Bienvenidos a la cafetería de El Tintero de Oro. Podéis pasar sin miedo ni mascarillas y, por supuesto, serviros tranquilamente cuanto café, té o infusión deseéis, además de las pastitas, bollos, tostadas o churros. Hoy toca debate sobre un tema que a mí me resulta apasionante: las redes sociales.
Pese a llevar poco más de una década con nosotros su calado en nuestra vida diaria sería, exagerando espero que mucho, comparable al nacimiento del primer hijo: te cambia los hábitos hasta el punto de plantearte ¿qué narices hacías antes en tu tiempo libre? Por no hablar de la generación nacida en este siglo, para quienes su vida digital es tan importante, o incluso más, que la vida real.
La pandemia ha terminado de asentar las bonanzas de la era digital no solo en el campo del ocio o entretenimiento, sino como parte fundamental del desarrollo económico. Por supuesto, ese campo fértil de oportunidades infinitas también incluye a quienes escribimos. De hecho, sin esta realidad digital no estaríamos compartiendo este espacio ahora mismo.
En lo que a la escritura se refiere, lo digital ha supuesto una revolución parecida a la que provocó la invención de la imprenta. El escritor ya no necesita a una editorial ni demás intermediarios para dar a conocer sus obras, bien comercializándolas, bien de manera gratuita.
Algunos logran una importante repercusión en las redes que los lleva a la firma de un contrato editorial. Un ejemplo de ello fue un tal Matt Stewart que, en el año 2009, y tras múltiples rechazos para su publicación, se decidió compartir su obra The French Revolution en Twitter y para ello empleó nada menos que 3.700 tweets. Al parecer, tuvo un enorme éxito en dicha red social y ello consiguió que una editorial se fijara en él y publicara su novela.
Un artículo publicado en el portal
Tendencias21 se hizo eco de este logro con esta introducción:
Al leerlo me vino a la cabeza aquel ideal de principios del s. XX que conocemos como El Sueño Americano y que el historiador James T. Adams definió en 1931 de la siguiente manera:
La vida debería ser mejor y más rica y llena para todas las personas, con una oportunidad para todo el mundo según su habilidad o su trabajo, independientemente de su clase social o las circunstancias de las que proviene.
Los niños antes querían ser futbolistas y ahora YouTubers o influencers. ¡Forrarse de pasta jugando a videojuegos o haciéndose fotos! ¿Quién no quiere eso? Además, todos esos ejemplos parecen salidos de la nada, son personas como cualquier otra que de la noche a la mañana alcanzaron la fama y los followers. ¿Cómo no creer que las redes son un escaparate mundial en el que podemos mostrar nuestra habilidad sin ninguna limitación de clase o circunstancia?
En lo que se refiere a la escritura de tanto en tanto aparecen ejemplos como el de
Matt Stewart o fenómenos como
Anna Todd con su serie de novelas
After, o el más reciente de
Bartual en España. Ejemplos que nos hacen plantearnos ¿por qué yo no? Además, en las redes sociales existen miles, millones de escritores que publican sus novelas, editoriales que buscan autores a los que dar la oportunidad de ver su obra editada, blogs literarios, comunidades de decenas de miles de escritores y lectores. Eso solo puede significar que hay todo un mundo esperando leer nuestras letras y que no hay obstáculo para que nos ganemos la vida como escritores. ¡El milagro de la era digital!
Tanta promesa de prosperidad me ha hecho preguntarme:
¿Son la redes sociales el Sueño Americano 2.0?
¿Queréis alguna cosita más? ¿Tal vez un helado? Si es así os informo que hay una máquina justo al lado de la puerta. Vainilla, chocolate… podéis serviros cualquier sabor que os venga de gusto.
¡Ay, las redes! Bueno, lo primero que he de reconocer es que este último año me ha hecho más escéptico de lo que ya era en cuanto a la información que no conozca de primera mano. Así que ya podéis imaginar que en lo referente a las redes sociales me creo muy poquitas cosas e incluso esas las pongo en un prolongado período de cuarentena.
Por supuesto considero que las redes sociales son útiles, sin ellas, repito, no estaríamos aquí. Pero de ahí a pensar que en ellas todos tienen las mismas oportunidades o que sean el medio en el que alguien, sin nada más que su talento pueda, en lo que nos atañe, prosperar y convertirse en un escritor profesional… puff, creo que podemos contar con los dedos de una mano los casos en los que haya sido así.
Es muy romántica la historia que nos habla de alguien que comenzó a publicar su novela en una red social y, de la noche a la mañana, alcanzó millones de seguidores que lograron que en pocos meses las editoriales le suplicaran por publicarla, pero reconozco que eso me suena más a una campaña de márquetin previa a la publicación editorial que no la causa de la misma.
¿De verdad?, ¿pasar de 0 a 300.000 followers en una semana por una simple publicación?
Como imagino que todos los que estamos aquí ya hemos tenido alguna experiencia en las redes, para que nuestras publicaciones tengan un mínimo de visibilidad necesitamos, primero, contar con seguidores y, además, seguidores muy motivados que compartan nuestras publicaciones en sus perfiles para que las mismas puedan expandirse. ¿Cómo conseguimos estos seguidores? Lo normal es interactuando con ellos, mostrando el mismo interés por sus publicaciones como el que a nosotros nos gustaría recibir hacia las nuestras. Pero de esta forma, salvo que tengamos un superpoder que logre detener el tiempo, a lo sumo podemos alcanzar algunas decenas, tal vez, una centena.
De esa forma, nuestras publicaciones serán visitadas, pero de ahí a alcanzar una difusión significativa que haga ponerse de rodillas a las editoriales media un abismo.
Para ello deberíamos contar con
followers, y aquí hago un pequeño matiz semántico personal:
¿Cómo conseguir followers en modo crecimiento acelerado?
Por lo que he visto hay dos formas:
YO TE FOLLOWEO, TÚ ME FOLLOWEAS
De tanto en tanto salen iniciativas en cadena cuya única finalidad es añadir dígitos al número de followers de tu perfil. Lo bueno es que es gratis, lo malo que es que esa relación solo queda en un megusteo ocasional. Eso sí, se incrementa el número de perfiles de tu contador.
COMPRAR FOLLOWERS
En este caso ya tienes que gastar dinero, hay muchas empresas que se dedican a vender followers, y no solo bots, ¡hasta te venden perfiles reales! Y no solo eso, likes, retweets o comparteos, comentarios genéricos y personalizados. Vamos todo el pack completo.
Sin duda este sistema es más efectivo que el anterior, dado que quien los compra lo hace con una campaña de márquetin planificada y un producto ya terminado, sea un libro, canal de YouTube, etc. Necesita el impacto súbito que le haga muy visible en las redes para que el efecto llamada logre atraer a los usuarios reales al que va dirigido el producto.
De hecho, tampoco es demasiado caro y diría que tiene mayor éxito que pagar directamente a la red social por publicidad, por aquello de que un anuncio se muestra como tal, pero los followers comprados tienen la apariencia de algo espontaneo.
Sabiendo esto, permitidme que ponga en duda que en una semana alguien pase de manera natural de 0 a 300.000 followers por muy buena que sea su publicación.
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900 euros es el coste para que tu cuenta tenga en Twitter 100.000 followers en un plis |
A todo ello hay que añadir que muchos de esos fenómenos literarios nacidos de la nada en las redes, en realidad ya llegaron a ellas con un equipaje previo en el mundo editorial lo que sin duda ayuda. Aunque también hay singularidades como Anna Todd, una joven que, al parecer, trabajaba en un restaurante, sin ninguna experiencia literaria previa, y que comenzó a subir su novela After a Wattpad por capítulos. La historia es de amores juveniles que y según se dice arrasó entre ese público. La razón la desconozco, en una librería logré leer la primera página y, bueno… Quizá tenga mucho que ver el llamado fenómeno fan, pero soy incapaz de dar una razón a por qué esta autora sí, y otros millones que publican allá historias parecidas no. ¿Azar? ¿Estar en el momento y lugar adecuado?
Como estáis viendo, soy muy escéptico. Tal y como funcionan las redes sociales, en las que cada segundo se generan millones de publicaciones, se me hace muy cuesta arriba creer que alguien, solo por sus escritos, logre esa repercusión mediática. Y mucho menos en el mundo de la literatura en el que la demanda de ficción comprada es más bien escasa lo que me lleva a otra pregunta:
¿Realmente en las redes sociales hay tanto interés por la Literatura?
En Facebook, por ejemplo, existen muchísimas comunidades literarias. Cuando nos conectamos a nuestras redes, las mismas nos sugieren un montón de perfiles literarios, anuncios, blogs literarios… Todo ello parece significar que existe mucho mercado para poder prosperar como escritor profesional.
