¿Raya o guion? ¿Dónde sitúo el punto o la coma? ¿Antes o después del inciso? ¿El verbo
dicendi va en mayúscula? Espera, ¿qué es un verbo
dicendi? Estas, y otras muchas, suelen ser las dudas que nos vienen a la cabeza cuando escribimos diálogos. Para resolverlas, hoy en
El Tintero de Oro, extendemos la alfombra roja para recibir a nuestra invitada que seguro conocéis por su blog literario
Delirios y palabras.
Así que sacad el boli y el papel porque ya no habrá excusas para puntuar mal nuestros diálogos.
APRENDE A PUNTUAR DIÁLOGOS CON L.M. MATEO
A L.M. Mateo, nuestra invitada, tuve el placer de conocerla a través de sus relatos en la web Literautas y aunque sigue escribiendo ficción ha enfocado su carrera literaria como correctora profesional. Así que pensé y pensé, y luego pensé un poquito más y me dije ¿quién mejor para enseñarnos a puntuar los diálogos?
ETDO: Muchísimas gracias por visitarnos, Lidia.
L.M. Mateo: Gracias a vosotros, David.
ETDO: Bueno, aunque nos vas a hablar sobre la puntuación de los diálogos, no todos los días podemos contar con el lujo de hablar con una correctora profesional. Pienso que, quizá, los escritores noveles tenemos una visión muy limitada de vuestro trabajo. Y me parece que hacéis algo más que corregir faltas de ortografía.
L.M. Mateo: Qué va, a mí me pagan un pastón por ponerte o quitarte comas y acentos. Y encima duermo (risas). Ahora en serio, no nos ceñimos a la corrección ortográfica tal y como la entiende el público general (corregir faltas de ortografía y ciertos problemas gramaticales). También debemos tomar decisiones en cuestiones sobre las que no hay una normativa clara o no la hay (siempre y cuando el editor no nos haya dado directrices) como, por ejemplo, el uso de negrita, cursiva, comillas, palabras biacentuales…
ETDO: ¡Ostras! ¿Biacentuales?
L.M. Mateo: Son las que admiten dos acentuaciones (como vídeo, video) y, por tanto, hay que unificarlas en todo el texto (de ahí que se llame «ortotipografía» y no «ortografía» a secas). También revisamos bibliografías, notas al pie, que las imágenes y su texto se correspondan, índices…
ETDO: Veo que ese algo más es mucho más.
L.M. Mateo: Ya ves. Nuestra labor va mucho más allá. Existe el mito de que solo corregimos ortografía, y mucha gente olvida que el estilo también se corrige. Supongo que la confusión se debe a que son dos correcciones que se deben hacer por separado, y si te digo la verdad, en la de estilo es donde tenemos que hacer intervenciones importantes que no se trabajan en ortotipografía: confusiones de significado, poca claridad del texto, repeticiones, rimas internas, puntuación por cuestiones de ritmo (que el texto no sea monótono); trabajamos con los autores el abuso de adjetivos, redundancias, coletillas o cualquier cosa que pueda afear el texto y un largo etcétera que nos encontramos en el estilo del autor y que a mí me gusta llamar PEPU.
ETDO: ¿PEPU? Caramba, me suena a siglas de partido político.
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ETDO: Ja, ja, ja… como los políticos.
L.M. Mateo: Yo no me meto en política, que me salen sarpullidos donde menos me lo espero y queda feo lo de ir rascándome en público según que zonas. Otra de las fases en las que intervenimos (o deberíamos) es la llamada corrección de pruebas o galeradas: una vez maquetado el texto, revisamos que las tipografías estén unificadas, que no se hayan introducido erratas en el texto, que no queden líneas sueltas, que la partición de palabras sea correcta y una serie de parámetros comunes en todos los textos, además de aquellos que nos marque el cliente.
Y, por supuesto, hay quienes ampliamos nuestro trabajo dando clases, haciendo informes de lectura, editings de novela, mentorías…
ETDO: Impresionante. Oye, y ¿cómo se desarrolla ese proceso de corrección?
L.M. Mateo: El proceso depende de si trabajas con un particular o una editorial. Las editoriales normalmente hacen de mediadoras entre nosotras y los autores, así que rara vez tenemos contacto directo con ellos. Lo que sí se intenta es responder a aquellas dudas que les queden, pero no en todas las editoriales nos reenvían el texto para solucionarlas. Con los particulares trabajamos de una manera muy diferente.
ETDO: Y ¿cómo es? ¿Se establece un contacto con ellos durante el proceso?
L.M. Mateo: No solemos usar el teléfono porque nos quita un tiempo precioso de corrección, para la que necesitamos estar muy concentradas, pero mantenemos trato directo y fluido a través de email o incluso mensajería de redes. Intentamos que sientan el texto suyo en todo momento y los hacemos partícipes del proceso: en estilo, las decisiones finales las toma el/la autor/a.
ETDO: ¿Te has encontrado con algún autor demasiado orgulloso?
