Feliz día del libro

  Un libro es un cerebro que habla; cerrado un amigo que espera; olvidado un alma que perdona; destruido un corazón que llora. Proverbio hindú             Como cada año, al borde ya de terminar abril, los libros se visten de gala y salen a la calle en busca de lectores. Se asoman a las puertas de las librerías, coquetean con las rosas, insinúan a algún viandante curioso sus secretos... Es primavera y celebran su día. Un 23 de abril de 1616 murieron ─se dice─ los dos mayores escritores en lengua castellana e inglesa de la literatura universal: Miguel de Cervantes y William Shakespeare. Algo no del todo cierto (Cervantes murió un día antes y Shakespeare lo hizo el 23 de abril del calendario juliano, no del gregoriano) pero válido a efectos de la conmemoración y motivo por el cual la Unesco eligió simbólicamente esta fecha para celebrar el día del libro. En un contexto cada vez más tecnológico y digital, la lectura resiste como pilar indispensable para el desarrollo personal, la q

J. Mª PANADÉS: UN HIJO DE PAPEL

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  Decía Stephen King, uno de los referentes de nuestro invitado de hoy, que lo único importante en un escritor era que contara la verdad. Por supuesto, no una verdad absoluta, sino la que el autor percibe. Que sea valiente. Valiente de la única forma que uno puede serlo: siendo honesto y auténtico.
  
  Eso es lo que Josep María Panadés, a quien todos los que participamos en este blog conocemos, nos cuenta en este texto con el que todos los que aspiramos a ser escritores nos vamos a identificar. Unas reflexiones reales, o irreales, como la vida misma.

  Palabra a palabra.


UN HIJO DE PAPEL, por Josep María Panadés

  Escribir un libro puede parecer tarea fácil para quien nunca lo ha hecho. Nada más incierto. Es una labor difícil y complicada. No solo hay que saber escribir, sino, además, y ahí es donde reside la mayor dificultad, cautivar al lector. Pero aun creyendo haber sido capaz de lograr dicho objetivo, nos hallamos frente a otro reto: dar a conocer nuestra obra ─esa que nos merece todo el respeto y por la que sentimos una gran estima─, a los lectores potenciales y esperar acontecimientos.

  Acumular lectores y parabienes es el mayor placer de un escritor. Los hay, sin embargo, que se contentan con haber podido dar a luz a su hijo de papel y con tan solo un puñado de lectores ya se sienten sumamente satisfechos. Yo creía pertenecer a este grupo, pero no sé si la vanidad o simplemente el deseo de ser conocido y reconocido como un escritor de calidad, hizo replantearme el lema que pretendí convertir en estandarte de mi andadura escritora: «escribir por placer y no para complacer.»

  Una opinión muy sensata y conformista es la que considera que lo mejor de escribir es disfrutar de ello y no del resultado. Hay que gozar del camino que se anda sin esperar ningún trofeo al llegar a la meta. Pero eso de que lo importante no es ganar sino participar, aun siendo cierto, no impide que a todos nos guste triunfar, y si no conseguimos la medalla de oro, por lo menos un premio de consolación.


  Es por ello, por ese orgullo, amor propio o autocomplacencia ─llámesele como se quiera─, que quien publica un libro desea tener éxito, tanto en forma de elogios como de ventas. Y aunque uno no aspire a poder vivir de la escritura (algo de lo que solo unos pocos pueden vanagloriarse), sí que desea ver recompensado su trabajo con una buena acogida. ¿Qué se entiende por recompensa y buena acogida? Eso cada uno lo definirá según sus necesidades o exigencias, o las de su ego. Siendo lo más moderado posible, yo me consideraría mínimamente satisfecho si mi libro llegara a todos aquellos que me conocen, bien personalmente, bien virtualmente a través de las redes sociales, y que el beneficio económico de sus ventas superara, como mínimo, la inversión realizada. Puede parecer un planteamiento materialista, pero yo más bien lo calificaría de pragmático. Por la ilusión de ver tu libro publicado, eres capaz de perder dinero, pero, a ser posible, que no sea demasiado.