En mi opinión, siendo eso cierto quizá no sea del todo cierto.
Eli Parisier acuñó el término Filtro Burbuja para definir la consecuencia de que los algoritmos de las redes sociales nos sugieran recomendaciones en función de nuestros aficiones, gustos y comentarios, basándose para ello en los llamados sesgos cognitivos, provocando que los usuarios se vayan aislando en burbujas culturales o ideológicas, fomentando una visión cada vez más estrecha de la realidad.
Un sesgo cognitivo es un error de nuestro cerebro al procesar la información recibida y que afecta a nuestra toma de decisiones. Por ejemplo, ante dos informaciones siempre tenderemos a dar por válida aquella que confirme nuestras creencias y por errónea aquella que las contradiga. Es el llamado sesgo de confirmación, que es el mismo que consigue que ante informaciones políticas, por ejemplo, tendamos a compartir aquellas que resulten positivas para los partidos políticos afines a nuestro pensamiento, pero no así las negativas.
El caso es que a través de este y otros, la red social va conociéndote y conforme vas clicando y navegando le estás desvelando tus gustos al algoritmo de marras para que este te ofrezca una información a la carta para que hagas clic.
La consecuencia es que a cada uno de nosotros se nos muestra solo una parte de la realidad. En el caso de los escritores, en su red aparecerán continuas sugerencias de libros, publicaciones literarias, comunidades, perfiles de escritores, etc. Y con ello entran en juego otros sesgos: el de arrastre, que es el que nos hace creer en algo porque muchas personas lo hacen; y el del Falso consenso, que es la creencia de que nuestros hábitos, gustos u opiniones están más extendidos de lo que realmente están.
En definitiva, los algoritmos nos llenan de información relacionada con el mundo de la literatura y ello nos puede hacer pensar que el mismo tiene más presencia en la sociedad real de lo que la tiene. Esto nos puede generar unas expectativas desmesuradas respecto a los lectores que potencialmente estarían interesados en nuestra obra.
A ello se puede replicar que esas comunidades de Facebook cuentan con decenas o cientos de miles de miembros; o que en Wattpad, están registrados 40 millones de usuarios, se han subido 150 millones de historias y que cada segundo se sube una nueva publicación. Pero lo que yo me pregunto es ¿cuántos de esos miembros son lectores buscando lecturas o son escritores dando a conocer sus obras? El matiz creo que es importante. Yo me inclino por lo último, dado que últimamente parece que el mercado editorial está más enfocado en hacer negocio con el escritor que con el lector.
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¿Hay más escritores que lectores? |
No hay nada nuevo bajo el sol
No nos engañemos. Cambian las épocas, pero no las dificultades. No existen los atajos y la promesa de prosperidad de la nueva vida digital no difiere de la vida analógica. Antes, el problema era publicar, pero había muchas editoriales y muchos formatos (libros de bolsillo, revistas,...) que hasta te pagaban por tus relatos. Ahora el problema es que alguien llegue a tu obra, que sea visible, y aun así que esté dispuesto a pagar por ella.
Hace unos meses salió la
noticia de una
influencer que al parecer contaba con dos millones y medio de
followers (la mitad falsos, eso sí) y ello la animó a crear una marca de ropa. Se gastó mucha pasta en ese negocio, y se arruinó. Solo vendió 36 camisetas. Muchos autores de éxito viral e inmediato lograron firmar por una editorial, encandilada por sus
followers, pero luego sus libros tuvieron escasas ventas y ya no volvieron a publicar.
Y es que el éxito es menos frecuente que el fracaso, el ideal de prosperidad está bien, siempre que no nos lo creamos. Porque entonces llega la frustración. Parafraseando al premio Pulitzer Chris Hedges, trabajar duro y obedecer las reglas no lograrán que el éxito sea inevitable.
A todos nos gusta que nos lean y seguro que muchos desearíamos poder ser escritores relevantes para dedicarnos de manera profesional, pero si ponemos el foco en ello nos equivocamos.
Enfoquémonos solo en nuestra escritura, usemos las redes para adquirir experiencia y disfrutar de la compañía de nuestros seguidores y compartamos con ellos nuestro camino literario.
Solo ese camino es seguro, así que disfrutémoslo recorriéndolo.
Bueno, ya tengo la lengua seca así que ya me callo y os paso el turno, ¿qué os parece? ¿Es oro todo lo que reluce en las redes?, ¿cómo ha sido vuestra experiencia en las redes?, ¿habéis publicado algún libro?, ¿qué tal os ha ido? Como pretende ser un debate podéis responderos o contrastar opiniones unos a otros con total libertad.
¡Saludos Tinteros!
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Vaya tema más interesante David. Ciertamente las redes nos ofrecen una visión y una realidad que con frecuencia no es la real sino producto de ese sesgo que ofrecen los algoritmos que lo saben absolutamente todo sobre nosotros y que acaban configurando también nuestras redes sociales para que veamos casi aquello que saben que parece que queremos ver y así si hemos mirado una televisión, un libro o un viaje nos empiezan a aparecer toda clase de productos similares. Es preocupante. Las redes son muy útiles pero hay vida aparte de ellas y algunos parece que vivan si no lo publican en las redes, dejando de lado todas las mentiras e imágenes que se fabrican para dar una visión idílica que muchas veces no es cierta.
ResponderEliminarHoy leía que un maestro apasionado de la tecnología decía que le gustaba que sus alumnos usaran la tecnología pero que no quería que la tecnología los usara a ellos y para eso era necesario educarlos de manera crítica, reconociendo que no hay nada gratis en internet.
Un tema que da para mucho.
Un beso y feliz fin de semana
Gracias, Conxita. Muy sabio ese maestro, la tecnología es un medio, nunca un fin. Como bien apuntas la red no deja de ser ese amigo adulador que siempre nos dice lo que queremos oír, pero en ella lo que no se paga con dinero se paga con datos que se venden. Nosotros somos el producto, por eso tenemos que estar alerta siempre y no dejarnos llevar por cantos de sirena que nunca son tan inocentes como parecen. Un abrazo!
EliminarCompletamente de acuerdo en todo lo que comentas: no hay atajos ni varitas mágicas pero tampoco importa demasiado, el foco, como dices, no debe estar en eso. Hacerlo lo mejor posible, ir mejorando poco a poco y, sobre todo, disfrutar de la escritura y no perder la ilusión debería ser la única aspiración, el resto puede ser bienvenido pero siempre secundario. Muy buena también esa distinción entre "follower" y "seguidor ". Una entrada estupenda, David. Para reflexionar sobre ciertas cosas...
ResponderEliminarGracias, Marta. Como mencionas las redes nos dan una oportunidad de compartir esta afición escritora y eso es maravilloso y lo que de verdad podemos sacar de provecho. Pensar en que solo por publicar nuestras cosas vamos a conseguir llamar la atención de las editoriales es otra película muy distinta que puede en muchas ocasiones provocar una frustración injusta en muchos compañeros. En la red nada es casual y todo lo que sucede es porque alguien detrás pone pasta para que suceda. Un abrazo!
EliminarSaludos David y a todos los lectores del blog,
ResponderEliminarbueno en mi experiencia me parece que entre mas culto sea un tema menos seguidores va a tener uno en las redes sociales.
Los blogs de filosofia o de literatura no tienen una audiencia de millones, en cambio si alguien pone un bebe comiendose una sandia en tik-tok eso le va a interesar a millones de personas.
En el caso particular de escribir cuentos y poemas para los blogs, se me hace que la audiencia que me ha llegado son otras personas que tambien gustan de hacer lo mismo (y muchos lo hacen mucho mejor que yo).
Otra cosa seria ya salir del nicho y comenzar a tener una audiencia de publico en general pero supongo llegar a ese otro nivel requiere ciertos eventos muy especiales, tanto dentro de la interaccion propia de Internet como interaccion con personas concretas en el mundo "fuera" de Redes sociales.
Gracias, José. Lamentablemente es así, las redes son una oportunidad única de compartir conocimiento y lo que prima es compartir bobadas. Para mí, lo único que me interesa de la red son los blogs, es el lugar en el que encuentro a una persona que muestra lo más preciado: sus textos e inquietudes. Además, quien tiene un blog me sugiere compromiso serio de verdad en lo que hace.
EliminarPero las redes van por otro lado, cada nueva red social que se hace popular ofrece menos espacio para las letras y para un contenido mínimamente decente. Lo último ya es esa tontería de Tik Tok. Vídeos de bobos haciendo bobadas. Todo el conocimiento a un solo clic y lo que busca la gente es un baño de narcisismo. En fin... Un abrazo!!