L.M. Mateo: Me pregunto cuál no lo es. Creo que al nacer, en el hospital, te miden el parámetro del orgullo. Si te sales de la escala, te ponen en el cajón de los escritores. Y luego están los escritores «especialistos», que son a los que nos referimos. A esos/as autores/as directamente los rechazo. Se los ve venir enseguida: desde la forma de dirigirse a ti hasta en el regateo del precio. Además, si les propones una corrección de estilo (porque os juro por el Lado Oscuro que el 90 % la necesita) y te dicen que su estilo no se toca… Almas de cántaro. Ese tipo de autores dan problemas y son mala publicidad para nosotras.
ETDO: Me parece increíble. Hace unos años alguien me dio un consejo que desde entonces lo llevo como un mantra: «Sé orgulloso en la escritura, pero humilde en la corrección».
L.M. Mateo: Me tienes que dar el nombre, así lo pongo como cita antes de los informes, para que el cliente se haga a la idea de lo que se va a encontrar (risas). Mira, hace poco alguien me envió un correo pidiendo presupuesto para ortotipográfica. Vi tal desastre en el archivo que casi me tengo que ir a urgencias con un síncope. Le dije que, si quería trabajar conmigo, tendría que revisar el estilo también. Su respuesta fue que SU estilo no se tocaba, que yo era cara y que quería llegar a un trato porque tenía muchos seguidores en una red y yo podría obtener publicidad a cambio. Lo rechacé. A mí no me interesa que me sigan porque fulanito/a influencer de X me ha contratado para hacer un trabajo a medias. Un trabajo a medias es mala publicidad, pan para hoy y hambre para mañana. Sé de al menos otras cuatro correctoras que prefirieron perder el dinero a trabajar su manuscrito sin revisar estilo.
ETDO: A eso lo llamo anteponer tu ego a lo realmente importante: tu novela.
L.M. Mateo: Yo lo llamo «no tener ni puta idea de venderse». Esa gente no entiende que será comidilla en redes, pero por hacer mal las cosas, y que un día estás arriba, y al siguiente comes mierda (este consejo me lo dieron a mí cuando era joven y más tonta). Tal cual. Por favor, florecillas, tragaos el orgullo. A mí no me gusta sacaros el dinero porque sí. Todo se sabe al final y repercute también en la pérdida de clientes. Una buena correctora os avisará si de verdad hace falta un tipo de corrección, ambas u otro tipo de servicios como un editing o una lectura previa. Y también os lo dirá si no lo necesita.
ETDO: Oye, ahora que nadie nos escucha, ¿cuáles son los tres errores más comunes en los que caemos los escritores noveles?
L.M. Mateo: ¿Sólo tres? No me habías dicho que me lo ibas a poner tan difícil, ¿eh? A ver… La primera y más garrafal de todas: pensar que no necesitas pasar por una corrección, como mínimo, ortotipográfica. Si, además, es tu primera novela, la de estilo debería ser también obligatoria. Que, digo yo, que si grandes autores y académicos de la lengua tienen sus correctores, ¿quién crees que eres tú para ser menos? Hasta yo, correctora, tengo varias correctoras (besitos a Silvia, Carmen y Maribel).
En cuestiones de estilo, las repeticiones y las frases confusas se llevan el primer premio, y en ortotipografía, la puntuación de los diálogos se les atraganta.
ETDO: ¡Ay! La puntuación de los diálogos… Ahora vamos con eso, pero antes coméntanos de cuántas formas podemos introducir un diálogo en nuestra narración.
L.M. Mateo: Además de los diálogos directos, tenemos los indirectos, que son aquellos que se insertan en el texto sin ningún tipo de marca (raya o comillas). Formas hay muchas, lo importante es que quede claro que se trata de un diálogo.
ETDO: ¿Por qué nos cuesta tanto cumplir con las normas básicas de puntuación de diálogos?
L.M. Mateo: Más que no cumplirlas, creo que se debe a su desconocimiento. Con la autopublicación, muchos autores han decidido prescindir de nuestros servicios y los de otros profesionales del sector para
autoeditarse. Y luego pasa lo que pasa: los horrores de maquetación, ilustración y no corrección que nos encontramos son terribles, pero se extienden como la mala hierba. Y entre esa mala hierba destacan los diálogos: cada vez encuentro más libros en los que están mal puntuados o confunden algo tan básico como el guion o la raya.
Por otro lado, con las pantallas digitales se memoriza menos, y cada vez leemos más en pantalla. Y con prisas. Eso hace que no nos fijemos ni absorbamos la información como lo hacíamos antes.
ETDO: Desde luego que, para aprender como se debe, nada mejor que papel y boli para tomar apuntes, hacerse esquemas… ¡Como en el colegio!
L.M. Mateo: Eso es. Es una técnica de estudio muy básica, pero en el caso de los diálogos, ni esquemas ni milongas. ¿Alguien recuerda que le hayan explicado cómo escribir formalmente un diálogo en el colegio? Más allá de que se usa la raya y deben ir en líneas separadas y que eso del narrador que interrumpe el diálogo se llama acotación o inciso. No se profundiza, y hay casos muy específicos que se deben estudiar por separado o buscarles una solución creativa.