  Hace poco más de un año, decidí publicar una recopilación de relatos en Amazon, siguiendo el único método viable para un escritor novel y desconocido como yo: la autoedición. Y siguiendo el método de ese tal Juan Palomo, a quien no he tenido el gusto de conocer, pero del que he oído hablar mucho, me puse manos a la obra y de ello resultaron las dos versiones disponibles de Irreal como la vida misma: en tapa blanda y en formato electrónico.

  Con esta modesta obra he visto, por lo tanto, cumplido un pequeño sueño: publicar algo surgido de mi pluma, o debería decir de mi imaginación. Podría decir, pues, misión cumplida, si no fuera porque ─por mi evidente ineptitud comercial─ no he logrado el éxito esperado en cuanto a lectores, si bien las críticas recibidas por algunos de ellos han sido muy positivas. Quiero creer que han sido opiniones totalmente sinceras. Afortunadamente, la inversión realizada no me ha llevado a la bancarrota.


  A Oscar Wilde se le atribuye la frase que dice que “Solo hay dos reglas para escribir: tener algo que decir y decirlo”. Pero hay una tercera condición sine qua non que este laureado escritor no menciona y que considero fundamental: cómo se dice. No me corresponde a mí decir si escribo bien o mal, pero ─y perdonadme la osadía─ me atrevería a decir que no lo hago del todo mal.

  Son mayoría los que opinan que se aprende a escribir leyendo y escribiendo. Si es por ello que no quede. Pero hay algo más intangible en donde reside el quid de la cuestión: hay que saber atrapar al lector con historias atractivas contadas con gracia y talento. El estilo narrativo difícilmente puede copiarse, se aprende, se cultiva, pero el talento, en mi opinión, se tiene o no se tiene.

  Pero el éxito de una obra depende también de otros factores. Hay escritores cuya primera obra, su opera prima, ha resultado un rotundo éxito de ventas y otros que no lo logran hasta su tercera o cuarta obra, o nunca. Y es que, al margen del talento, influye en ello las facilidades u oportunidades que hayan podido tener (un reconocido periodista, un personaje famoso o alguien ligado al mundo editorial, por poner unos pocos ejemplos, lo tendrá mucho más fácil que un perfecto desconocido por cuya obra no habrá editorial de cierto prestigio que apueste ni un solo céntimo). No quiero decir con ello que solo triunfan los que reciben un espaldarazo. Hay quien demuestra poseer un verdadero don para las letras y es capaz de abrirse camino por sí mismo, aunque deba dedicar para ello muchísimo esfuerzo. Aun así, me atrevería a afirmar que son casos poco frecuentes. No sabría decir si un artista nace o se hace, pero sí que hay que llevar dentro la semilla que, a base de esfuerzo y dedicación, puede acabar germinando y dando sus frutos.

  También pienso que uno de los inconvenientes de un escritor novel, es que no suele estar lo suficientemente capacitado para ser su propio juez. Solo sus lectores pueden enjuiciar la calidad de lo que escribe, y aun así será normal la disparidad de opiniones. Normalmente, el principiante se cree mejor escritor de lo que realmente es, pues está exento de imparcialidad crítica. No sé si ello será por egolatría, falta de rigor o simplemente por la ilusión que le embarga haber sido capaz de engendrar un texto del que se siente orgulloso. En ese contexto, las alabanzas procedentes de familiares y amigos no son de mucha ayuda, pues no siempre son todo lo sinceras que deberían ser. Así pues, aunque duela recibir una crítica negativa, es la mejor forma de mejorar, a menos que sea despiadada y poco objetiva, pues no todos los lectores tienen los mismos gustos, del mismo modo que no todos los escritores reaccionan igual ante ella. Hay quien ante una crítica desfavorable se hunde y hay a quien le resulta un revulsivo.