Hola, David. Un análisis muy completo con el que concuerdo. Los followers no garantizan el éxito. Ojalá supiéramos cómo lograr la difusión de una obra. Porque a veces solo queremos que nos lean. El sueño de que nos paguen por escribir es muy lindo. Pero poco probable. Y como vos decís las redes te dan cercanía al lector, un dia y vuelta que es muy bueno en el camino del aprendizaje. Un abrazo
ResponderEliminarGracias, Mirna. Las redes, en realidad, no han traído nada nuevo y pensar en ellas como el medio en el que cualquiera puede alcanzar reconocimiento... puff. Quizá hace años, pero ahora para tener un mínimo de notoriedad se necesita una fuerte inversión económica, comprar seguidores, comentarios, publicidad... todo ello para tener un mínimo de visibilidad. Todo lo demás son milongas. Es por eso que tenemos que disfrutar de lo que sí podemos sacar, en el caso que nos ocupa, encontrar compañeros con los que disfrutar de la escritura. Un abrazo!
EliminarHola, David. Gracias por la tertulia y el chocolate calentito. Nos compartes una reflexión muy oportuna y certera. Es verdad que las redes sociales son muy útiles si se usan con sentido común y análisis crítico. No es oro todo lo que reluce, nos venden muchos espejismos y hay que estar atentos para no dejarse cegar por el reflejo.
ResponderEliminarEn cuanto al mundo literario, es cierto que populariza el hecho de escribir y compartir lo que se escribe sin necesidad de pasar filtros de terceros para publicar. No obstante aquí también aparecen los contrapuntos, ya que la forma es tan importante como el fondo, bajo mi punto de vista.
Estamos en una nueva era literaria sin duda, con mucha publicación diferente de todos los estilos. Lo considero una riqueza, aunque como bien apuntas, hay que ser realistas y saber que la satisfacción debemos encontrarla en el propio hecho de escribir y compartir con otras personas, que tienen la misma afición por las letras. Leer atentamente lo que aportan, ya que el aprendizaje es un camino constante que también está en lo que los demás nos dan.
Es un placer compartir este espacio. Un abrazo universal.
Gracias, Carmen. Desde luego es una fantástica oportunidad la de poder comercializar tu obra directamente, pero como todo en la vida tiene pros y contras. El problema de base es que se lee muy poco en general y se compra menos en particular. Muchas veces he pensado en por qué Amazon ha creado esa enorme plataforma de autopublicación. Pienso que en realidad es porque eso es lo que le da dinero, pienso que más que trabajando con las editoriales. Fíjate, si un autor independiente publica, normalmente tendrá una venta segura de al menos diez o veinte ejemplares, familiares y amigos. Si publican miles o decenas de miles, haz números. Y además a coste cero.
EliminarPero si ello es una oportunidad, también recorta otras. En pocos años solo habrán un par de editoriales, el futuro de las pequeñas me parece muy oscuro.
Es por ello que los que amamos la escritura tenemos una doble tarea. Por un lado escribir, por el otro intentar fomentar la lectura. "Llenar" las redes vacías como FB, Twitter y demás de relatos. Compartirlos, tanto propios como ajenos, para que de esa forma puedan llegar al mayor público posible, sobre todo al público que no escribe.
Quizá es pedirnos demasiado, pero no le veo otro futuro. Un abrazo!!
!Hola David!
ResponderEliminarGracias que no hay que ponerse mascarilla, ja, ja. Con un buen café en mano y poco conocimiento de redes sociales (no las uso ninguna), salvo lo que mis hijos comentan, me parece que has tocado las principales teclas de este fenómeno actual, que se ha convertido en el sustituto de nuestro sol, pues todo gira a su alrededor, y de nuestro movimiento interactivo a su alrededor, dependen nuestros días y noches, nuestra vida, al menos, la de la mayoría de las personas activas en la sociedad y los niños.
Pero de que la vida ha cambiado no hay dudas, lo que todavía no sabemos es si es para bien, tengo mis reservas y dudas, a juzgar por la conducta adictiva del uso de estas y lo vacía y superficial que se ha vuelto la mente humana, sin mencionar el daño psicológico, y el daño al planeta mismo, ya que tanta radiación y desperdicios tóxicos son letales (los celulares se cambian y tiran al basurero tan a menudo como vertiginosamente cambia la tecnología o por moda y se tienen siempre pegado al cuerpo, me hacen pensar en los vaqueros del oeste y sus pistolas al cinto.
David coincido contigo en el planteamiento que expresas, y estoy como tu, me creo la mitad o menos de tantos éxitos, por Dios ni siquiera sabia que se compraban seguidores, perfiles y esos likes, la gente está mas loca de lo que pensaba...
Si el sueño americano es engañoso y hasta morboso y brutal, pues pinta una realidad inexistente y resulta esclavista, las redes sociales lo son más, nos implantan un magnetismo deslumbrante, pero son doblemente engañosas y esclavizantes, y hasta enfermizas.
No creo que en las redes haya lo que se llama verdadero interés por nada que no sea el deleite social de fama, o de echar vaina, el protagonismo, o el morbo y deshonroso interés de llevar vidas y que de paso lleven la nuestra.
Por otro lado, la literatura siempre ha tenido y tendrá su publico, pero hay que diferenciar literatura de escritura, cualquiera escribe, pero hacer literatura propiamente dicha, con criterio, creatividad, sabiduría y encanto natural, no abunda como quieren decir en las redes.
Te dejo con esta frase que usé en una entrada del blog, “Ser famoso en las redes, es como ser rico en monopolio, no es real", pero el que se lo crea, que sea feliz y nada más, está en su derecho, ja, ja.
Gracias David por el café y las informaciones que desconocía, y la verdad es que no se si reír o llorar, cuanta falsedad... Un fuerte abrazo.
¡Gracias, Harolina! Casi no puedo más que suscribir lo que has comentado. Yo tengo abierto perfiles en Twitter y Facebook básicamente para compartir las entradas del blog y los relatos que participan en los retos de cada mes. Y poco más. No suelo opinar de nada, ni me interesan publicaciones políticas, ni las campañitas ni las publicaciones absurdas solo para llenar los perfiles. De hecho, ni tengo móvil.
EliminarEspero que la Literatura tenga siempre su público, pero cuando voy en el metro... la verdad es que se me cae el alma a los pies. El 99% está clavado a la pantallita, con juegos, redes o cualquier otra bobada para pasar el rato. El problema es que ello conlleva a que cada vez haya más gente que no solo le de pereza leer, sino que incluso es incapaz de comprender lo que lee. Y me parece que esa tendencia es cada vez mayor.
Y sí, en las redes se compra todo, de otra forma es imposible tener una audiencia significativa. Por simple curiosidad, visité algunos perfiles de muchos cientos de miles de followers. Puff, solo viendo los primeros treinta seguidores la mitad eran claramente falsos.
En fin un mundo demasiado virtual para quienes ya somos más analógicos que otra cosa, ja, ja, ja... Un abrazo!
De las redes sociales la única a la que hago caso es al blog. Tengo cuentas en Facebook y Twitter, pero lo único que hago en ellos es poner el enlace cuando edito alguna entrada. No les he encontrado la gracia, ni tengo especial interés en hacerlo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias, Macondo. Pues tal cual. Alguna que otra vez me han comentado sobre por qué pongo como requisito para participar en algún reto que el relato se publique en un blog, y no en FB o cualquier otra red. Mi respuesta es la misma siempre: porque es en un blog donde se ve lo que vale un escritor digital y porque son los blogs lo único interesante de internet. Para otros todas las chorraditas virales, yo siempre me quedaré con un buen texto de un blog. Un abrazo!
EliminarHola.
ResponderEliminarYo soy un desastre con redes sociales. Últimamente comparto el post del blog una vez cada dos días o incluso menos. Y nada más. No estoy pendiente, se meolvida compartir publicaciones de compañeros(y me da rabia, lo confieso, pero es que se me pasa).
Mi hija tiene un amigo que comprando seguidores ahora eslo quellaman un influencer. Tiene 300.000 más o menos, y oye, ya ha salido en dos series en Netflix, en cositas de la tele...Si se hace muy famoso temngo fotos vergonzosas y sin filtros para chantajearle, jejejeje.
Me ha gustado un montón la entrada, y te diré que yo no querría ser famosa por las redes. Bueno, no querría ser famosa, valoro mucho la intimidad.
Feliz finde.
Gracias, Gemma. Desde luego has puesto un ejemplo de cómo funciona esto de las redes. En el tema de los influencers es algo exagerado, humo, humo y humo... pero es que además los hay muy jetas que van por hay pidiendo regalos o comidas gratis a determinados negocios chantajeándolos con malas críticas en caso de que no sean atendidos. Increíble. Lo del famoseo, como dices, no sirve para nada por sí solo. Además es algo tan efímero si no hay nada detrás... Un abrazo!
