Amor sin barreras", me fascinó y no sé cuántas veces lo he leído, incluso a mamá (ya sabes, le hizo recordar la aventura de mi padre y ella en su noviazgo, je). Y eso es lo maravilloso de tus libros, tus personajes, sencillos y cercanos, en los que cualquier lector puede verse identificado en algún pasaje o enredo. También otro lado positivo de tu escritura es que no es nada afectada, y sabes darle ese tono alegre o irónico, dentro del drama pero sin ser chocante, más bien tremendamente entrañable, sin aburrir, je...
    Ay, querido amigo nuestro, admiro tus avances tal y como relatas, tu insistencia en sacar proyectos válidos y con ese acopio de honestidad que te caracteriza. Siendo como eres una persona culta y con bastante conocimientos de causas, escribes cercano, y nos deletreas tus momentos y aspiraciones desde esa posición de aprendiz. Me gusta aprender contigo esa trayectoria, subir esas escaleras literarias a través de tu exposición y desde tu propia forma.
    Pienso igual que algunos comentaristas, aunque debamos tomar ejemplo de buenos escritores, para una orientación en cuanto los géneros literarios y demás, también creo que la creatividad debe regirse por el propio impulso de crear y eso es lo que le da autenticidad a una obra.
    Te deseo éxitos, presentes y futuros. Nos leemos en ese camino tan fantástico de la creatividad.
    Abrazos (de toda la familia), querido amigo nuestro. 🤗✍🌻 ¡Todo irá a su cauce!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, querida Clarisa:
      Si tú, mi amiga, aún te sorprendes al leer mis “enninaciones” espero que entiendas que yo me siga ruborizando al leer tus “clariaprecios”. Es leerlos y sentir que los recibo por primera vez.
      Renacemos cada vez que leemos lo ajeno o redactamos lo propio. Ese algo nuestro que se une a lo ajeno, o se aporta en lo propio, es vida apalabrada. Palabras que pese a su condición inerte en gramáticas o diccionarios, cobran vida al ser leídas con sentimiento. Y el sentimiento siempre nos emociona, alegra o enfurruña con la intensidad de la primera vez que nos sentimos así. Pese a sus rutinas, la vida nos emociona como a primerizos vitales.
      ¿Qué haríamos como escritores sin esa capacidad para emocionar y emocionarnos? Imagino que escribiríamos con inteligencia sobre lo artificial: redactaríamos manuales de electrodomésticos, enumeraciones de acciones o listados de necedades. Escribiríamos, sin duda, pero no comunicaríamos.

      Pienso que hay que perder el miedo a identificarse como lo que somos, independiente de la interpretación social que se de a esa identificación. Uno se define como “escritor” y ya se le achacan ínfulas literarias de mancarse para emular a Cervantes; o de vivir alejado del mundanal ruido. No: un escritor es simplemente alguien que busca comunicar sus ideas, sentimientos o fabulaciones subjetivas siguiendo pautas objetivas. Una crítica cinematográfica no se puede limitar a decir que una película le gustó o aburrió, tiene que explicar su valoración. Escribir “¡Me muero por ella!”, no te hace poeta, necesitas dotar tu exposición de ritmo y cadencia. Escribir una larga nota de adiós, no hace de ti un nuevo Raymond Chandler, es preciso que narres qué te lleva a decir ese adiós o cómo te sientes al hacerlo.
      Y todo ello abordarlo en soledad diferida, para que tu literatura salga al encuentro comunicativo de un receptor que aporte su subjetividad a tu objetividad: codificación + decodificación + recodificación. Escribo una fantasía, tu madre la lee y la equipara a una vivencia.

      Respecto al volumen total de mi obra creativa, lo conforman el blog y seis obras; lo que ocurre es que, como sabes, he traducido y reescrito algunos de esos títulos, lo que lleva a que mi bibliografía sea más numerosa.
      Nuestro proyecto va avanzando, compañera. Pronto te escribiré con detalles. Además tengo alguna duda que quiero consultarte, como la posibilidad de incluir notas al pie o traducir los fragmentos en otros idiomas.
      Ahora, llega la despedida. No mediante un largo adiós, sino un abrazo y un “hasta pronto”.
      Feliz día a ti y a los tuyos, Clarisa.
      Slava Ukrayini! Heróyam slava!