  Confieso que yo también he caído en la vanidad del principiante. A pesar de considerarme una persona nada engreída y muy insegura cuando se trata de emprender una tarea novedosa y difícil, me sentía, desde un principio, muy satisfecho de mis textos, seguramente porque no sabía calibrar mi potencial. De ello me he percatado cuando alguien, con un punto de vista mucho más objetivo que el mío, me ha hecho notar alguna que otra incorrección que me había pasado totalmente desapercibida. Esa crítica constructiva es la que obliga a fijarte con más detalle en lo que escribes y en cómo lo escribes y a saber reconocer esos vicios ocultos, esas muletillas que a veces uno arrastra sin darse cuenta. Porque escribiendo y errando se aprende a escribir mejor, siempre que reconozcas tus puntos débiles y los enmiendes.

  Debo confesar también que me alivia saber que incluso los textos de los escritores más renombrados suelen ser retocados por un corrector de estilo, llegando incluso ─eso me han contado─ a corregirles faltas de puntuación. Por lo tanto, si uno no tiene un buen corrector a mano que le revise sus textos antes de publicarlos, se arriesga a que contengan algunos fallos. Yo utilizo a mi mujer como caza-gazapos personal, pero, por lo visto, hacen falta muchos más ojos y más imparciales para detectarlos todos.

  Por lo tanto, mi recopilación de relatos, Irreal como la vida misma, podría no ser una excepción. Creo, sin embargo, y sin ánimo de pecar de inmodestia, que las historias que contiene son lo suficientemente atractivas, entretenidas y bien contadas, como para captar el interés del lector. Pero ello solo puede comprobarse si uno se arriesga a leerlas. ¿Te arriesgas tú, que estás leyendo esta entrada?

Josep Mª Panadés

  ***
  Gracias, Josep, por compartir con nosotros estas reflexiones. Como dije al principio, creo que todos nos hemos identificado con ellas.

   Si queréis conocer un poquito más sobre el libro de relatos IRREAL COMO LA VIDA MISMA de Josep María podéis acceder a las distintas reseñas que se han publicado en varios blogs:

    En el blog: CUÉNTAME UNA HISTORIA, de Rosa Berros (AQUÍ)

    En el blog: LA QUIMERA, de Irene F. Garza (AQUÍ)

    En el blog: LEER, EL REMEDIO DEL ALMA, de Paloma Celada (AQUÍ)

    En el blog: PEQUEÑOS TRUCOS PARA SALIR DE LA CRISIS, de Gemma López (AQUÍ)

    En el blog: RELATOS EN SU TINTA, de un servidor (AQUÍ)

    En el blog: CUENTOS VAGABUNDOS, de Marta Navarro (AQUÍ)



    Y, por supuesto, podéis haceros con un ejemplar directamente en AMAZON (AQUÍ)

Y tú, ¿tienes algo que contarnos?
    Antes de iros, os recuerdo que si queréis participar en esta sección solo tenéis que enviarme un mail a eltinterodeoro@hotmail.com.

     ¡Saludos tinteros!

Comentarios

  1. Hola, José: Felicidades y mil gracias por tus letras. Siempre me gusta lo que leo de vos.
    Es un gesto de valentía, lanzar tu obra al gran público. Si, como dices, ser escritor no da de comer, disfruta sin preocupaciones del comentario sencillo y sincero de los más cercanos. Soy una convencida de que "la suerte"(maquinaria empresarial, incluída), es la gran invitada a la apoteosis del escritor.
    Un abrazo.

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  2. Tus palabras derrochan autenticidad, experiencia y saber hacer. Me ha encantado. Gracias de corazón porque con la sinceridad de tus palabras te he sentido tan cerca al leerte que parecía, más bien, tenerte al lado y escucharte. A ti que te has atrevido a saltar la barrera y publicar en solitario, te deseo toda la suerte del mundo. Te la mereces, Escritor. Toda mi energía poisitiva en este abrazo.