EliminarHola David,
ResponderEliminarCon tu permiso me he servido un Rooibos y un trozo de bizcocho de manzana. Voy al lío.
El tema de las redes sociales, en general, ME ABURRE SOBERANAMENTE. Que no se me malinterprete, soy periodista y, como tal, no me cabe ninguna duda de la función social, profesional, de ocio, etc que tienen, pero me interesa mucho más el modo en que se utilizan porque se han convertido, peligrosamente, en el centro del universo. Por no decir el daño que ha hecho al periodismo, amarilleándolo por la caza de clicks.
La gente prefiere (hablo en general) engancharse a tik tok que a un buen libro, estar soltando maldades en Twitter que ver una buena peli....¿Y quién soy yo para decir que una cosa es mejor que la otra? Pues nadie. No soy nadie, es verdad. Pero es que tengo la sensación de que este acceso compulsivo a las redes y este "todos conectados ya verás que bien" está universalizando la banalidad, la demagogia, lo zafio, el insulto. Resulta que tenemos una oportunidad de oro para engrandecernos a todos los niveles, para acceder a una información y unos conocimientos inverosímiles e imposibles en otros tiempos, y nos quedamos con lo absurdo, nadando en la superficie de la idiotez. Perdón si me estoy excediendo.
Así que utilizo las redes sociales para interactuar con mis "seguidores" como muy bien dices, y si voy creciendo pues qué bien.
Y con respecto a la literatura ¡Qué gran verdad!: "el mercado editorial está más enfocado en hacer negocio con el escritor que con el lector", tan cierto que has de ir con mil ojos porque nos engatusan por el pecado de la vanidad y caemos en la trampa por el de la codicia.
En fin. Redes Sociales, si gracias, con sentido común, con perspectiva y sin olvidar que el café sabe mucho más rico cuando también hueles lo que se está tomando tu compañero de charla.
Gracias, Matilde. Jo, leyéndote pensaba que estaba leyéndome, ja, ja, ja... Pienso que cualquier rastro de inocencia en las redes se perdió hace años. Pienso que se han convertido en el Quinto Poder, pero un poder de apariencia más que de realidad. Son el jardín de los partidos políticos, acceso directo a tu votante es un sueño hecho realidad para ellos. Pero es que además, pienso que las redes más que reflejar la realidad, transforman la realidad, cuando interesa crear debate artificial basta con comprar unos miles de comentarios, poner a trabajar a esos comunitys, etc...
EliminarY en realidad todo es humo. El problema es que el periodismo se ha rendido a ellas. La caída de ventas de la prensa en papel, los recortes y pérdidas, ha provocado que el contenido gratuito de sus páginas digitales sea un mero corta-pega de lo que ven por ahí, una republicación de noticia de agencia, etc...
Un mundo de humo que al retroalimentarse da la sensación de que son reflejo de lo que sucede en el mundo real, cuando en muchos casos son la causa.
Lo peor de todo es que eso afecta a la afición lectora, y provoca que el negocio editorial se centre en el escritor generando unas expectativas absolutamente desmesuradas. Pero claro, ¿cómo le dices a alguien que se va a gastar mil euros para recuperar, en el mejor de los casos, un par de cientos?
En fin, al menos nos quedan los blogs, lo único que me parece auténtico, que permite acompañarnos a quienes disfrutamos con la Literatura. Un abrazo y por supuesto sírvete cuanto quieras.
El problema es que convertido el mundo en un escaparate importa más que te vean afuera a lo que pase por dentro. Estoy en la red desde 1997 y sé lo que era y lo que ha perdido en el camino. Antes no había redes sociales y estabas en foros y grupos de discusión, si querías montabas una página desde el principio y colocabas lo que te apetecía, con el diseño que te apetecía ya que como las de Geocities eran gratuitas. Mi página desde que la cree en el 2004 se llamaba como mi blog ahora: Círculo de los Suicidas Perezosos y ponía todo tipo de cosas. Luego para seguir tuve que ceñirme a un formato de blog y más tarde colocarlo en las redes. He ido perdiendo, como todos, autonomía personal y si también he comprobado que importa más colocar lo propio antes de leer lo ajeno, salvo excepciones.
ResponderEliminarUn abrazo
Gracias, Doctor. Muy valioso apunte viendo que has estado en este mundillo casi desde sus inicios. El tiempo ha ido quitando espontaneidad y añadiendo negocio del mundo digital y perdiendo contenido. Es curioso que cada nueva red social que se pone de moda propone menos posibilidad de ofrecer contenidos de los blogs pasamos a FB, de esta a twitter y sus ciento y pico caracteres, de ahí a instagram y sus fotitos y ya lo último ese tik tok que parece consistir en vídeos de 15 segundos. Consumo rápido, olvidable e intrascendente. En fin... Un abrazo!!
EliminarMuchas gracias por los bollitos y el chocolate. A estas hora ya tenía un poco de hambre.
ResponderEliminarSegún leí el título de tu entrada "¿SON LAS REDES SOCIALES EL SUEÑO AMERICANO?" me respondí a mí misma "ESPERO QUE NO, POR DIOS". Ya veo que tu conclusión es la misma. No digo que alguien no pueda dar con algo en algún momento que le haga salir del anonimato y ver su libro publicado y con éxito. Pero seguro que por uno de esos hay cientos de miles (millones, más bien) que se quedan con las ganas. Creo que la literatura no es un tema que arrase en redes sociales.
Muy interesante la entrada.
Un beso.
Gracias, Rosa. Desde luego que quien quiera ganar dinero con las redes tiene terrenos mucho más lucrativos que la Literatura. Lo que he querido expresar en este artículo es que, en mi opinión, si son ese sueño americano, tengo la percepción que muchos las ven como ese país de las oportunidades y ello me parece erróneo. Es un medio en el que tienes que invertir mucho dinero y, además, contar con algo serio y trabajado detrás. Cuando veo a un niño diciendo que quiere ser influencer como si para ello bastara con crearse un canal o un perfil... Puff, pues no hay negocio detrás de esa aparente espontaneidad social. Un abrazo!!
EliminarMe gusta tu post y coincido contigo!
ResponderEliminarAbrazosbuhos
Gracias, Buho. Un abrazo
EliminarGreacias por la invitación, yo he tomado una infusión y unas galletitas.
ResponderEliminarSoy de la opinión que las redes sociales es un medio donde nadie va a hacerte famoso, porque puede ser que te encuentres con la realidad no es la que aparece en las redes sociales, me explico, que quien aparece tras la red social, no es quien crees que es, o que eos de que te vas a hacer famoso por públicar tu relato o tu novela en una red social, me parece muy efimero que quieres que te diga.
A las editoriales les interesa el negocio y van solo a públicar a aquello que por desgracia no muchas veces vale literariamente si no lo que les reporte dinero y supongo que hacerlo atraves de las redes sociales viene a ser mas o menos lo mismo.
Cuando y o me inicie en Facebook, fue porque mi hermana empezo a hablar de esa red social y como por ella había encontrado compañeros del Colegio, el mismo que el mio y ello me ánimo a entrar en dicha red social.
Y si tuviera que dedicarme a la escritura, mi sueño pero eso va a ser un sueño, pelearía con alguna editorial pero lo único que me ánima es a escribir de vez en cuando algún relato en el blog y tengo pendiente una novela a medio terminar, pero hace mucho que no toco word, y ahora he descubierto que las ventas me gustan y a ello me quiero dedicar, jeje, de modo que mi novela tendrá que esperar.
Un abrazo y como siempre nos traes temas muy interesantes.
Gracias, Tere. Espero que hayas disfrutado de esa infusión y galletitas. Esa es la clave, en las redes todo es apariencia, el problema es que se nos vende como algo real y creo que estamos perdiendo la capacidad crítica para darnos cuenta de ello. Y sobre todo las nuevas generaciones. Pero también las propias empresas.
EliminarNo hace mucho apareció la noticia de que muchas de ellas, tras gastarse un pastizal en redes, youtubers e influencers, empezaron a tomarse en serio cuanto de influencia real se trasladaba a la vida real y la burbuja empezó a pincharse.
Las redes no ofrecen más por menos. Como en la vida real necesitas trabajar mucho y esforzarte lo máximo para poder tener éxito, y ello sabiendo que la mayoría de las veces no será así. Un abrazo!
Muchas gracias por el tentempié, tú sí que sabes tratar a tus invitados.