      Eliminar
  16. Hola, Nino. Pues me ha parecido super interesante la deconstrucción del proceso que llevó a tu novela a salir a la luz. En el fondo, eres un artesano de las palabra, ya de por sí empezando a mano (algo que envidio, pues mi letra es algo de lo que se debe huir), realizando tus ediciones y jugando con tus alter egos para ir perfilando un trabajo apasionante. Incluso portada es de tu notaría. La autopublicación permite eso, que tú seas el dueño y señor de tu obra, aunque claro, tienes que realizar todo el trabajo, muy arduo aunque cuentes con varios personajes para ello. Lo de tener lectores beta es un puntazo, siempre mejoran o dan otro punto de vista o versión que no has visto. Y en el caso de la autopublicación es un plus, porque el tema de recurrir a profesionales muchas veces se sale del presupuesto.
    Me ha gustado mucho, sobre todo lo de tus altera egos, parece una tontería, pero creo que tratar verse a sí mismo desde otro punto de vista puede aportar más cosas que desde el de siempre no se ven, o a lo mejor estoy desvariando, pero voy a experimentarlo,.
    Muchas gracias por compartir tus experiencias, Nino, y muchísima suerte con la novela.
    Un abrazo!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, Pepe.
      Te agradezco la edición bella y cuidada que le has dado a mi introspección.
      Me alegra el que te haya parecido interesante este flujo de sentimiento.
      Disfruto autoeditandome, pese a la impresión amarga que mi torpeza expresiva ha llevado a percibir a algunos de los atentos lectores de este texto. Ese disfrute me lleva a que, tal y como le acabo de recordar a clarisa, gran parte de mi obra autoeditada sean variaciones recreativas sobre un mismo texto: ahora lo traduzco al inglés, luego lo fracciono o agrupo… Más que artesano de “la palabra”, soy un curioso de la expresividad. En lo literario, como en la vida, mis cartas son reducidas, pero no por ello dejo de disfrutar con el juego que me brindan.
      Escribir a mano es una práctica resultante de mis limitaciones y habilidades. Me vienen ideas y las reflejo al momento en un papel (papel que rara vez no acaba despistado o arrugado) Me calma redactar esas ideas, abstraerme de una realidad que me altera. Únele que, al sufrir déficit de atención, escribir en un ordenador me abre la puerta al despiste. De hecho, cuando edito o corrijo mis textos no tengo encendido el rúter; Internet es un laberinto tentador para este ninotauro curioseante.

      Sí, prefiero el término “autoedición” al de “autopublicación”. Considero que la publicación la hace Amazon; pero todo el trabajo previo con el texto y las tripas del libro lo hago yo. Yo, bajo las personalidades de Marcelino y Nino, corrijo el texto y hago el trabajo de edición editorial. Y ese ejemplar que sostengo de cada libro, sin ser una obra ejemplarizante, es un ejemplo de los logros de mi voluntad para superar mis limitaciones.
      Me he quedado sin lectores beta. He comprobado que su aprecio hacia mi persona hace que supravaloren mi personalidad literaria. Pedirles ayuda de nuevo, sería volver a ponerlos en una situación incómoda.
      Alternar mis “alter egos” me resulta inevitable: no es igual mi actitud escritora que la lectora o correctora, no son equiparables mi expresividad y mi autocrítica. No soy un monolito de piedra, soy un hombre que escribo, de ahí que mi escritura no sea monolítica.
      Dada tu creatividad, Pepe, creo que el resultado de tu prueba de alternancia va a ser arrebatadora. Lo de desvariar no debería preocuparte. Aunque, bueno, esto te lo escribe alguien cuyo blog incita a venir y enloquecer.
      Un placer leerte y escribirte, compañero.