ETDO: Alguien puede decir que, por ejemplo, Saramago puntuaba como le salía, ¿hasta qué punto podemos ser creativos a la hora de puntuar los diálogos?
L.M. Mateo: Antes de romper las normas hay que conocerlas. Saramago puntuaba como le daba la gana porque las conocía, y sabía el por qué se las pasaba por el arco del triunfo: desde cuestiones de ritmo narrativo hasta cuestiones estilísticas. ¿Se puede ser creativo? Por supuesto, en mi artículo lo digo claramente, ya que hay muchos casos que no están recogidos en ningún manual. Ese es el momento de imaginar y proponer soluciones. Eso sí, la solución que se adopte debe ser coherente y mantenerse en todo el texto (cohesión) sea una novela o una serie.
ETDO: Y, en concreto, ¿cuáles son los errores más habituales que te encuentras en la puntuación de los diálogos?
L.M. Mateo: Los más genéricos se refieren al uso de la raya: hay quien utiliza el guion o, peor, viñetas para diferenciar las intervenciones. Si todas coincidimos en algo, es que a los que usan viñetas deberían imputarlos por daños y perjuicios morales a su correctora. También hay muchos problemas a la hora de usar la puntuación (¿va antes o después de la raya? ¿Cómo planteo las acotaciones?).
L.M. Mateo: He intentado que sea lo más completa posible. Originalmente constaba de tres entradas que hace poco he unificado en una con ejemplos sacados de libros reales. En la primera parte hablamos de cuestiones muy básicas: la diferencia entre guion y raya, la puntuación con los verbos de habla y los verbos de acción… En la segunda parte profundizo en casos concretos que nos podemos encontrar y que no siguen la normativa o pueden generar confusión a la hora de puntuar los diálogos.
ETDO: Humm, ¿pasamos una pequeña prueba de algodón?
L.M. Mateo: ¡Miedo me das!
ETDO: Tranquila, simplemente se trata de que te paso un diálogo y tú nos muestras qué errores hemos cometido. ¡Ahí va!
EJEMPLO DE CÓMO SE PUNTUAN LOS DIÁLOGOS POR L.M. MATEO
-Juan, ve a la cocina que se quema el pollo, dijo Elena mirándose las uñas—.
—¿Qué pollo dices? —Preguntó Juan. — Por cierto, ¿dónde está el gato?
—¡Oh! —la mujer corrió despavorida por el pasillo y entró en la cocina:— ¡Misifú! ¡Sal de la sartén!
Nada más empezar, nos encontramos con un guion en lugar de una raya. Constituye falta. Antes del dijo, en lugar de la coma (correcto si hubiera sido un diálogo introducido por comillas) debería ir una raya, y tras uñas, se debe colocar el punto directamente, ya que la intervención acaba en la acotación.
En la segunda línea, preguntó es un verbo de habla y debe comenzar en minúscula, la segunda raya va antes del punto y no se separa de la acotación.
Por último, en la tercera línea, la acotación debe comenzar con mayúscula y los dos puntos se deben situar detrás de la segunda raya, ya que es el orden que debemos seguir para cerrar las acotaciones.
Lo represento aquí de la forma correcta:
—Juan, ve a la cocina que se quema el pollo —dijo Elena mirándose las uñas.
—¿Qué pollo dices? —preguntó Juan—. Por cierto, ¿dónde está el gato?
—¡Oh! —La mujer corrió despavorida por el pasillo y entró en la cocina—: ¡Misifú! ¡Sal de la sartén!
Sin duda, creo que con este ejemplo hemos comprobado la importancia de una puntuación correcta y cómo cambia la claridad y comprensión del texto. Así que me parece que todos deberíamos leer y estudiar esa fantástica guía que nos has preparado.
ETDO: Oye, antes de quitarte las esposas y dejar que te vayas, ¿cuáles son tus próximos proyectos sea como correctora o como escritora?
L.M. Mateo: Como escritora estoy empezando a trabajar en mi primera novela y un manual para autores noveles. Y como correctora acabo de
lanzar un Patreon en el que cada quince días doy una clase grupal online sobre cuestiones de estilo y ortotipografía.
ETDO: Y por último, una curiosidad que tengo desde que sigo tu blog ¿por qué Delirios y por qué Palabras?
L.M. Mateo: Antes era un blogspot de relatos llamado Ninfa Ondina (en honor a uno de los personajes de Ana María Matute). Cuando decidí dedicarme a la corrección, pensé en hacer un blog que combinara mis dos pasiones: la escritura y la corrección. La parte de Delirios se dedicaba a relatos, opinión personal, reseñas… a modo de cajón de sastre, y la de palabras se centraba más en cuestiones de estilo, ortotipográficas y recursos para escritores. Pero todos los blogs evolucionan con el tiempo y en estos momentos los relatos van a desaparecer y la sección de Delirios se centra en entrevistas, visibilidad de autoras y mujeres del mundo literario, reseñas de género y artículos de narrativa tratados desde mi punto de vista. El espíritu de palabras sigue siendo el mismo: ofrecer a autores noveles recursos gratuitos para formarse.