ResponderEliminarPues vaya tema, se podrían escribir varias sagas sobre ello. Yo en este caso soy un ignorante, y no lo digo para vanagloriarme, sino al contrario; creo que sería una genial herramienta para algo. Aun así, tengo facebook desde hace 13 años o así, pero no entro mucho, además, tienen vetado mi blog desde un relato que mandé al Tintero, el de la zapatilla de ir por casa (y todavía no sé por qué). Este verano me metí en twiter, y esa me gusta más, pero que aguanto diez minutos, nada más. Se ve que no he encontrado aún la tecla. Solo el mundo del blog, aunque llevo año y medio. Aun así, como he dicho, me parece una buena herramienta que, bien utilizada, podría ayudarnos a encontrar el camino de la publicación (en este caso, otros muchos más en otros campos). Aunque claro, siempre están los generalismos que no ayundan, como ese ejemplo que das de un autor que subió a twiter su novela y las editoriales se lo rifaron (si subo yo la mía me bloquean la cuenta) o ese que envió a editar el primer borrador de su primera novela y fue un best-seller. Y es que sí, cuantas más vías tengamos más fäcil será encontrar un camino, el problema es que puede que ese camino no exista, que, como hicieron los de los ejemplos anteriores, debas edificarlo, asfaltarlo y luego transitarlo, porque, si fuera tan fácil, ya lo habríamos hecho.
Bueno, creo que hoy no cenaré con lo que he comido hoy, jajaj, a ver qué noche paso!
Un abrazo, David!
¡Hola, Pepe! Yo creo que sé el motivo por el que te han vetado: ¡pura envidia! Un abrazo.
EliminarJajaja, Beri, creo que el Facebook no me lee con los mismos ojos, pero te agradezco el apoyo. Puede que el motivo sea mi pasado anarquista, pasado que aún está pendiente de desarrollarse. De todas maneras es algo que me parece más gracioso que alarmante.
EliminarUn abrazo, amigo!
Gracias, Beri. Bueno, hablando de bloqueos este mismo blog está vetado en Facebook desde noviembre de 2019 por, según me dice su página, "otros usuarios consideran ofensivo su contenido". Así que fíjate el aprecio que le tengo, ja, ja, ja... Es por ello que abrí el perfil en Twitter, donde no he tenido problemas. Eso sí, ambas me aburren someramente. Entre post pseudopolíticos, spam y demás chorraditas para rellenar el perfil pocas cosas me llaman la atención.
EliminarEl planteamiento de este artículo meramente de opinión es si las redes ofrecen la posibilidad de que cualquiera pueda prosperar solo con su talento, trabajo o capacidad. Mi opinión es que no, y menos en literatura. Para ser visibles en las redes se necesita pasta para comprar seguidores, publicidad, comentarios y, aún así, es cuestionable. Incluso los pocos casos que ha habido los pongo en duda, y me inclino más a pensar en campañas previas a un lanzamiento editorial que no a que la la causa de la publicación editorial haya sido el éxito en las redes. Un abrazo!!
Hola, David
ResponderEliminarLo que me interesa es contar historias, lo que necesito es gente que las lea.
No, no se trata de contar con una EDITORIAL para publicar porque no tengo los recursos y si los tuviera no quiero emplearlos en eso porque tendría un libro. ¿Quién me asegura los lectores?
WATTPAD.- Cuando empecé, muy tímidamente, con mi blog en el 2009, estaban en auge. Entusiasta me metí de lleno en esa web para publicar textos, me ofrecía una plataforma abierta a diferencia de las editoriales. Tenía todos los géneros a través de etiquetas para clicar y poder leer lo que se había escrito. Era gratuito, podías contactar con el autor y seguirlo para estar al tanto de todo lo que publicaba. Y, entonces, no había publicidad.
Es un fenómeno extraordinario, pero también es muy abundante la piratería, se guía por los likes que tiene un texto literario y la verdad, la calidad, a veces, deja mucho que desear. Creo que ahora hay mucho fanfic y los jóvenes lo siguen entusiasmados. Son muchos los que le cogen afición a la lectura de esa forma, nosotros empezamos con viñetas y algunas inolvidables.
Ya de vuelta de las redes sociales y del “toma y daca” de los blogs, que consumen mucho tiempo que me gusta emplear en otras cosas, me centré en lo que me interesaba: mantener el blog y pocos seguidores, pero que merezcan la pena por lo que escriben. Con todo no alcanzo a leerlos al ritmo que publican, pero llego hasta donde puedo y ya está. Porque para mí es un divertimento y quiero que lo siga siendo.
El ideal, en mi opinión, aunque tiene un curro que muy pocos podrían sacar adelante, es el modelo de El tintero de oro. (Conozco otras páginas que trabajan en esta línea) Parece una página WATTPAD muy mejorada y tiene las ventajas de la editorial. El producto está más cuidado, más trabajado y pulido que cuando el escritor lo ha publicado. Cuenta con un lector, editor, corrector, maquetador y diseñador, que puede ser la misma persona, como mucho dos, y no cobran. ¡Ahí es nada! Eso sí que es por amor al arte. Al final, salen obras como Relatos sorprendentes, que te dejan sorprendentemente impresionada por su calidad literaria.
Un abrazo.
Gracias, Mª Pilar. Bueno, empezando por el final, ¿cómo que es gratis El Tintero de Oro? Te aseguro que el precio es muy alto. Nada menos que vuestro tiempo y talento al participar con vuestros relatos. Y te aseguro que el beneficio también. El blog me ha dado la oportunidad inmensa de profundizar en aspectos como la maquetación, la corrección y en definitiva la edición. Eso es impagable te lo aseguro. Te agradezco mucho ese comentario.
EliminarEn cuanto a Wattpad, la verdad es que me acerqué a ella un par de veces. Me sentí totalmente desubicado. Como dices parece una web copada por adolescentes con más ganas de publicar, que no escribir. Lees lo comentarios a algunos capítulos y puff... La idea del artículo era crítica a esa idea de que en las redes cualquiera puede triunfar. Una ilusión que muchos pueden creer cierta y que fomenta precisamente que se participe en ellas. Mi opinión es que no. Los que participamos de ellas somos su producto, el reclamo para que se pague por publicidad, ya sean empresas, particulares o partidos políticos. Pero nada más.
Para mí los blogs son lo único salvable, lo único que me interesa de ellas. Me ofrecen pausa, un texto cuidado y la posibilidad de conocer al autor a través de sus publicaciones. Sin el ruido de los likes y demás tontadas. Gracias por tu comentario. Un abrazo!!
Hola, David. Soy muy escéptico con las redes sociales y creo que, especialmente entre los más jóvenes, están haciendo estragos. Comparto el discurso de Jaron Lanier (tengo pendiente su libro "10 razones para dejar las redes sociales"), cuyas ideas conozco por charlas y entrevistas. Si no lo conoces te lo recomiendo, aunque signifique caer en el "sesgo de confirmación", jaja.
ResponderEliminarEs verdad que la blogosfera me ha permitido compartir mi afición por los libros, cosa ardua en mi mundo físico, pero creo que este formato ha sido ampliamente superado por Facebook, Instagram o TikTok, las verdaderas "redes", por cuanto te hacen adicto al like, te sepultan con sus contenidos y no aspiran a una lectura o conversación reposada como aquí. El mundo bloguero, en comparación, es un remanso y quizá por eso tiene menos aceptación.
Lo de escritura y redes es otro cantar, hay una burbuja tremenda y como lector me siento un poco desbordado, tanto que acudo cada vez más a los clásicos. Creo que pasó el tiempo de los grandes genios, la sociedad ya no lo demanda. Otra cosa es ver la literatura como negocio, pero sospecho que el dinero está casi en cualquier parte menos en los libros.
Un abrazo.
Gracias, Gerardo. Alguna vez me han preguntado por qué "obligo" a que los relatos sean publicados en un blog. Bueno, en tu comentario has recogido muchas de las razones. Es el formato ideal para quien comienza en la escritura, ofrece ese remanso y obliga al autor a que su contenido sea el mejor posible. Además, permanece en el tiempo, no desaparece sepultado bajo los cientos de publicaciones que aparecen cada diez segundos. Todas esas redes, que son a las que me dirigía, han derivado en tontadas, en likes de consumo rápido, en narcisismo y vacío, cuando no en manipulación. Este año he seguido un poco más a Twitter y bueno, es tremendo, casi diría que es el jardín de juegos de los políticos y sus bots. Por no hablar de perfiles que cada hora publican preguntas o comentarios chorras solo por mantener su presencia en la red. Sinceramente, pienso que a nivel mediático se les da demasiada importancia como si representaran la realidad, cuando me parece que lo que hacen es formar la realidad. Gracias por tan jugoso comentario y recomendación. Un abrazo!!
EliminarMe quedo con una idea David. "usemos las redes para adquirir experiencia y disfrutar de la compañía de nuestros seguidores y compartamos con ellos nuestro camino literario", es lo que le pido a las redes. Solo tengo Blogger y si alguna echo de menos es G+, por lo demás nunca me dejé seducir por los cantos de sirena de los like vacíos,...
ResponderEliminarEn lo profesional me siento completamente satisfecho (muchas veces pienso "joder y por encima me pagan") así que la aventura de El Baile de Norte tiene un recorrido personal que me ha dado la oportunidad de conocer a personas muy interesantes que de otro modo no habría podido.
Un abrazo!
Gracias, Norte. Es precisamente por eso que para participar de los retos o concurso exijo un blog. Me niego a que desaparezca lo único interesante que puede ofrecer la red. Lo único que ofrece la posibilidad de debatir a fondo, razonada y pausadamente, los únicos en los que no corres el riesgo de censura institucional o social. El resto de redes me parecen una jaula de grillos infumable. Un abrazo!
EliminarMuy buenos días para ti, amigo David, y para todos los compañeros de letras.
ResponderEliminarPara mí las redes sociales no han representado un gran cambio en mi vida; aunque reconozco su relevancia en cuanto permite que las personas puedan compartir opiniones y experiencias con otras personas con inquietudes parecidas. En cierto sentido, nos han permitido abrirnos al resto del mundo, saliendo de nuestras burbujas locales.
Tu artículo me ha parecido sumamente interesante y de rabiosa actualidad. Muy acertada la distinción que haces entre "followers" y "seguidores", así como conceptos como el de "sesgo cognitivo". Es muy cierto que prestamos más atención a todo aquello que es compatible con nuestros esquemas mentales o con nuestras preferencias personales.
Comparto absolutamente la idea de que lo más importante es disfrutar escribiendo, haciendo partícipes de nuestra pasión por la literatura a otras personas afines, con las que crecer juntos.
En cuanto a la posibilidad de ser escritor profesional hoy en día, a mí me parece un objetivo inalcanzable, entre otros motivos porque nunca me lo he planteado seriamente ni me veo en el papel. En cualquier caso, como leí una vez en una web donde se daban consejos para participar en concursos literarios, lo fundamental es que quedemos satisfechos con lo que hayamos escrito, independientemente de cómo sea valorado nuestro trabajo por parte del jurado de turno.
En 2009 autoedité un libro de relatos. La tirada fue de 100 ejemplares y los repartí entre familiares, amigos y algunos compañeros de trabajo. Para mí fue muy gratificante que algunos de ellos me comentasen que habían disfrutado con su lectura. Una sensación parecida es la que tengo cuando comparto mis escritos con vosotros, aprendiendo mucho con vuestros amables comentarios.
¡Un fuerte abrazo y nos leemos!
Gracias, Beri. Eso es lo único importante a la hora de escribir. El propio autor es el mayor crítico de su obra y sin duda escribir ofrece una satisfacción en sí misma. Las redes son solo eso, portales para lanzar tu escrito y esperar que alguien haga clic, algo que no hará en su mayoría porque siempre es más sencillo encantanarse en gatitos o sermones politicomoralistas.
EliminarLas dificultades para publicar o conseguir ser un escritor profesional son exactamente las mismas que antes, con el agravante de que hoy día las editoriales están famélicas. Tanto que viendo que existen muchos aspirantes a escritor han decidido enfocar en él su negocio a base de crear expectativas falsas.
Habrás comprobado que mucho de lo que comento en esta entrada está detrás de lo que pretende este blog. Un fuerte abrazo!!
Hoy nos traes, David, el actual y debatido tema de la influencia de las Redes Sociales en la sociedad actual.
ResponderEliminarCreo que, si tienen algo bueno, es que han permitido a muchos el acceso a parcelas de la sociedad o la cultura que antes eran inimaginables; pero, en contrapartida, están permitiendo que afloren falsas sensaciones. Los jóvenes, por ejemplo, creen estar más informados, tener más amigos, adquirir cultura,... Por no hablar de las veces que las Redes han facilitado la comisión de actividades delictivas.
El problema es hacer ver a un joven que las Redes sólo son un espejismo de la realidad. Los padres y educadores nos encontramos tantas nuevas parcelas que se nos hace difícil educar en todas ellas, a riesgo de que se nos escape alguna faceta importante para la educación de nuestros hijos.
En mi opinión, el tema de los influencers no deja de ser una moda, pero ¿Qué pasará con aquellos que hoy viven de youtube e instagram? Supongo que un día, como nos ha pasado a todos, comenzarán a estar anticuados y alguien les tomará el relevo. Con lo cual, si sus cimientos no son sólidos, estaremos avocados a una sociedad llena de viejas glorias.
Lo mismo ocurrirá con los escritores de Twitter y Facebook.
Yo, al menos me decanto y trato de hacer ver a mi hija, que el éxito sólo dependerá de haber echado unas raíces sólidas. Sólo así, cuando llegue la adversidad, uno podrá enfrentarse a la vida respaldado por un bagaje y una solidez que aporta la educación, la cultura y la formación.
Hola, David. Muy buen artículo el que nos sacas a la palestra sobre el que debatir. Me da la impresión que las redes sociales (tal como las conocemos actualmente) sí que son “el sueño americano 2.0”, entiéndase como la zanahoria que hace que el animal de carga avance.
ResponderEliminarNo soy una persona muy avezada en este ámbito, como tampoco lo soy de muchos otros, pero tengo que reconocer que mi perspectiva del fenómeno es bastante poliédrica. Parto de la base de que mi excepticismo es grande sobre la percepción de las redes sociales como solución o alternativa a la labor que realizan las medianas y grandes editoriales.
Por otro lado soy un gran defensor de los avances científicos y tecnológicos que yendo de la mano aumentan la calidad de vida del ser humano y protegen nuestro planeta. Siendo un gran crítico del uso incorrecto o inadecuado de las tecnologías y descubrimientos que la ciencia pone a nuestro alcance. Desde el hacha de sílex, pasando por la imprenta o la penicilina, y acabando en Internet, siempre habrá una dualidad, bueno y malo, en el uso que se dé a esos avances; es algo intrínseco en el ser humano y somos los únicos responsables, algo que es ajeno a la tecnología y al conocimiento científico en sí mismos, carentes de esa dualidad.
En esa dualidad, al observar las diferentes redes sociales, da la impresión que son una proyección de la sociedad que se asoma a las mismas. Como han señalado algunos compañeros, me parece magnífico que las personas que por diferentes circunstancias vivan en soledad (por la edad por ejemplo) tengan la oportunidad al menos de comunicarse e interactuar con otras personas en similares condiciones o circunstancias en la red, que los diferentes gremios puedan compartir conocimiento y experiencia a través de esas redes sociales, que sea posible localizar a seres queridos de la infancia o adolescencia pasados ya los años a través de esa red social. Sin duda habrá multitud de otras circunstancias para poder realizar a través de esas redes sociales. Pero deben ser rentables, deben dar dinero, para eso han surgido esas empresas (es lo que hay tras una red social). El resto es secundario y llegado el caso, prescindible.
Por eso es tan "curiosa" la ausencia generalizada, o la dificultad para poder encontrar en los maravillosos motores de búsqueda (Ay esos algoritmos) información adecuada sobre los diferentes peligros que nos acechan en las redes sociales, o localizar portales que aboguen por el pensamiento crítico e intenten desenmascarar los diferentes sesgos y falacias que (en mayor o menor medida) llevamos en la mochila cada uno de nosotros. ¿Quizás es que no buscamos bien?
Volviendo al meollo de la cuestión, pues me estaba yendo por las ramas. El negocio editorial es el que es y ha sido así desde hace mucho, mucho, mucho tiempo. Y ha intentado mantenerse al margen de los "pequeños" cambios tecnológicos que se han producido en las últimas décadas que han dado una corriente de aire fresco en el ámbito de la "privatización" del conocimiento. En el negocio puro y duro, además del lector como cliente, ha surgido el escritor como cliente y este último también está dispuesto a poner de su parte (y mucho más) para que su maravillosa creación sea publicada, y si puede ser que sea un éxito de ventas. Y ahí surge otra oportunidad de negocio bien lucrativa, que desde luego no van a dejar escapar quien tenga la oportunidad e interés en ganar dinero.
Por eso es tan maravillosa e ilusionante la labor que lleva a cabo David con el Tintero de manera altruista. El conseguir aglutinar diferentes personas con una inquietud común (LA ESCRITURA), con diferentes bagajes, conocimientos, experiencia en el arte de escribir, para compartir sus creaciones sin dejar de aprender y mejorar en el intento, sin duda es de un mérito excepcional.
Por cierto, las galletas de canela están para chuparse los dedos.
Un abrazo a todos.
Estupenda entrada que nos da pie a realizar algunas reflexiones. Quizás las redes sociales, las páginas webs o las nuevas aplicaciones no se puedan considerar la plenitud del sueño americano digital. Pero, sin embargo, en general han democratizado la literatura, la fotografía y otra serie de servicios que hacen todo bastante más fácil para iniciarse en ellos. Me gustaría resaltar el caso de la escritora y periodista Karina Sainz Borgo (La hija de la española, 2019). Comenzó a escribir en un sencillo blog de Blogger -de hecho yo le leía- y con paciencia, muy poquito a poco, dio un uso adecuado a sus redes sociales, comenzó a intervenir en radio, escribió su exitoso primer libro a petición de una editorial y hoy destaca en tertulias, literatura y conferencias. En ella, sí se cumplió el sueño americano en versión europea lo cual no quiere decir que para todo el mundo sea posible. Supongo que son pocos lo elegidos para la gloria, pero la mayor gloria es hacer lo que a uno le gusta, divertirse con ello y como extra tener el reconocimiento de un buen grupo de personas.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo, David.
¡Hola, David!
ResponderEliminarYo tengo a parte del blog, cuenta en Facebook y desde hace poco, Instagram.
Ambas redes sociales las uso. Tengo los seguidores justos y necesarios. Suelo comentar pelis, libros, algún que otro meme y fotos de cosas que me gustan. Pero no suelo subir mías personales, porque soy reservada. La mayoría de los llamados influencer, suelen tener en mi opion, una vida vacía y, necesitan estar las 24h del día haciendo publicaciones y que reciban miles de "likes", para tener reconocimiento. Y otros solo quieren recomendar productos, etc.... esto de las RRSS, nos ha cambiado la vida y nos ha abierto la puerta para interactuar con otras personas...
Un fuerte abrazo
En primer lugar, para mí un bocadillo de chorizo, unas patatas y Coca cola. Gracias.
ResponderEliminarRespecto a la entrada, he de decir que tienes toda la razón. Yo debo ser un experto: tengo 1700 seguidores en mi página de Facebook, pero al publicar enlaces del blog no me lee nadie. Todo esto se basa en una mala labor mía, algo que haya hecho mal. Pensarás, "¿y a mí que me importa?" Pues es verdad, pero el bocadillo de chorizo me lo como.
Conseguir seguidores requiere mucho trabajo, suerte, horas que no tenemos, confianza en uno mismo y saber moverse por la red. Gran trabajo, como siempre. Un abrazo.
Hola, David, ante todo que no falte el buen humor y la generosidad, estoy sentada tomando chocolate, a esta hora es cuando más me gusta, ja,ja, muchas gracias. Pienso que cada época conlleva unos hábitos y a veces nos dejamos llevar, supongo que el ser humano es también un explorador y gusta de innovarse y procura adaptarse, si no le gusta, sabe que puede dejarlo y probar con otra afición. Todo tiempo tiene una motivación. Mi cuñada me regaló el primer blog, no sabía ni a qué lo iba a dedicar, por entonces era reacia a las redes, pero entré en G+ y fue una maravillosa experiencia en todos los sentidos. Antes, escribía mucho más, tanto que, publiqué un libro, de un tema que conocía y que mi ser de alguna forma, me dictó para seguir adelante. No iba en ello ningún lucro económico, más bien lo escribí para una satisfacción propia. Por eso, lo que cuentas de lo que hacen algunas gentes para que los lean y sean famosos, me parece un tanto, absurdo, pues de poco sirve comprar FOLLOWERS, seguidores, o perfiles (nunca escuché nada de esto y me parece penoso), para obtener un reconocimiento que al final queda en humo. No obstante, al día de hoy soy capaz de creer cualquier cosa.
ResponderEliminarSentiría que las nuevas generaciones no sepan aprovechar las oportunidades que ofrecen las redes, pues como en todo, también tienen su parte positiva, además, ya hace tiempo hemos entrado en la era de la tecnología, pero creo que hay que saber estar en ella y utilizarla con respeto, para un bien mayor que cubra a todos. Y divertirse, eso fundamental.
Tengo dos blogs, de momento las musas andan aún, de vacaciones, pero sin duda es, al día de hoy, lo que más me gusta, interactuar por allí. Después de G+ abrí cuenta en Face, he de decir que me siento cómoda, pues procuro tener pocas "amistades" y también allí, estoy encontrando gente maravillosa sin otra pretensión que compartir instantes, lecturas, saludos, y bueno, lo único que no me gusta es, los algoritmos que tiene, jaja nada más abrir cuenta me bloquean el blog, pero ya ves, gracias a ti, encontré la plataforma BLOGUERS, y allí conocí a Matilde, a otras personas, y todo está genial.
A los dos años de tener el blog, publiqué una entrada a modo de reflexión, que fue muy leída y diría que gustó mucho. La llamé "Virtualmente Aprendiendo" Sigo pensando igual, lo virtual, si sabes captar, también enseña. Dejo aquí enlace por si alguien le apetece leer.
https://milaencuentros.blogspot.com/2016/03/virtualmente-aprendiendo.html
Un magnífico debate has creado, con este no menos magnífico post, David, de un tema que puede parecer triste, alegre, bueno, malo...Y nos queda mucho por aprender. Me quedo con una frase que dices y es lo único que me interesa: "Usemos las redes para adquirir experiencia y disfrutar de la compañía de nuestros seguidores y compartamos con ellos nuestro camino literario", al igual que nuestro amigo, Norte.
Un fortísimo abrazo, y buen comienzo de semana.
Pues no tengo ni uso ni face, ni twitter, ni instag, ni tikitaka digo tik tok, pero... si que uso Café Literautas, y no sé si conocen ustedes un sitio que se llama TINTERO DE ORO, ¿nooo?, altamente recomendable 😊
ResponderEliminarGracias, Isabel. Ja, ja, ja... pues algo me suena. Un abrazo.
EliminarHola, David.
ResponderEliminarAquí me tienes con un café, he dicho ya que soy adicta a la cafeína, ;)
Qué interesante esta entrada, para crear un gran debate. A ver, creo que las redes sociales son generacionales, en mi caso por ejemplo, siento que estoy obsoleta en este campo, comparto entradas en el blog, que luego enlazo twitter, e intento compartir de blogs que sigo, pero no es algo que se me dé del todo bien. Excluyendo lo básico, ahí me quedo. A parte, nunca querría tener follower, yo quiero tener compañeros y amigos de escritura de los que pueda aprender, de los que me inciten a salir de la zona de confort, los que aportan críticas constructivas para mejorar día a día y ese cariño que nace de la misma base y comprensión. Es que esa palabra me parece tan fría, que produce auténtico repelús. Y ya lo que me faltaba por escuchar, que se compren, es como irreal. De verdad, ¿sirve eso para algo?
Un fuerte abrazo.
ResponderEliminarAunque he tenido que ingeniármelas con la máquina de la cafetería, para rellenar su depósito del chocolate, me lo he servido a la taza con una ensaimada y riquísimo.
¡Qué empachosa es la telaraña de redes del salseo y del espejo, espejito qué guap@ soy!
No sé qué puedo contarte si solo me queda un perfil en Facebook al que llevo sin actualizar años ya... Nunca abrí otros perfiles en otras redes y únicamente estuve como un par de años en MeWe, pero me aburrí soberanamente y lo anulé definitivamente.
Únicamente me interesa Blogger y a la hora de actualizar pues lo hago cada quince días o más, ya llevo tiempo huyendo de la "esclavitud" de la vida bloguera, pues mi único interés es escribir y participar en dos espacios diferentes: El Tintero de Oro y Café Literautas, en tanto que por cuestión de tiempo me he ido bajando de otros "trenes" internautas.
Del mundo editorial prefiero pasar de largo, ya que únicamente me interesa publicar de una forma artesanal o de autopublicarme mis obras de la forma más económica posible, pues tuve ocasión cuando se imprimían únicamente libros de papel de publicar, con mi identidad real, libros de poesía con editoriales conocidas, pero que dejaron en mí una huella demasiado comercial que prefiero no recordar.
Muchas gracias, David, por lanzar los dados al aire para poner sobre el tapete este apasionante debate.
Un fuerte abrazo.
Bueno, el problema hoy en día de los influencers es que se nos hace creer que se puede triunfar sin importar de dónde uno venga, pero la realidad es que muchas de las más exitosas hoy en día son hijas de grandes familias, o famosos que se hacen un lugar únicamente a partir de su apariencia.
ResponderEliminarEs decir, los pobres y más feos, o que ya pasamos la barrera de los 30, la tendríamos un poco más difícil. No es derrotismo, es un hecho que no debemos ignorar.
Lo hermoso de esto es no tener que esperar a que una editorial nos acepte para poder publicar nuestra primera historia escrita, podemos tener nuestra voz propia en donde más nos guste.
Lo de Anna Todd es un daño tremendo a los que escribimos en plataformas para amateurs, pero forma parte de la libertad que todos debemos tener de darnos a conocer, supongo. Igual, siendo justos, su éxito inicial en wattpad fue porque la historia era un fanfiction de una boyband del momento, One Direction. Yo estaba en wattpad en esa época y la avalancha de niñas hormonadas que la leían era tremenda. Con otras compañeras escritoras nos reímos del tema y pensamos que se quedaría ahí la cosa, pero la campaña de marketing y el cambio de nombre en los personajes hicieron el resto.
Me gustó la diferencia entre Followers y Seguidores, la verdad que disfruto mil veces más de estos últimos (tengo 900 followers en Twitter y solo hablo de vez en cuando con dos o tres).
Lamentablemente, en el caso de redes como wattpad, la mayoría somos escritores que actualizamos un capítulo de nuestras historias y luego nos vamos, no leemos lo que hacen los demás. El algoritmo de la aplicación no me trae historias que me llamen la atención, pero podría ser una excusa para mi vagancia.
Es casi como en TikTok, todos buscando mostrarse y que los demás los vean, pero no muchos mirando realmente (o sí, la verdad es que nunca entré ahí).
Y con respecto a si me gustaría publicar mi propio libro, la verdad que sí, estoy escribiendo una historia que espero poder editar y poner en amazon para principios del próximo año. O en Lektu, con pago social. Pero lo único que me interesa es el desafío de llegar a hacerlo, no sé si a alguien le interesará comprarlo. Con que lo lean ya es suficiente. O eso pienso por ahora xD
Gran tema de debate, gracias por proponerlo. Un abrazo.
¡Hola! Me ha gustado mucho este artículo, David. Yo llevo bastante tiempo reflexionando sobre mucho de los temas que expones aquí y este escrito tuyo me ha ayudado a ordenar muchas ideas. La verdad es que son aspectos que dan para hablar largo y tendido y para tomar muchos cafés jejeje. Como bien dices, las redes sociales forman ya parte de nuestra vida y afectan a muchas cosas, por ejemplo, considero que quien se quiera dedicar a escribir debe tener cierta presencia en las redes, esto ya es un hecho. Los tiempos cambian y hay que adaptarse a ellos.
ResponderEliminarGracias por este post. Necesitaba leer algo así.
Un abrazo :)
Hola David, hola compañeros. Nos traes un tema muy interesante. Te cuento que me he tomado una infusión de manzanilla con un barreño de palomitas. Y no es coña. Pues los de los falsos seguidores se ve muy, pero que muy bien, en los canales de YouTube. Bicheas un poquito y lo ves muy clarito. En Instagram, es algo parecido. Es algo así como cultivar un árbol y luego las semillas te salen vanas. Se acabó la fertilidad, por mucho cuidados y cariño que le hayas puesto. En Instagram además, he visto esto de subir un libro por capítulos para enganchar a compradores para esa obra. Aquí los escritores interactúan con sus lectores. De hecho es igual que el face, pero muy comercial. Yo disfruto subiendo fotos allí, que ya sabes que es otra de mis aficiones. Y es algo que me gusta mucho: la fotohistoria. Escribir en cuanto subo una foto y me invento una historia in moment. Me resulta muy divertido y creativo. Me mantiene en forma mentalmente. Allí hay otros seguidores, y son muy diferentes a los del canal de YouTube. Al menos es mi percepción. Las redes sociales son interesantes siempre que sepas programarte con ellas, si no te absorben completamente el tiempo de escritura y lectura. Pero sí que puedes crecer con ellas, y mucho, como escritora. Aprendes de esa interacción con la gente. La prueba la tenemos aquí con nuestros blogs y después con el Tintero. Son verdaderos retos. Los seguidores, esos lectores, lectoras, son las verdaderas razones para escribir, al menos en mi caso. No concibo un blog donde no entra nadie. O un canal de youtube que nadie te escucha. Creas para los demás, cuando lo haces, la historia ya forma parte de la vida de los demás. Y esa es la mayor satisfacción. Y en mi caso tanta valía tiene un seguidor como veinte. Y no te digo más cantidad, porque a partir de veinte, no son seguidores reales, ya se pierde la fidelidad. En resumen, ¿es un sueño las redes sociales? No. Es una opción más para aprender e interaccionar con la realidad que vivimos. Te dan una visión más amplia de las circunstancias, de la tuya y de los demás. Creo que no debemos de dejarla de lado, pero tampoco ser un esclavo de ellas. Al fin y al cabo, si se va la luz, ¿qué queda? La dependecia de la tecnología es bestial hoy día, sobre todo con los jóvenes. Y lo de la luz va en serio. Si se fuera ¿qué sería de ellos? Jo. Todavía me queda mucho en el Tintero por contar. Pero aquí queda esto y me tomo unas pastitas, con permiso. Un abrazo.
ResponderEliminarYo creo que bien utilizadas, las redes sociales nos resultan útiles a los escritores. Otra cosa es comprar followers y esas otras cosas.
ResponderEliminarTambién para autopublicarse, que antes te autopublicabas y eras un apestado a quien nadie quería y ahora autores famosos lo hacen con sus primeras obras ya descatalogadas. La pena es verdad que son las correcciones, pero como editoriales gigantes también sacan erratas y otras faltas de respeto al lector, no le vamos a echar sólo la culpa a Amazon, ¿no?
Y por último, algunos de los autopublicados que leí el año pasado me gustaron más que supuestos "bestellers".
Un fuerte abrazo, David.
¡Buenos días, David! Este tema me parece muy interesante y desde luego para comentar con un buen café en las manos.
ResponderEliminarCreo que las redes sociales son otra herramienta más para utilizar y como todo en esta vida hay quien tiene un don especial y sabe sacarle partido.
En mi caso particular, me quedo conforme con haber conocido a personas estupendas y blogs muy interesantes como este, o haber leído algún que otro autopublicado. Porque prefiero no ponerme a pensar en lo que cuesta arrancar un me gusta o ya ni te cuento un RT a tus propios seguidores, que se supone que te siguen por que quieren y les gusta algo lo que haces, o igual no, solo te siguen por conveniencia. Así que en resumen para qué quieres tener 3000 seguidores si luego te van a leer diez, mejor pocos y buenos que muchos y malos.
Gracias por la invitación a este café.
Un fuerte abrazo.
Interesante artículo, David
ResponderEliminarIndudablemente estoy de acuerdo en todo contigo.
No soy de redes sociales, solo uso Whatsapp, tengo facebook pero solo para acceder a blogs que visito para ver las publicaciones, yo no posteo nada personal.
¡Esto es una locura! He visto tantos blogs con más de mil followers pero sin comentarios. Yo no gastaría plata comprando followers, he visto tantos blogs con más de mil followers pero sin tan solo un comentario. Me conformo con los que me encuentran y encuentro de forma “natural” 😆
Gracias por el cafecito y los bollitos.
Un abrazo
Hola David, qué gran reflexión y qué realidad tan al orden del día. Dejar de vivir la vida real para estar inmersos en internet no es para mí una opción, pienso quese deben combinar y hacer de todo, sin cambiar una por la otra.
ResponderEliminarSaludos
Gracias, Rosa. Como dices, la vida virtual no es vida, en todo caso es una herramienta para la vida, nada más. Cuando escucho cosas como potenciar y culminar el desarrollo digital me entran sudores, parece como si vieran ello como un fin, no como un medio. Y, por supuesto, siempre será una pálida réplica de la verdadera vida.
EliminarHola David, excelente tus comentarios, lo suscribo. Ciertamente debemos enfocarnos en el valor que queramos aportar a nuestros seguidores, que viene siendo nuestro objetivo base, mejorando para compartir cada vez contenido de mayor calidad, útil e innovador. He estado haciendo un curso de marketing digital para entender un poco más a fondo de ese otro mundo que forma parte del campo al que me dedico, que es el de la computación, y según se dice, incluso el marketing pagado puede depender más de lo innovador y de calidad que sea el contenido que de lo que se pague. Claro está, lo innovador y de calidad lo viene decidiendo un enrevesado algoritmo, y sin dudas mientas más se pague eso innovador y de calidad se va diluyendo, no del todo, así que la cosa no es tan fácil, pero se intenta :). Lo que más vale al final es lo que "orgánicamente" se gana en las redes, que siempre será lo que sea más útil, de calidad e innovador para los consumidores. Y a veces sorprende lo que puede ser útil, de calidad e innovador para los consumidores.
ResponderEliminarLo del sueño americano, ese que en la definición que citas del historiador James T. Adams se perfilaba para todos, desafortunadamente, no ha llegado a ser para todos :(, pero se intenta :). ¡Éxitos y bendiciones!