      Eliminar
  17. Buenos días, Nino. Ante todo, felicitarte por el haber conseguido publicar, y sobre todo por "El proceso", la perseverancia, el trabajo y tiempo que conlleva. Bravo por la entrevista tan bien llevada y, desde luego, con mucha curiosidad por leer tu libro. Ya te diré, compañero.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Buenas tardes, Tara:
      Gracias por tu deseo de felicidad, anhelo que comparto para ti y los tuyos.
      Mi proceso creativo no es “kafkiano”; pero sí que en él se produce una metamorfosis entre mi persona y mis personalidades creativas. Me aíslo en un castillo creativo para su edición mientras miro distraídamente fuera.
      Bueno, ahora que lo pienso, mi proceso creativo es algo “kafkiano” y bastante marciano, por eso de alienarme.
      Me alegra haber despertado tu curiosidad lectora; confío en no decepcionarla.
      Gracias por tus palabras y tu tiempo, Tara.

      Eliminar
  18. Pues sí, como todo el resto de comentaristas hacen, me uno a darte la enhorabuena por el alumbramiento de esta nueva novela tuya que además por lo que he leñido es un compedio de otras tres anteriores. Sinceramente me parece una labor casi heróica la que hacési gente como tú que contra viento y marea lucháis porque vuestra obra se vea publicada, tiene muchísimo mérito escribir un libro pero aun más publicarlo y no digo ya publicitarlo. Se nota que es tu pasión y que disfrutas enormemente con ello, solo lo que apasiona se hace con gusto y se le entrega todo el esfuerzo que precise, porque en el fondo nos hace dsifrutar, al márgen de otras consideraciones, incluso de la acogida ue tenga entre los lectores. Mi admiración por ello y toodo mi ánimo para que esta ilsuión tuya por la literatura peramnezca siempre en ti.

    Un abrazo fortísimo NINO! y ...
    otro para el anfitrión de este blog , que no conocía hasta ahora, un placer !

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, MARÍA:
      Gracias por unirte a este coro individualizado, gracias por hacerme sentir acompañado en esta travesía que se presentaba como solitaria.
      Sí, esta novela es una versión integradora de lo fabulado en tres “brevelas” previas. No es la versión integral dado que faltas elementos que no he usado y otros que, imagino, añadiré al corregir los fallos presentes en ésta versión.
      No hay heroicidad en mi autoeditarme: la historia es sencilla y mi edición, rasa. Creo que tendría más mérito el luchar por encontrar un hueco en la oferta de alguna editorial; o el contar una historia valiente. Lo mío es un simple ejercicio de reafirmación personal: me propuse hacerlo y lo hice.
      Ahora vuelvo a las andadas de la autoedición de la mano de Clarisa Tomás Campa; quien, como Virgilio hizo con Dante, me ha guiado para salir de un bosque oscuro hacia la esperanza.
      Sí, aciertas, disfruto con el proceso de escritura, con el de edición y con la relectura de mis textos impresos. Disfrute equiparable al de leer comentarios alentadores como el tuyo.
      Un abrazo, MARÍA.

      Eliminar
  19. Hola, Nino, vecino. Enhorabuena por tus obras. El trabajo de un escritor es muy solitario y tan...especial. Cada relato, poema o novela, son los hijos literarios que el autor suelta por el mundo. Y, claro, quiere llevarlos al buen termino sin demasiada influencia ajena de las editoriales que ya tienen sus líneas marcadas, sabiendo lo que vende y lo que no. Muchísimas gracias por compartir tu proceso creativo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, Pluma, vecina:
      Gracias por tus actos solidarios de buena vecindad.
      Mi proceso de escritura no es de por sí solitario: hoy he estado avanzando en un “encarguillo” mientras hacía tiempo en el parque de Begoña. Pero la edición sí que necesita que la aborde desde el aislamiento (desconecto el rúter del pc y no escucho música). Mi único estímulo es la distribución del texto. Cada 40 minutos paro (uso un reloj de cocina) y nunca estoy más de 3 horas frente a la pantalla.
      Para saber lo que vendo me basta con saber contar con los dedos. Pero, para demostrar lo que agradezco comentarios como el tuyo, necesitaría todo el espacio de este blog.
      Gracias, vecina y compañera.