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  3. Estoy de acuerdo con Josep María en que no todo es, como decía Wilde, tener algo que decir y decirlo. hay también que saber decirlo y creo que él sabe y lo dice muy bien y cautiva y engancha, lo que pasa, querido Josep María y David y todos los que escribís, es que no siempre triunfan los mejores. Hay escritores muy famosos y muy ricos que no tienen el encanto a la hora de contar, ni la originalidad ni el interés que por estos mundos, con vosotros, me he encontrado.
    Y sí, sé que uno escribe para que le lean, pero como le decía a Pedro Favelo en su blog, no creo que nadie sea capaz de dejar de escribir porque no le lean. Escribir es, como leer, imagino, una necesidad que no depende mucho del resultado sino del disfrute que proporciona.
    Y ya puestos, recomiendo mucho el libro de Josep María, aunque con el enlace que David amablemente a puesto a mi blog, cualquiera puede comprobarlo.
    Un beso a los dos.

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  4. Decía un buen amigo mío y gran escritor que para él: "Escribir era como respirar". Y esa frase, que más que una frase es una filosofía de vida, engarza con la parte del texto en la que Josep María Panadés dice: "Hay que gozar del camino que se anda sin esperar ningún trofeo al llegar a la meta. Pero eso de que lo importante no es ganar sino participar, aun siendo cierto, no impide que a todos nos guste triunfar, y si no conseguimos la medalla de oro, por lo menos un premio de consolación". Sí, a veces también es bueno refrendar ese gusto con un premio, un buen comentario o la propia publicación de un libro.
    Un fuerte abrazo para ambos y felicidades por el sueño de ver vuestro hijo literario (tanto Irreal de Josep, como Los demonios exteriores de David) publicado, reseñado y aplaudido ;-)

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  5. Yo he leído el libro de Josep, "Irreal como la vida misma" y he degustado cada relato y cada vivencia con atención y me he divertido. Además que es un libro muy bien escrito y cuenta muchas historias que se pueden leer , releer en desorden y siempre le sacas jugo. Es un libro de cabecera donde lo puedes tomar en distintas horas y no dejarlo en la biblioteca para que haga bulto. Lo recomiendo . Un abrazo.

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  6. Muy buena reflexión. No conocía el libro y acabo de comprarlo 😉

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  7. De que escribes muy bien, con soltura, corrección y gran fluidez ya da una muestra más que sobrada esta entrada, Josep. De que además tienes una gran imaginación y te gusta "coquetear" con varios géneros, tu libro, que he tenido el placer de leer, no deja lugar a dudas.

    A partir de ahí el secreto de unas buenas ventas y elogios abundantes, a ser posible muy merecidos, es algo que se me escapa. Yo creo que lo importante es estar satisfecho con el trabajo realizado, haberle puesto todo el corazón que uno tenga y haber disfrutado al máximo. Cierto que solo unos pocos alcanzan el éxito y, a veces, ni siquiera son quienes mejor lo hacen, así que esas deben ser nuestras "modestas" recompensas en todos los casos en que el ansiado éxito no llegue.

    Una excelente reflexión, compañero, y llena como suelen serlo las tuyas de sinceridad y sensatez. Si te sirve de algo, a mí me encanta leerte :))

    ¡Un abrazo enorme para David y para ti!

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  8. David siempre tan generoso con tu espacio y Josep, te conozco hace muy poco, sin embargo, con esta presentación de tu libro me doy cuenta que coincido en muchos de los puntos que expresaste. ¡Mis felicitaciones!
    Abrazos para los dos.

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  9. He pasado recientemente por esa experiencia y me siento totalmente identificado con lo que dices, Josep Mª.
    Tengo que pedir ese libro.
    Un abrazo a los dos.

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  10. Tengo el libro de Josep Mª "Irreal como la vida misma" desde hace un año más o menos. Disfruté de sus relatos, amenos y bien escritos. Enhorabuena de nuevo, Josep Mª
    Buena presentación y reseña David.

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  11. Me alegro mucho de conocer tu opinión sobre el quehacer del escritor, quien como bien expresas en esta estupenda publicación de David Rubio, escribir un libro aunque parezca fácil no lo es tanto y más cuando su nivel de autoexigencia es elevado.
    Coincido contigo en muchos de tus planteamientos, como por ejemplo, en que aunque ni siquiera nos hayamos planteado vivir de la escritura, deseamos ver recompensado nuestro trabajo o esfuerzo, con una buena acogida.
    Mencionando este mundo de los escritores que tan bien reflejas, Josep, me gustaría compartir contigo esta frase del escritor mexicano Carlos Fuentes: «Comencé a escribir para vivir y ahora escribo para no morir», pues creo que escribir, quieras o no se convierte en una adicción de la cual es muy difícil escapar.
    He leído las distintas reseñas que han hecho de tu mencionado libro, otras compañeras a las que sigo y esta última de David, por lo que te felicito por el talento de tus letras y deseo que sigas adelante en tu labor creativa.
    Un abrazo para ti y otro para David.

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  12. Hola Josep. Comparto tus reflexiones. Sobre todo lo referente a esa especie de entusiasmo febril que tenemos los que recién iniciamos y que nos impide ver las fallas. Me ha pasado y sigue pasando.
    Creo que todos queremos trascender. Contamos historias para que las lean. Y nada es mejor que tener respuestas y comentarios sobre nuestra obra. Pero para poder seguir publicando hacen falta unas monedas.
    No he leído tu libro. Espero hacerlo pronto.
    Un abeazo

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  13. ¡Hola!
    Tengo el libro y me gusta mucho, de hecho lo he releído.
    Tienes razón en lo que dices, al ser novel es muy complicado editar, y si se logra es complicado obtener visibilidad.
    Y es cierto, los grandes autores pasan por correctores ortotipográficos y de estilo.
    Muchas gracias, David, por incluir mi reseña.
    Muy feliz tarde.

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  14. Aunque ya conozco el estilo literario de Josep Mª por sus blogs, de los que soy fiel seguidora, he tenido además el placer de reafirmarme en lo bueno que es. leyendo Irreal como la vida misma. Es un placer poder reseñar buenos libros de gente que conoces, pero también siento cierta impotencia cuando veo que no tienen la repercusión mediática que se merecen mientras otros "escritores" con una calidad mediocre llegan a súper ventas porque son conocidos por otro tipo de actividades (presentan programas de TV o tienen canales de Youtube), como si eso ya fuera aval suficiente para asegurar una buena narrativa.
    Salvando las distancias, comparto lo que dice Josep Mª, en que lo primero es disfrutar con la escritura, ahora mismo yo estoy en crear una historia más larga que un relato al uso y me lo paso fenomenal: perfilar personajes, idear sus destinos, intercalarlos con otros sucesos, en fin todo un rosario de cosas que me han descubierto el fascinante mundo de la escritura. Cuando lo termine (si es que lo termino algún día) ya me preocuparé, o no, por venderlo bien, o al menos porque lo lea bastante gente.
    Completamente de acuerdo con lo que se dice que el propio escritor o su familia y conocidos no son los mejores críticos para valorar los fallos y virtudes. Pero no todos disponemos de un corrector ni nada parecido, así que hay que tirar de los que nos rodean.
    Genial sección David, eres una factoría de ideas a pleno rendimiento.
    Un abrazo a los dos.

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  15. Muy interesante la sección y la aportación de Josep Ma. Mientras la leía pensaba que no hacía mucho había escuchado a alguien decir que en este país cada vez se lee más y hay más gente que escribe.
    Estoy con Josep Ma que a escribir se aprende haciéndolo pero también hay algo más o un mucho más y aparte de la historia más o menos original que se cuente influyen factores como la suerte. He conocido el caso de algún "escritor" con algunos libros publicados por editoriales (no autoedición) que al leerlos me han dejado bastante asombrada y me parecieron más fruto de la suerte, de los conocidos y de otros astros que de su talento para escribir pero sea lo que sea, lo cierto es que han sabido aprovechar sus opciones y pueden vivir de algo tan complicado como la escritura.
    He leído el libro de Josep Ma y algunas de sus historias te dejan con la boca abierta por su sorprendente imaginación y pienso que lo importante es disfrutar con lo que se hace y eso seguro que lo hace y los demás lo hemos hecho al leerlo.
    Besos

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  16. Hola David,
    No sabia que Josep María Panadés era escritor. La verdad es una estupenda presentación que a hecho sobre su libro. He tenido el placer de leer y disfrutar sus relatos por medio de tus retos. Me lo llevo anotado, y gracias de nuevo por darnos a conocer tan buenos escritores novel.
    !Un abrazo!

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  17. ¡Me ha encantado esta reflexión! ¿reflexión? Exposición, planteamiento, aportación.
    Hay tantas cosas en las que estoy de acuerdo. En realidad todas; aunque, y tú David sabrás por qué lo digo, yo no creo que sea tan fácil abordar una obra literaria. Yo también escribo y creo que, a mí que me gusta hacerlo, he elegido el género con el que me siento más cómoda. Porque aunque siempre he soñado con escribir un libro, no me vero capaz de trazar un argumento que, precisamente, pueda cautivar al lector. Quizá el trabajo de estructuración y guión de una obra literaria sean, por el momento, "palabras mayores". No es tan fácil, no. Y, en fin, luego viene la promoción de la obra ¡Uf! Difícil. Quizás lo más complicado de todo.
    ¿Lo más fácil para mí? El escribir por el placer de hacerlo. Creo que cuando uno se siente seguro de sí mismo, no necesita competir y, por ende, no es el reconocimiento lo que le infunde ganas ¿Que lo hay? Perfecto, pero lo mejor es no esperarlo.
    Gracias por esta reflexión.
    Un saludo

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  18. Hola a todos.
    En primer lugar, quiero agradecer enormemente a David que me haya brindado la oportunidad de exponer lo que llamaría mis "cuitas literarias", en este espacio especialmente creado para que podamos compartir con todos sus lectores, que son muchos, nuestras experiencias "vitales" en cuanto a la escritura.
    En segundo lugar, agradezco muchísimo vuestros comentarios sobre mi persona como escritor novel y sobre lo que he expuesto en forma de confesión laica, je,je.
    Me alegra también comprobar que compartimos muchas experiencias, sensibilidades y opiniones sobre lo que significa escribir y editar, y sobre la ilusión que a todos nos embarga cuando nos ponemos a ello.
    Por último y no menos importante, quiero agradecer a quienes no conocían mi pequeña obra, mi hijo de papel, y se han aventurado a hacerse con un ejemplar. Solo espero que lo disfruten.
    Muchas gracias todos y un fuerte abrazo.

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  19. Josep, no sabía del libro. Excelente exposición y despliegue de reflexiones y verdades filosóficas las que haces en este espacio de David.

    Felicidades por ese hijo de papel, cuando nacen es porque ya hemos engendrado y amamantado uno en nuestro seno, y cuando eso pasa ,es porque ya hemos crecido mucho, somos mayores en los aspectos de la vida que de verdad son importantes, lo expuesto aquí da fé de esa aseveración.

    Suerte en la venta y muchos éxitos como escritor.

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  20. Entre los dos habéis hecho una gran entrada, :)
    De Josep Maria, qué decir, recomiendo muchísimo sus letras, tiene el don de hacer que sus historias sean cercanas, plausibles, algo que personalmente me encanta cuando cojo un libro. Poder crear esa ambigüedad real en la lectura, la cercanía que se encuentra en cada relato, hace que se disfrute del primero al último.
    Como la proximidad que nos ha demostrado ahora, con sus pormenores, deseos y la visión de la crítica, que a veces uno no termina de entender, pero a la larga se agradece tanto.
    Enhorabuena por esta maravillosa sección.
    Besos.

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