ETDO: Lo dicho, ha sido un verdadero placer contar contigo y, por supuesto, tienes las puertas abiertas de El Tintero de Oro para cuando quieras.
L.M. Mateo: Gracias a ti, David. Y la próxima vez no hace falta que me esposes, trae una cerveza o una botella de ginebra y yo respondo las preguntas que quieras.
Conoce a L. M. Mateo un poco más
L. M. Mateo (Alemania, 1979) es Licenciada en Humanidades por la Universidad Jaime I de Castellón, ciudad en la que reside. Ha vivido también en Inglaterra, Alemania y Panamá. Aunque comenzó como docente de Historia, en la actualidad trabaja como correctora profesional freelance. Como autora, ha publicado los relatos «La dignidad de una reina» (Tiempo y cadenas, 2017), «Rasavatam» (Antología Elemental, 2020), «Motuo» (Antología T.Errores Vol.I, 2020) y Gloria Matri (2020, en el Patreon de Alicia Pérez Gil, mientras trabaja en su primera novela.
Puedes seguirla en:
En su blog Delirios y palabras:
https://deliriosypalabras.com/ —orientado a escritores noveles— da consejos de estilo, ortotipografía y escritura en general, y realiza reseñas de libros de género.
Bueno, ¡ya no tenemos excusa para para puntuar mal los diálogos!
¡Saludos tinteros!
¡Qué bueno! Toda una guía: CÓMO PUNTUAR DIÁLOGOS CORRECTAMENTE. Desde ya, la tengo a buen recaudo. Con la cantidad de veces que he tenido que consultar este tema y no encontraba un total tan visual y práctico. Gracias, L. M. Mateo y a ti, David, por presentarnos a gente tan interesante desde el punto de vista de la puntuación en la escritura.
ResponderEliminarPara la próxima, lo de las cervecitas y la ginebra está hecho.
Gracias, María Pilar. La verdad es que ha sido un lujo poder contar con una profesional como L.M. Mateo y sin duda que navegando por su blog encontrarás un montón de estupendos consejos para mejorar nuestra escritura. En esta entrada, sin ir más lejos, aparece otro artículo, el dedicado al Barro en nuestra escritura, que me parece imprescindible.
Eliminar¡Marchando esas cervezas y la ginebra! Un fuerte abrazo!!
Estoy con María Pilar, una guía práctica para la puntuación de diálogos me viene genial. Que por cierto, "1280 Almas" fue todo un aprendizaje en ese sentido.
ResponderEliminarGracias David por la ayuda que nos prestas, mil gracias L. M. Mateo
Me ha encantado.
Gracias, Isabel. Thompson sin duda es un maestro en cuanto al fondo del diálogo, las intervenciones de los personajes, el ritmo de las conversaciones, bueno, ¡todo! Pero ya has visto cómo una mala puntuación de los mismos influye mucho en su legibilidad y también es un aspecto a cuidar. Creo que la guía que nos ha preparado L.M. Mateo en su blog es de esos enlaces a tener muy a mano en la barra de marcadores. Un abrazo!!
EliminarHola, David.
ResponderEliminarEs una gran presentación, muy ilustrativa. He aprendido tanto leyendo esta información, que me ha dado un poco de vergüenza mi ortografía.
¡Muchas gracias a ti y a L.M. Mateo por los consejos en este artículo!
Un abrazo
Gracias, Yessy. Se puede debatir sobre aquello de si se puede o no enseñar a escribir, pero te aseguro que la ortografía o la puntuación de los diálogos en concreto es algo que seguro que se puede aprender si dedicamos un momento a repasarlos junto a las normas que nos ha recopilado L.M. Mateo. Me alegra que te haya resultado útil, que es lo que pretendía. Un abrazo!!
EliminarLos escritores os diferenciais de los periodistas en la meticulosidad y el mimo con el que tratáis a los textos, quizá las prisas y la necesidad de inmediatez han deformado muchísimo nuestra forma de enfrentarnos a un escrito.
ResponderEliminarMuchas gracias siempre por tan buenas lecciones.
Un fuerte abrazo
Gracias, Macarena. No sé si tanto como en el periodismo, pero en la escritura también afectan esas prisas de la época moderna. Parece que lo importante es sacar contenido y no esperamos ese par de días necesarios para revisar y corregir nuestros escritos.
EliminarLo que es terrible, y eso lo veo constantemente en los periódicos nacionales a nivel digital, es que como solo hacen un copy paste del texto ofrecido por la agencia de noticias de turno, ves los mismos errores en todos los periódicos. ¡Ni se molestan en redactar a su estilo o al menos revisar el texto de la agencia! En fin... Un fuerte abrazo!!
La verdad es que el uso del lenguaje, sus formas y su correcta transcripción a un texto escrito puede llegar a ser una cosa muy bonita. Creo que lo que comentáis de Saramago es una genialidad del maestro. Eso de ir a su bola pero a la vez ser consciente de que está incumpliendo la normativa formal queda en manos de muy pocos. La entrevista ha sido muy provechosa y fácil de leer. Abajo el orgullo y arriba la humildad.