      Eliminar
  20. Hola Nino. Enhorabuena por haber sacado adelante tus proyectos literarios, con mucho esfuerzo por lo que veo, es algo que admiro mucho en quienes tenéis el tesón y la constancia de autopublicar. Además has redactado muy bien tanto el proceso de publicación, tu experiencia creativa y la temática de tus novelas. Veo que tienes una forma muy personal de escribir y de crear, algo que también se advierte en los relatos que te llevo leído en el Tintero de Oro, que aunque es reciente tu aparición en el grupo ya da para irnos conociendo y valorando. Le echaré un ojo al enlace de tu novela, tengo curiosidad por saber que esconde. Gracias por compartir tu experiencia. Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, Jorge:
      Gracias por tus palabras de ánimo, las de ahora y las que siempre me dedicas.
      Poco antes de optar por curiosear en la autoedición había reorientado mi trayectoria vital. Eso se tradujo en mejorías en salud, pero en estrecheces en lo económico. Ese cambio también vino acompañado de decisiones en lo creativo: dejé de escribir colaboraciones culturales y de participar en actividades no retribuidas. Decisión que conllevó que quien me apreciaba gratis no me contratara barato.

      Me vi con tiempo y con la necesidad de usarlo en algo que no fuera lamentar mis decisiones heridas. Me puse a autoeditarme sin tener ni formación previa ni programas específicos. Y me autoedito con los mismos recursos que empecé y con la misma comercializadora a la que recurrí. Una vez que tracé un camino a mi destino, hice lo que hacen los burros: no salirme del curso marcado.

      Soy una persona peculiar; y eso se traduce a mi personalidad literaria: escribo y edito a mi manera. Por eso me sorprende a la par que agradezco el interés que puedan despertar mis textos –en el blog o impresos–. Y por eso no establezco margen de beneficio sobre los ejemplares que vende la empresa comercializadora: defiendo que la cultura debe tener un precio simbólico, de ahí que no lo cuelgue en pdf para descarga gratuita; entiendo que la cultura sólo puede tener un precio añadido cuando conlleva el valor añadido de ser Arte (y lo que yo escribo no es artístico)
      Confío en que el gato de mi impericia no le de un zarpazo a tu curiosidad, Jorge.
      Un abrazo, compañero.

      Eliminar
  21. Hola, Nino
    MI enhorabuena por tu título y por haber interiorizado todo el proceso como parte de un aprendizaje necesario. Me ha gustado mucho eso que dices de "mi proceso de escritura es parecido a un acto de posesión", básicamente porque me identifico totalmente contigo. Yo también entro en delirio tozudo, una sensación extraordinaria y difícil de explicar.
    Me he descargado la versión digital de tu libro para Kindle Unlimited. Espero poder leer el libro en los próximos días. Mi apoyo y mi enhorabuena por tu trabajo.
    Un abrazo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, Matilde:
      Te pido disculpas tanto a ti como al resto de compañeros por mi retraso en corresponder a vuestros comentarios, he estado más distraído de lo habitual.
      Gracias dobles: tanto por tu lectura atenta de esta reflexión como por la descarga de una copia en kindle de esta novela (su edición no es la automatizada por Amazon, es personalizada, por lo que confío en que el archivo no te de problemas de lectura y en que ésta te resulte amena).
      Imagino, compañera, que somos muchos los posesos a la hora de escribir ficciones en las que parece que alguien nos está dictando sus vivencias. De ahí que seamos también lectores sorprendidos por lo que escriben nuestros heterónimos.
      Un abrazo, Matilde.