ResponderEliminarAbrazos a ambos y muchas gracias por ilustramos.
Gracias, Miguel. En una entrevista así desde luego que no podía faltar esa referencia a Saramago. Es curioso, y triste, que se haya convertido en la excusa de muchos que desconocen las reglas ortográficas. Eso es como decir que Picasso o Miró pintaban con manchas así que cualquiera puede pintar. No, solo quien domina en lo absoluto la técnica es capaz de jugar con sus reglas. En escritura puede valer casi todo, pero siempre desde el conocimiento no desde la ignorancia. Un fuerte abrazo!!
EliminarUna entrevista genial. Interesantísima y de mucha ayuda. Mil gracias a los dos.
ResponderEliminarGracias, Marta. Seguro que en le blog de L.M. Mateo encontrarás un montón de artículos muy interesantes y sobre todo prácticos para mejorar nuestra escritura. Un abrazo!
Eliminar!Hola David!
ResponderEliminarComo dices, después de leer esto con atención, no hay excusas para no escribir diálogos correctamente, además de lo bien explicado y del aprendizaje de lo que no conocía. En tu blog se hace realidad eso de que "cada día se aprende algo nuevo".
Gracias David por tu incansable generosidad y deseo de hacernos mejores a la hora de escribir.
Gracias también a L. M. Mateo (Lidia), por colaborar de manera desinteresada con la tripulación de este barco llamado Tintero de Oro, donde muchos de los de a bordo somos principiantes, y otros, aspirantes a ser buenos escritores.
Me guardo este contenido como el rescate a un naúfrago. Abrazos .
Gracias, Harolina. La verdad es que ha sido un lujo poder contar con una profesional como L.M. Mateo y creo que nos ha ofrecido una entrevista realmente con mucho jugo, tanto en lo referente a la puntuación de los diálogos como en cuanto a las experiencias de su oficio. La corrección de un texto es algo esencial y tenemos que intentar aplicar las normas para conseguir hacer la vida fácil a nuestro lector.
EliminarLo curioso de un texto bien corregido es que no nos damos cuenta de ello, pero te aseguro que el lector siempre se da cuenta cuando no lo está.
Te invito a pasar por el blog de LM Mateo, seguro que vas a descubrir un montón de artículos interesantes navegando por su web. Un fuerte abrazo!!
Me parece interesantísima la entrevista. Me preocupa mucho lo que en ella habláis.
ResponderEliminarLa raya es la gran desconocida. Hace tiempo escribí al respecto la siguiente entrada: El uso de la raya.
Muchas gracias.
Un abrazo.
Gracias, Macondo. La raya y, añadiría, las comillas angulares. Pienso que el problema es tan simple como que no tengan los teclados una tecla específica para esos signos. Por supuesto, no es excusa. Es muy sencillo reemplazar ambos con cualquier opción del editor de texto, como explicas en el artículo que has compartido y que es un excelente aporte al contenido de la entrada. Un abrazo!!
EliminarHola.
ResponderEliminarPrecisamente esta semana le hablé de esto a alguien que me pidió opinión sobre. su obra. Me guardo esta entrada como un tesoro. Quiero poner mi novela en Amazon(no renové el isbn con la editorial), voy corrigiendo cuando puedo, y estas guías son un tesoro.
Mil gracias, lo he leído poralto pero lo usaré para consultar muy a menudo.
Felizmañana.
Gracias, Gemma. Aunque en la entrada hemos hablado de la puntuación de los diálogos, bueno y de más cosas, te recomiendo también la entrada dedicada al barro de nuestra escritura. Creo que los errores que LM Mateo nos muestra en la misma los hemos cometido todos. En realidad todo el blog es un disfrute y aprendizaje no dudes en "perderte" en él. Un abrazo!!
EliminarLos diálogos es la típica cosa con la que todos tropezamos, por más que llevemos años escribiendo. Lo mejor es tener un esquema a mano para resolver las dudas. Yo también me encuentro con muchos guiones viñeta, como decís vosotros, y la verdad es que da horror.
ResponderEliminarUn abrazo y genial el tutorial.
Gracias, Rocío. Y en realidad no es tan complicado, al menos las reglas más básicas y comunes. En el ejemplo que aparece creo que se puede apreciar cómo cambia un diálogo de estar horriblemente puntuado a estarlo bien. Como dices, un esquema es una muy buena opción, y si además es en boli y papel mejor. La escritura física siempre tiene ese plus para que podamos memorizarlo mejor. Un fuerte abrazo!
EliminarSúper, mega, giga interesante, ja,ja,ja.
ResponderEliminarLa corrección, tanto ortográfica como de estilo, es algo a lo que todo escritor debería someterse antes de publicar "en serio". Yo me he reconocido en algunos ejemplos que ha puesto tu entrevistada, como las repeticiones y el uso excesivo de adjetivos y advervios terminados en -mente. Y en la puntuación, sigo a veces teniendo dudas sobre la necesidad de poner o no una coma. Creo que tiendo al uso innecesario de esta puntuación. Por ejemplo, en la primera frase que habéis puesto como modelo para corregir, yo habria puesto una coma detrás de "cocina": Juan, ve a la cocina, que se quema el pollo.
Y también debo reconocer mi temor a ser corregido y no es por orgullo o soberbia, sino por vergüenza. Me siento dolido al comprobar que no lo hago tan bien como creía. Pero hay que luchar contra ese temor y reconocer humildemente nuestros errores a fin de mejorar. Hay que pasar por ese trance. Como dice el refrán: más vale ponerse una vez colorado que ciento amarillo.
Y como muchas otras veces que hemos tratado el tema del estilo, sigue "mosqueándome" lo que todos hemos visto, vemos y reconocen los expertos en estilo: que cuando un escritor ya ha demostrado su valía, puede hacer lo que le de la real gana y chitón. Así que la "pureza" escritora solo cuenta para los primerizos. Es como si uno se sacara el carnet de conducir y mientra luce la L en su automóvil estuviera obligado a cumplir con el cógido de circulación a rajatabla, pero cuando ya tiene muchos años de experiencia al volante y ha demostrado ser un buen conductor, pudiera saltarse hasta los semáforos en rojo. Y luego (¡qué pesado que soy!) está la posibilidad de que un corrector de estilo tuviera su propio estilo, como cada maestrillo que tiene su librillo. En una ocasión, en un taller de escritura creativa al que asistía, la "profe" me corrigió una expresión que yo consideraba correcta, y estuvimos discutiendo un buen rato, cada uno defendiendo su postura. Tuve que claudicar, por supuesto, ella sabe más que yo, pensé. Pero no satisfecho con aquella corrección, lo consulté a posteriori con un filólogo amigo mío y me dio la razón. Creo que simplemente a ella le gustaba más una forma de expresión y a mí otra igualmente válida. Pero aquí ya entraríamos a discutir sobre la valía, conocimientos y competencia de los que se dedican a enseñar. Yo diría que hasta los profesinales pueden equivocarse de vez en cuando. Pero, en fin, Doctores tiene la Iglesia, je,je.
Y ya por fin, ahora sí, he guardado el blog Delirios y Palabras, como oro en paño, en mi lista de blog favoritos. Leeré con calma la entrada dedicada a la puntuación de los diálogos y, por supuesto, seguiré todos sus consejos sobre escritura. El saber no ocupa lugar, ja,ja,ja.
Enhorabuena por esta iniciativa tan útil y necesaria.
Un fuerte abrazo.
Gracias, Josep. ¡Ostras! Te aseguro que me has dejado con ganas de conocer esa expresión que motivó ese debate, ja, ja, ja... Así que si lo consideras puedes añadirla a ver qué tal.
EliminarDesde luego que tu comentario es muy jugoso y creo que refleja muy bien lo que pensamos muchas veces quienes comenzamos a andar en esto de las letras. Opino que en el fondo todo se reduce a un "Haz lo que consideres, pero siempre desde el conocimiento, no desde la ignorancia". Saramago, por ejemplo, por supuesto que conoce todas las reglas del lenguaje, y solo así es capaz de transformarlas a su propio código. Pero "sus reglas" siguen la misma lógica y estructura que las del idioma. Es decir, si el decide cambiar la raya por la coma, siempre lo hará. Quien no domine la ortografía y diga que hace como Saramago, seguramente nos mostrará unas veces la raya, otras la coma, pero sin criterio alguno.
Otra cosa es el estilo. Pienso que lleva muchísimo tiempo conseguir un estilo propio. Me hace mucha gracia cuando escucho eso de mi estilo en autores que apenas comienzan. Vuelvo a la frase, una cosa es escribir como puedo y otra como quiero. En mi caso, por ejemplo, suelo usar muy pocas descripciones. Podría decir que es mi estilo. Pero la verdad llana es que no se me dan nada bien y me cuestan. ¿Es mi estilo o un simple hacer de la necesidad virtud? Podré hablar de mi estilo cuando describa como los ángeles, pero decida no usarlas en mis relatos.
Luego, claro está, nuestra manera de escribir va evolucionando. Vuelvo a mencionarme, llevo un par o tres de años con un par de novelas. A trancas y barrancas, y con enormes parones entre su escritura. Aunque no lo perciba, es muy probable que los primeros capítulos tengan una manera de narrar y los últimos tengan otra. Pero al lector que un día la lea le importará muy poco. Si no hay una revisión es probable que piense que los primeros los escribió una persona y los últimos otra. Y eso es muy difícil de ser detectado por el propio autor.
Puff, ¡cómo me enrollé! Te invito a bucear por su blog. Un fuerte abrazo!!
Me ha resultado de lo más esclarecedora esta entrada. Aparte de otras cosas que desconocía, me veía en figurillas con la famosa raya. A veces hacía cosas rarísimas como darle a insertar símbolo, y ahí ya hay raya. Luego ya copiaba y pegaba. No sabía lo de Alt Gr, pero me parece mucho más práctico.
ResponderEliminarDe todas formas es curioso saber que a los escritores no solo se les corrigen los despistes y fallos, sino la ortografía, la puntuación, el estilo... Me surgen dos preguntas. ¿No serían ellos, como expertos, los que deberían corregir a los demás? y/o ¿No deberían ser los correctores los que se dedicaran a escribir? es decir, ¿no son ellos los verdaderos escritores?
Vaya lío se le crea a uno cuando se pone a pensar y pensar y luego piensa un poco más.
Un beso a ambos.
Gracias, Rosa. Jugosas preguntas propones. Dado que ni soy corrector ni escritor, solo puedo darte mi opinión. Creo que ambas facetas son distintas. Un gran corrector puede ser un escritor mediocre a la hora de elaborar historias y un gran escritor puede ser un desastre en puntuaciones y cuestiones de estilo. Me ha venido a la mente la película El editor de libros, protagonizada por Colin Firth y Jude Law. Creo que en ella se demuestra el papel de unos y otros. El editor Perkins jamás podría escribir como Thomas Wolfe, pero aún así le corregía por el puro conocimiento de la escritura y de los gustos del lector.
EliminarTambién está la cuestión de corregir y corregirse. Te aseguro que es muchísimo más difícil ver los fallos de nuestra propia escritura que ver los fallos de textos ajenos. Pienso que es por el funcionamiento de nuestro cerebro. Leemos nuestros textos con el hemisferio creativo, pero leemos con el hemisferio lógico. Un fuerte abrazo!!
Hola, Rosa:
EliminarTal y como dice David, las dos funciones son muy diferentes. Tú puedes ser una gran juez de penal, y no tener ni idea de dar clase, y tener los conocimientos justos de justicia penal, pero saber transmitirlos de maravilla. Con correctoras y escritoras pasa lo mismo un poco. Es cierto que casi todas hacemos nuestros pinitos de una manera u otra, pero hay quien solo se dedica a corregir, y quien solo se dedica a escribir.
Por otro lado, es imposible corregirte a ti misma. Total y absolutamente imposible. Detectar tus muletillas, tu errata en X, tu falta de claridad... Es como operarte a ti misma. La visión que tienes de tu cuerpo es limitada. Lo mismo sucede con tu obra. Llega un momento en que has revisado tanto tu texto, que el cerebro NO LEE palabra por palabra, ni caracter por caracter, solo ve el conjunto y obvia los detalles. Y ahí es donde se producen la mayoría de problemas. Es lo que llamamos «contaminación de autor», y a nosotras también nos pasa cuando revisamos muchas veces una misma obra. Al final, te la aprendes y tus neuronas no le prestan la atención necesaria.
Un abrazo.
Pues David, a parte de los consejos, siempre certeros, no sabes lo que agradezco que nos presentes a gente tan competente dentro se este mundillo. Porque a mí, personalmente, nunca me ha importado que alguien mejore lo que yo pueda hacer, pero en este caso, lo que más cosa me hace es el tema económico. Reconozco que este servicio debe valer lo que vale, no quiero ni imaginar lo que debe ser enfrentarte día a día a obras a medio hacer junto con su autor, pero eso puede no justificarlo todo. Es decir, el otro día me topé con una persona que vendía sus libros casi a pie de calle. Como empaticé con su causa, ne agencié uno. Acto seguido me metí en la web de la editorial que lo publicaba y me quedé asombrado con lo que proporcionaba. Era de autopublicación, y en ella no dejaba de hablar del tema de corrección y de la ceguera del escritor y de los 4 o 5 o mil pasos que realizaban de forma personalizada junto al autor hasta niquelar tu obra. El efecto era espectacular. Pero después volví al libro que acababa de adquirir y solo en la contraportada ya tenía erratas... Y es que, en este mundo, parece que todo lo que va más allá del garabateo es como saltar a un estanque donde no se ve el fondo con la esperanza de que no haya piedras puntiagudas a ras de superficie. Por eso te digo que te agradezco el empeño que pones, el modo en que te dedicas a que esa zambullida se convierta en un placentero chapoteo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias, Pepe. Puff, como nos metamos en el mundo de las editoriales de coedición... Yo, personalmente, prefiero gastarme el dinero en profesionales de la corrección para contar con el mejor manuscrito posible y luego buscarme la vida en cuanto a la publicación. Lamentablemente, en el mundo editorial de hoy día el objetivo de mercado ya no es el lector, sino el escritor. Es como si hubiera más gente que escribe que lectores. Este boom de estas "editoriales" responde a esa mecánica. Por lo que he visto, no las aconsejo de entrada. Por supuesto, las habrá de todos los colores y cada uno tendrá su propia experiencia. Pero, por ejemplo, he comparado algún ejemplar en papel de esas "editoriales" y lo comparo con nuestra última antología de relatos "Tinta, papel y... ¡acción!" Y sinceramente no veo la diferencia y si la veo no precisamente a su favor.
EliminarTe recomiendo mucho que visites la web de LM Mateo, cada uno de sus artículos no solo es interesante, sino muy práctico. Un fuerte abrazo!!
Hola, Pepe:
EliminarMuchas veces la gente me pregunta por los precios. Tengo un artículo hablando del tema. Pero te aseguro algo: en cuanto has dicho coedición, me he puesto a temblar. Suelen cobrar unos 70 - 100 € por 300 páginas. Yo por eso, ni te paso el revisor de Word, no me renta. 300 páginas me pueden llevar desde que empiezo y finalizamos el proceso, unas tres semanas. Si te cobro 100 €... ¿de qué como? ¿Cuántas correcciones tengo que hacer al mes? ¿Cuánto tiempo puedo dedicar a cada una? Ahí tienes la respuesta a los problemas reales. Sin contar que hay mucho intrusismo en el sector. Como siempre digo, pedid una prueba de corrección antes de contratar nada y, si tenéis referencias de alguien que haya trabajado con esa correctora, mejor que mejor.
Un saludo.
Genial!! Me aha parecido una entrevista la mar de practica. He tomado algunos apuntes y la guardo a buen recaudo pues seguro que me saca de algún apuro con la ortografía. Un fuerte abrazo y feliz fin de semana David ❤️❤️❤
ResponderEliminarGracias, Vincesi. Seguro que el blog de LM Mateo te sacará de muchos apuros. Un abrazo!
EliminarAcabas de aclararme un montón de dudas!!!
ResponderEliminar;)
Gracias!
Gracias, Norte. Seguro que en el blog de LM Mateo, resolverás muchas más. Un abrazo
EliminarUn artículo estupendo, muy completo y que resuelve muchas dudas. Muchas gracias por traernos información tan útil e interesante.
ResponderEliminarUn abrazo :)
Gracias, M.A. Me alegra que te haya resultado una entrevista amena y seguro que esa guía nos resuelve un montón de dudas. Un abrazo!
EliminarLo de los diálogos a mí sí que me dejan mudo a la hora de escribir, parecen sencillos pero es como el pan de bollo, que tiene más miga que corteza. En cuando a lo que dice de los autores especiales si fueran tan estilistas y apreciados no necesitarían ser corregidos. Na, unos TIC de tiquismiquis o en versión extendida tacaños, inseguros y creídos.
ResponderEliminarBuena entrada instructiva y en todo divertido como debe ser, un saludo ��
Gracias, JM Vanjav. Los diálogos tienen su aquel en cuanto al fondo, la estructura de la conversación, como en la forma, en cuanto a la puntuación. En ambas la práctica y la atención al pensarlos seguro que nos harán mejorarlos. Como dices, hay mucho tiquismiquis, una actitud para nada recomendable en este oficio en el que tienes que conjugar lo que a uno le gusta, pero pensando en que estás narrando una historia para los lectores e intentar que lo que queremos narrar les llegue sin demasiado ruido innecesario es algo que estos profesionales bien nos van a mostrar. ¡Saludos!
EliminarUn artículo para tener de cabecera en el dormitorio virtual. Creo que voy a visitar detenidamente el blog de corrección que tan didácticamente nos habéis expuesto ambos y voy a pasar allí horas y horas.
ResponderEliminarEnhorabuena por el artículo David, es un placer conocer y aprender de la mano de profesionales como Lidia, y quiera mi perseverancia que necesite también su trabajo.
Gracias, Carles. Este año me he propuesto, ojalá lo consiga, acercar un poquito a esta clase de profesionales a todos aquellos que intentamos escribir. En la blogosfera literaria, es una percepción personal, a veces pienso que los distintos mundos que la conforman están demasiado separados. Por un lado los blogs de relatos, por otro los de retos, más allá los blogs de profesionales de la Narrativa... Creo que entre todos tenemos que promover la lectura de todas aquellas páginas que tratan de literatura y así intentar que sea tan habitual en los navegadores como las páginas que hablan de cine, viajes, gastronomía, etc... Seguro que en Delirios y Palabras encuentras un montón de estupendos consejos para mejorar la escritura. Un abrazo!!
EliminarMuchas gracias, David y L. M. Mateo, por tan importante aportación. Como muchos han declarado, para mí también es valiosísima esta publicación. Uno de entre muchos puntos débiles míos, es la puntuación de los diálogos.
ResponderEliminarDa gusto y tranquiliza, tener una casita a la cual volver siempre que se sabe uno bien recibido, como lo es tu blog, David, además de todo lo que se aprende.
Sigan así de exitosos!!
Dos besos para ambos.
Gracias, Carla. Me alegra que la entrada te haya resultado de utilidad. Puntuar bien los diálogos siempre es un plus para nuestros relatos y en realidad no es tan complicado. Basta con hacerse un pequeño esquema con las reglas más básicas y revisar nuestro relato una vez ya está escrito. Seguro que en las entradas del blog de L.M. Mateo encontraras un montón de buenos consejos.
EliminarY por supuesto te agradezco tus palabras, este blog siempre tiene las puertas abiertas así que no hace falta ni siquiera llamar o avisar para entrar en él y participar. Un fuerte abrazo!!
Muy buena información. Puntuar diálogos no es fácil. Gracias por los consejos.
ResponderEliminarGracias, Ana. Seguro que con las entradas de L.M. Mateo salimos de toda duda. Son muy completas. Un abrazo!!
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