      Eliminar
  22. Hola Nino, mi felicitación por esta entrega y por tu hacer literario, que al parecer es muy bueno.
    Me sorprende que escribas a mano y que además te eches todo ese trabajo encima, es de admirar tu tesón, Tienes un hermoso y muy interesante blog y un camino literario andado que es muestra de que cuando sabemos lo que queremos, le ponemos ganas hasta conseguirlo, sin importar cuanto tiempo nos tome, después de todo, no es un maratón, ja, ja.

    Gracias por compartir tus experiencias y desnudar un poco de ti y tu hacer letras.
    Un abrazo, y que se sigan sumando libros, y siendo un éxito para ti verlos impresos en tus manos, y porque no, en otras muchas manos más.
    Gracias David y Pepe, por darle luz a Nino y marcar las pautas. Abrazos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, I.Harolina:
      Gracias por tu felicitación y por las amables palabras que siempre me regalas en tus comentarios.
      Escribir a mano es instintivo a la par que cómodo. No sé mecanografía y soy muy despistado, por lo que el trabajo que sí me requiere tesón es el de corregir y editar mis textos. Mi camino literario es placentero en los tramos que recorro acompañado por vosotros y estimulante al acercarme a vuestros recorridos. El tránsito solitario suele ser a trompicones, pero también lo disfruto dado que como indicas sonriente no es una maratón sino un ejercicio de comunicación, por lo que nunca me deja derrengado.
      Es siempre reconfortante recibir tus palabras, compañera. Gracias por tu amabilidad y por tu tiempo.
      Un abrazo, I.Harolina.

      Eliminar
  23. Hola Nino, me encantó conocer tu forma de escribir y como encaras el tema, en algo me vi reflejada y es que me gusta escribir a mano, siempre llevo conmigo un anotador y lapicera para escribir lo que se me ocurra, la calle es inspiradora, hasta el transporte público sirve de musa inspiradora, recién después del papel paso en limpio en la computadora.
    Te felicito por tu libro, por contar el proceso, que sin dudas no es fácil, mucho menos para autores independientes.
    Un abrazo.
    PATRICIA F.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, Patricia:
      Encantado con tu cordialidad, la de ahora y la que siempre compartes.
      De no existir los procesadores de texto no podría autoeditarme, pese a ello desconfío de los procesos informáticos. Quizá sea más exacto si te escribo que temo quedar atrapado en ellos. Mi esposa me regaló el primer pc en 1992 y atisbé un laberinto de autocomplacencias que me ha hecho recelar de ese camino que se me abría (tardé 24 años en contratar Internet).
      Sí, el sentirnos vivos es inspiración positiva. Procuro silenciar la melancolía, pero ésta aflora en aspectos de mi escritura que se escapan a mi autocontrol. No me gusta compartir tristeza, ya que sé que ésta es contagiosa. El pasar a limpio los textos ayuda en la limpieza a seco de la humedad de las lágrimas que desata el leer algún texto escrito a mano.
      En mi caso, más que fácil o difícil, el proceso de escritura friccionada es incompleto: a mis textos siempre les falta algo (habitualmente mi voluntad de darlos por acabados).
      Un abrazo, compañera Patricia.

      Eliminar
  24. Me pedí tu libro, Nino, hace unos meses, y aún no he tenido tiempo de leerlo. Parece que mi vida vuelve a la cotidianidad acostumbrada. Ya te diré, leída las primeras páginas desde luego promete.
    Un abrazo, escritor.

    ResponderEliminar
  25. Mientras leía, me quedé con la parte que hablas del internet. Considero que la misma puede ser un arma de doble filo, por un lado, es una herramienta muy útil para estudiar y recabar información antes de comenzar una novela. Ayuda a organizar la novela y darle forma. Pero como todo, siempre hay una contra. El internet puede ser un distractor, y en este caso habló por mí misma 🤣, desde que pusimos internet en mi casa, mis bloqueos de escritor se deben, estoy segura, al internet, ya que suele distraerme, sobre todo las redes sociales.
    También me parece genial que la portada sea de una fotografía que vos mismo tomaste.
    Mucha suerte con tu libro.
    Un saludo.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario