Ya sabéis que uno de los propósitos de este blog es dar a conocer la obra de escritores noveles, así que hoy hablaremos de un ensayo escrito por un autor especializado en el género de terror llamado Stephen King.
Bueno, ahora en serio. Hablamos seguramente del autor de más éxito del panorama literario mundial. Denostado por unos, idolatrado por otros; como no podía ser menos para un fenómeno literario de su nivel.
En su libro Mientras escribo mantiene un diálogo no solo con sus lectores, sino con aquellos que además de leerlo aspiran a escribir, algo así como «está bien, queréis conocerme, saber cómo ha sido mi vida y cómo escribo. Pues ahí voy».
Y desde luego que no se guarda nada.
PALABRA DE KING
«Cuando descubres que estás dotado para algo, lo haces (sea lo que sea) hasta sangrarte los dedos o tener los ojos a punto de caerse de las órbitas»
Stephen King
Esta cita ilustra y ayuda a comprender muchas de sus afirmaciones sobre cómo concibe la narrativa y cuál es su proceso creativo para escribir una novela. Algo que para él debe comenzar con algo tan obvio como...
SE ESCRIBE PALABRA A PALABRA
Parece una perogrullada, pero en ocasiones tendemos a embrollarnos y olvidar lo más obvio. Escribir se hace palabra a palabra. Seguro que muchos habréis leído acerca de cómo escribir una novela. Planifica, divide las escenas, conoce a tus personajes, esquematiza los puntos de giro, vigila el ritmo… Os suena, ¿verdad? Casi todos los talleres de escritura aconsejan elaborar una trama antes de comenzar a escribir. Pues bien, aquí va la primera bomba. Para King, la trama tiene un valor igual a cero. De hecho, desconfía de argumentos o sinopsis previas.
Para justificarlo, explica que la vida de cualquiera tampoco la tiene. Es más, considera que la elaboración previa de una trama es incompatible con la espontaneidad. Para King la narración se escribe sola.
¿Qué significa que la narración se escribe sola? Considera que escribir es un oficio, pero sobre todo una vocación. Leed de nuevo la cita de inicio: «Cuando descubres que estás dotado…». Ahí está la clave, considera la escritura como un don con el que se nace, como el esplendor de Danny en El Resplandor. Esto le lleva a concebir al escritor más como un arqueólogo que como un creador. La historia preexiste al autor, como un fósil enterrado a la espera de ser trasladado al papel. Diría que esto tiene mucho que ver con Platón y su concepción de las ideas. Las historias son objetos hallados, reliquias, fragmentos de un mundo preexistente que no ha salido a la luz.
El escritor se convierte así en una especie de médium dotado de la capacidad de escuchar la historia, de desenterrarla lo más intacta posible. Y eso casa mal con la planificación previa del argumento que, según King, es algo torpe, mecánico y anticreativo.
«El esquema argumental es el último recurso del escritor y la opción preferida del bobo»
Stephen King
Sorprendente, ¿verdad? Pues esperad a leer lo que piensa sobre los talleres de escritura.
Eso será más adelante porque lo que ahora nos preguntamos es: ¿y cómo escribe el maestro del terror?
LA PUERTA CERRADA
Ese es el único requisito para escribir. Cerrar la puerta tanto en un sentido literal como metafórico. No es necesario un despacho, una mesa amplia, un ordenador o sonido ambiente. Para poder escuchar la historia solo necesitamos un lugar con una puerta que se pueda cerrar. Aunque sea el cuarto de la lavadora de un remolque.
El escritor debe aislarse de todo el ruido que lo pueda distraer de la historia. Cerrar la puerta es la manera de decirle a los demás, y a ti mismo, que vas en serio. Sin teléfono, sin televisión, y sin internet añadiría yo. Seguro que King también, pero recuerdo que este libro se terminó en el año 2000.
Escribir es algo íntimo, solitario. Por eso, exponer la historia antes de tiempo, en un taller literario, por ejemplo, significa tener que responder a preguntas, a justificarse, a explicar el porqué de esto o de aquello. Y es posible que mientras escribimos no tengamos ni respuestas, ni justificaciones ni porqués.
Así que nos aconseja permanecer con la puerta cerrada cada día, durante cuatro o seis horas, encerrados para que la musa sepa dónde encontrarnos y ponernos a escribir al menos 2.000 palabras diarias. Recomienda que la historia se escriba en un período de tres meses puesto que más tiempo provoca que «los personajes se pongan rancios, ya no parezcan gente real, sino solo personajes».
Muy bien, si tuviéramos delante al señor King seguro que le diríamos: ya estamos sentados, con la puerta cerrada y una buena pila de folios. ¿Y ahora sobre qué escribimos?
Escribe sobre lo que te dé la gana, siempre que cuentes la verdad
Ser honestos con nosotros mismos y con nuestra historia. Esta frase puede resumir la actitud del escritor para encarar la narración. Ya sé que es genérica y, como muchos de los consejos sobre narrativa que solemos leer, da rabia por su inconcreción. Pues bien, esto es a lo que se refiere King con contar la verdad en Narrativa:
Y con esa actitud ya estaríamos en disposición de comenzar el espectáculo. Para ello, recomienda partir de una situación que King compara con una semilla a la que hay que regar con la intuición, escuchando lo que la historia y los personajes nos van contando. Pero, ¿cómo plantear una situación interesante?
Para ello, se vale de un recurso que nosotros también usamos este año en el microrreto "¿Y si...?". ¿Y si un escritor y su familia se quedarán aislados en un hotel? ¿Y si una mujer se queda encerrada en su coche por un perro rabioso? ¿y si un escritor sufre un accidente de tráfico y es acogido por una fan esquizofrénica?
A partir de ese ¿Y si?, tendremos que ver cómo los personajes salen del aprieto. Sin ayudarlos ni manipularlos. Dejando que la historia se desarrolle sola, sin forzarla a un final preestablecido. Reconoce que los personajes nacerán planos, como un bebé, pero crecerán conforme avance de la historia.
Bueno, señor King, partimos de una situación germinal que crece hasta componer una novela. Pero, ¿y el tema? Es de suponer que esa situación debe responder a un tema previamente definido por el autor. ¿Qué nos dice?
El tema no es para tanto
«El tema tampoco es para tanto. Las clases de escritura y literatura pueden obsesionarse hasta extremos aburridos y pretenciosos. La buena narrativa empieza por la historia, solo pasa al tema en un segundo o tercer lugar»
Stephen King
No es que King desprecie el tema, sino que lo considera algo secundario, algo que aparece una vez hemos terminado la historia, cuando reflexionamos acerca de los hechos narrados y percibimos que existe un algo como podría ser, por ejemplo, ¿por qué pasan cosas malas si existe Dios? o el atractivo irresistible de la violencia para una persona bondadosa…, pero eso lo sacaremos de la historia, a posteriori, no a priori como punto de partida. Identificado ese tema, podremos acentuarlo en la historia en la fase de la revisión, junto a símbolos o escenas que doten a la novela de una mayor unidad que la enriquezca.
«El tema y el simbolismo deben adornar y enriquecer, sin crear una sensación artificial de profundidad. No son necesarios. Lo único que tiene ver con la historia es la historia»
Stephen King
Genial, señor King. Ya tenemos cerrada la puerta, estamos dispuestos a ser honestos, contamos con una situación inicial estupenda y dejamos a nuestros personajes que la desarrollen. ¿Algún consejillo sobre cómo escribir la historia?
¿CÓMO ESCRIBIR?
«Todo se reduce a ver y oír; y transmitir con claridad lo visto y oído»
Stephen King
La descripción
La descripción es de las pocas cosas que para Stephen King se aprenden practicando. Consiste en hacer que el lector partícipe sensorialmente en la historia. Para ello debemos visualizar lo que queremos que sienta el lector ciñéndonos a lo que es significativo.
En la descripción física de los personajes, a King no le gustan que sean exhaustivas en sus rasgos o indumentaria: «La descripción arranca en la imaginación del escritor, pero debería acabar en la del lector». Pero eso sí, si nos decidimos a hacerlo a fondo nos advierte de que no usemos la descripción a modo de atajo para mostrar su personalidad. Algo así como: «su barbilla de hombre de acción».
Es más laxo a la hora de describir el escenario y el ambiente. Ahí considera que su función es la de crear esa atmósfera de sensaciones que sirva al tono de la historia. Pero eso sí, con detalles bien escogidos. Una descripción barroca y exageradamente minuciosa conduce al aburrimiento. Y el aburrimiento es una excelente excusa para que nuestro lector cierre el libro y se ponga a hacer otra cosa.
El diálogo
En Mientras escribo, recoge de manera práctica varios ejemplos de buenos y malos diálogos, con lo que de alguna manera nos sensibiliza el paladar literario para detectar si un diálogo es forzado o falto de vida. En concreto, recoge uno de Lovecraft a modo de ejemplo de cómo no escribir diálogos.
Los diálogos son esenciales para dar voz a los personajes y definir su manera de ser. Pero deben ser honestos, es conveniente que no seamos mojigatos y no tengamos pudor en transcribir cómo habla la gente. Recomienda leer a Elmore Leonard. Yo, humildemente, añadiría en general la buena novela negra. Para mí, allí se encuentran los mejores.
El personaje
En su concepto mediúmnico del proceso de escritura, King opina que la personalidad de nuestros personajes la descubriremos sobre la marcha, conforme avancemos con la novela crecerán ante nuestros ojos influyendo en el desarrollo de la historia, pero nunca al revés. Esta es una de esas ideas concretas a las que se refiere cuando exige «contar la verdad».
Para él, en la vida son las personas las que eligen, siendo los hechos consecuencia de sus decisiones. Contar la verdad es que la historia, planteada la situación inicial, sea desarrollada no por lo que les pueda ocurrir aleatoriamente a los personajes, sino por las acciones de los mismos. Siempre, eso sí, con un comportamiento que sea coherente con la historia.
LA REVISIÓN
Una vez terminado el borrador, todavía permaneceremos con la puerta cerrada. Seguro que después de esos tres meses dedicando entre cuatro y seis horas diarias a nuestra historia, «dejándonos arrastrar por la esperanza del éxito y el miedo al fracaso», estaremos ansiosos por compartirlo, pero todavía no será el momento.
Al contrario, tendremos que olvidarnos de ella, descansar para reciclar el cerebro y la imaginación. Resistiremos la tentación de regocijarnos en lo que hemos escrito, al menos, durante seis semanas o más. Pasado ese tiempo será cuando sacaremos el borrador del cajón. Nos parecerá como una reliquia en un bazar, algo tan extraño que sentiremos como si lo hubiera escrito otra persona. Esa sensación será la señal de que ya estamos preparados para la revisión.
Será el momento de corregir la ortografía. Pero no solo eso. Será el momento de hacernos preguntas como ¿la historia es coherente? ¿Existen elementos recurrentes? ¿Se enlazan formando un tema?
Borraremos lo que se disperse del sentido general. Sobre todo, revisaremos el principio del borrador, aquella parte que empezó de manera dubitativa, cuando todo estaba por descubrirse.
Durante este proceso, más importante que el lápiz será la tijera. Citando a Elmore Leonard: «revisar es quitar las partes aburridas». Y para ello, King nos ofrece una precisa fórmula matemática:
Si tras la revisión, nuestra novela no disminuye, o incluso se amplía, es que algo no hemos hecho bien.
LA PUERTA ABIERTA
Ya hemos escrito y revisado nuestra novela, así que ya ha llegado el momento de abrir la puerta y mostrarla a nuestro lector de pruebas. En el caso de Stephen contaba con su esposa, Tabitha, también escritora y alguien fundamental para su carrera. Sin ir más lejos, Tabitha fue quien rescató Carrie de la papelera tras un arrebato de desesperación de su esposo. Y Carrie fue la novela que le permitió a King dedicarse por completo a la literatura.
Ese lector de pruebas (también llamado lector beta o lector cero) debería valorar, fundamentalmente, dos aspectos:
- El ritmo, que la narración progrese a una velocidad adecuada. Ni tan rápida como pretenden las editoriales, ni tan lenta que aburra al lector.
- La correcta introducción de los precedentes. Tiene que ver con la lógica de los acontecimientos y motivaciones. Son los hechos y vivencias que ocurren antes de lo que se nos cuenta en la novela y que, por supuesto, son el punto de partida de la historia. Stephen aconseja introducirlos con la mayor rapidez.
En este apartado me llamó la atención que afirme que no le gustan los flashbacks ni los inicios in media res. Se decanta por un comienzo más pausado y una historia que se base en lo que va a suceder y no en lo que ya ha pasado. Bueno, ni qué decir tiene, que cuando leí este libro busqué una de sus novelas. El Resplandor fue la que tenía más a mano. Pues bien, las primeras cien páginas de esa famosa novela son flashback y recuerdos. En ellas, la acción se reduce a una entrevista de trabajo para el puesto de vigilante de hotel, a su hijo Danny esperando su regreso, a una salida con este al supermercado y a una escena de Wendy en la cama, después de hacer el amor.
Por supuesto que entre el consejo y la novela han pasado más de veinte años. Pero esto es un ejemplo de que teorizar sobre narrativa es muy complicado, no hay verdades absolutas e incluso el propio King reconoce haber cometido varios de los pecados de los que nos previene.
La gran pregunta final: ¿se puede aprender a escribir?
¿Recordáis que al principio decíamos que King consideraba la escritura como un don? Bien, así es cómo debemos comprender una de las afirmaciones más polémicas:
«La práctica y el estudio solo pueden conseguir que un escritor aceptable se convierta en buen escritor»
Stephen King
Es por ello que no cree demasiado en los talleres de escritura. De hecho, se muestra hasta irónico, pues considera que sus mayores ventajas son:
- Confraternizar tu afición con otros que no ven raro dedicar tu tiempo libre a pasarlo en un mundo de sueños, y
- Servir de salida profesional al 95% de escritores que no pueden vivir de la literatura.
Por supuesto, esta afirmación es muy debatible. De hecho, él mismo fue profesor de Narrativa. Pero como estoy seguro que cada uno de vosotros tendréis vuestra propia opinión es momento de poner aquí el punto final para leerlas.
¡Saludos tinteros!
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Qué buenos consejos nos regala King a quienes intentamos esto tan complicado de escribir. Me ha gustado mucho esta entrada, y eso que no es de mis escritores preferidos. Siempre he tenido algo de "complejo", lo confieso ahora, porque cuando he intentado hacer un borrador esquema con la trama argumental, con fichas sobre las característica de los personajes, y un largo etc... de reglas para escribir una novela... los mejores capítulos según mi criterio, son con los que me he dejado llevar por la intuición sin pensamientos preconcebidos. Por eso, al leer que dice: "la trama tiene un valor igual a cero y que desconfía de argumentos o sinopsis previas", he lanzado un suspiro de alivio. 😉
ResponderEliminarSupongo que cada maestrillo tiene su librillo, y a él, desde luego, le funciona el método.
Gracias, amigo David, por otra (y ya van cien), de tus estupendas entradas.
Gracias, Isabel. Se dice mucho eso de ser escritor de mapa, planificador, o de brújula, donde te lleve la inspiración. Como en tu caso quizá estoy más cerca de King que de una planificación previa exhaustiva. En una ocasión me propuse hacer una ficha de personaje y me quedé tonto. ¿Cómo crear un personaje que no has visto en acción? Aunque todavía no he escrito una novela, digamos que estoy en proceso, soy más un intermedio. Me planteo la idea de partida y voy escribiendo y planificando a la vez, necesito "ver" lo que pasa y conforme voy viendo me voy planteando el futuro. Un abrazo!
EliminarHola David, genial entrada sobre King. Me resultó una sorpresa el saber que él no sigue los "parámetros" normales o aceptados para el proceso de escritura. Es refrescante conocer sus puntos de vista y consejos. Gracias por toda esta información que como siempre, nos presentas de forma muy amena y clara. Te dejo un abrazo.
ResponderEliminarHola Tigrilla, vengo de leer tu relato del "Hijo de Quepsald" ¿Lo escribí bien? Y te cuento que quedé gratamente impresionado. Y a pesar de ser fantástico, está tan bien narrado que todo me lo creí ¿qué tal? El problema es que no pude comentar en tu blog porque la plataforma no me lo permite. Es una lástima, de verdad. Por mi parte estoy a tus órdenes en www.tigrero-literario.blogspot.com
EliminarGracias, Ana. A partir de este ensayo se han escrito muchísimas entradas en muchos blogs de narrativa, aunque normalmente se omite esa parte intuitiva por razones obvias. Si no se puede enseñar a escribir, ¿de qué sirven las escuelas de escritura? En mi caso, aunque todavía no he escrito ninguna novela, quizá me situaría en un punto medio: planificando sobre la marcha. Pero siempre escribiendo, si no escribes no hay nada y a veces planificar se convierte en procrastinar. Un abrazo!
EliminarHola.
ResponderEliminarQué comsejos tan buenos, este post se merece un lugar a mano par areleerlo. Tomo nota de todo, pero en especial de los consejos para escribir diálogos, que es lo que más me asusta.
MUy feliz tarde.
Gracias, Gemma. Pues te recomiendo que leas este ensayo, allí recoge muchos ejemplos de lo que es un mal diálogo que resultan geniales para afinar el tacto en ese apartado narrativo. Un abrazo!
EliminarMe ha encantado leer este resumen del ensayo de King. Yo sería incapaz de planificar la historia de una novela antes de escribirla. Creo que si alguna vez me planteara escribir una, empezaría a hacerlo y dejaría que fuera saliendo de entre mis dedos. No quiero decir que me dedicara a la escritura automática típica de surrealismo, pero sí que escribiría sin un plan concreto. Y también estoy de acuerdo en que el tema es algo que sale de la novela, no la novela la que deba adaptarse a un tema.
ResponderEliminarGenial entrada y muy trabajada.
Un beso.
Gracias, Rosa. Aunque no he escrito ninguna todavía, he probado ser planificador y brújula. La verdad es que no me sentí cómodo con los dos métodos. Planificar una trama o caracterizar un personaje en abstracto me resultó imposible, como si un ciego intentara describir un color. Pero tampoco me va el " a lo que salga". Lo que hago es planificar sobre la marcha, dedicar mientras voy en el metro a imaginar posibles derroteros a corto y medio plazo, algo básico, y luego, cuando tengo tiempo de sentarme a escribir partir de ahí para ir desarrollando la escena mientras veo a los personajes en mi cabeza como si fuera una película. Un abrazo!!
EliminarMe ha encantado lo que nos cuentas que piensa este señor. Solo a un escritor de su altura le está permitido cargarse tantos tabús sin que te tiemble el pulso.
ResponderEliminarGracias.
Un abrazo.
Gracias, Macondo. Sin duda que alguien como King puede decir lo que le venga en gana, ja, ja, ja... La verdad es que es una lectura muy recomendable para todos aquellos que escribimos. Un abrazo!
EliminarMe identifico con la mayoría de los puntos. Pero hay unos pocos que pueden ser discutidos. Por ejemplo, yo era uno que , al igual que King, creo que el escritor nace, por tanto pensabe (al igual que el Maestro) que los talleres de narrativa no son necesarios... Hasta que tuve en uno. De hecho, la contradicción es tal que si así fuera, King no hubiese escrito ese libro ¿Acaso un libro acerca de como escribir no es en sí mismo un taller de escritura impreso en papel? ¿Y qué decir de un blog como el Tintero, que es una suerte de taller de escritura en la blogósfera?
ResponderEliminarGracias, Alí. Es más, King fue profesor de Narrativa! En la entrada no entro a valorar lo que opina King en su obra, pero como en tu caso discrepo en varias cosas. Quizá comparto con él que la escritura sea un don, como puede ser contar chistes: o tienes gracia o no la tienes. Pero es que pienso que todos los que se toman en serio la escritura lo tienen. Yo he leído muchos libros de narrativa y consulto asiduamente blogs de profesionales de la misma. Pensar que solo leyéndolos ya aprendo el contenido es absurdo, yo lo veo más como una musiquilla que se te va quedando y que poco a poco adaptas a tu escritura casi de manera inconsciente. Es como aprender ortografía, cuando la dominas la aplicas automáticamente, sin plantearte en cada palabra si es llana, aguda o esdrújula. Pones la tilde sin pensar. Con la narrativa creo que pasa algo parecido. Te agradezco mucho el comentario. Un abrazo!
EliminarUna gran entrada David.
ResponderEliminarUn saludo.
Gracias, Ángel. Un abrazo!
EliminarHola David, Wao, eres incansable...
ResponderEliminarVeo que hay material muy interesante aquí y amerita más tiempo y atención su lectura, siempre nos descubres un universo mas interesante que el de Marvel, ja, ja.
Coincido con King, en que a veces no se gana si las cosas hay que forzarlas o encajarlas tanto, la soltura natural y el don, suelen ser las mejores herramientas para todo en la vida, lo demás es decorativo.
Incluso a veces por recibir tantas influencias y querer perfeccionarse tanto de acuerdo a las reglas, perdemos esa chispa y gracia natural para hacer las cosas que antes eran nuestro mejor sello de presentación.
Aunque es bien claro que se aprende a mejorar sobre la marcha, también es muy bueno escuchar para aprender de otros, pero lo ideal es hacerlo sin perder nuestra esencia, sentirnos cómodos e identificados para poder fluir. Como siempre digo, coger y dejar... sin perder nuestro estilo propio.
Te dejo un abrazo tropical.
Gracias, Harolina. Todavía no he escrito una novela, así que no sé si mi opinión tiene validez, pero creo que la clave es como explicaste en una de tus últimas entradas entregarse a algo con los cinco sentidos. Planificar y pensar en la novela las 24 horas, pero sin olvidarnos de escribirla, siempre habrá tiempo de corregir el rumbo o adecentar la escritura, pero si no hay nada escrito tampoco habrá nada que corregir o rectificar.
EliminarEl peligro de lo que comentas viene cuando tras ese deseo de perfección se esconde una procrastinación pura y dura. Como dices, primero vamos a embarcarnos que luego ya habrá tiempo de pensar a dónde vamos. Un abrazo!
Vaya al tipejo que nos traes hoy, David. La verdad es que los métodos de King están en todos lados. Es un autor que se tercia mucho a ello. Pero también es un autor con sello propio en todos los sentidos, incluido en el tema que tratas. Es interesante cómo este genio tiene unos métodos que difieren de muchos otros. Eso es fantástico, porque en base de las diversas experiencias de todos los genios que se tercien podemos hacer un compendio de métodos y practicar cuál nos va mejor. Hay algunos con los que he enfatizado, otros que no tanto pero que me han parecido muy interesantes y más viniendo de una persona tan cuidadosa en sus escritos.
ResponderEliminarMuchas gracias por compartir, David. Me ha encantado este desgranaje de este genio.
Un abrazo!
Gracias, Pepe. Desde luego que esta entrada no es la más original del mundo, ja, ja, ja... Como bien apuntas los consejos que incluye King en este ensayo puede ser la entrada más publicada en la blogosfera literaria, salvo, eso sí, su particular opinión sobre las escuelas de escritura por motivos obvios.
EliminarComo tú, pienso que leer teoría de Narrativa es algo muy útil, aunque esos conocimientos nunca se adquieren de inmediato, es como la ortografía, solo leyendo sobre las reglas del idioma poco a poco las vas interiorizando hasta que llega el día en el que las aplicas de manera inconsciente. Un abrazo!
Un libro para disfrutar. Digo, para saber de alguien que ha escrito mucho y que ha logrado, mientras escribe, el rechazo de amigos y compañeros .Y el reconocimiento de un público que lo ama y respeta. Sirve para que descarguemos algunas opiniones acerca de un hombre que vende, cuyas historias se convierten en películas. Sirve para quitarnos de encima muchos tabús, para deslastrarnos de ñoñerías sobre el hecho de escribir y ser vistos como escritores o como bichos raros. Sirve para reconocer que Stephen King es un hombre culto que se burla muchas veces de los académicos, pero que los respeta mientras él sigue su curso. No le hace caso a nadie No necesita ser líder para creer en el mismo.
ResponderEliminarAsí me está pasando con Stephen King.
Mientras escribo podría servir de herramienta de trabajo para quienes quieran aprender a escribir viviendo, muriendo o soñando. O para pasar unas horas conociendo el mundo de un tipo que escribe. Así de sencillo. Lo toma o lo deja, como todo.
En “Escribir” aconseja lo que muchos hacen en los talleres literarios: leer mucho y escribir mucho. Aconseja no ser tan farragoso. Habla de los escritores de estilo sencillo y poco rebuscado. Y evitar la voz pasiva, así como los adverbios de modo, entre otras tantas recomendaciones
Y para casi finalizar: “Vivir”. Sí, vivir mucho, vivir a plenitud, hasta poner la vida en peligro. Vivir para respirar las novelas, para escribirlas. Un abrazo para vos
Mucha
Gracias, Mucha. Se nota que te has leído alguna vez la obra de este autor y este Mientras Escribo en particular. Un comentario que sintetiza todo lo que podemos encontrar en ese libro, que, como mencionas, relativiza muchos dogmas. En mi opinión, un escritor lo primero que tiene que cumplir es entretener al lector, darle una historia en la que pasen cosas y en la que los personajes reaccionen a las mismas. Sin luego, además, logra cierta resonancia o profundidad bienvenido sea. Pero normalmente quien se plantea una novela con la idea de ofrecer un mensaje profundo es posible que el resultado sea un tostón de tomo y lomo. Un abrazo!
EliminarSolo he leído dos libros sobre consejos de escritura por parte de escritores reconocidos: "Cartas a un joven novelista", de Vargas Llosa, y este de mi amigo Stephen, tal como le definí en uno de mis antiguos relatos, je,je. Esta obra me encantó, y no solo por conocer sus difíciles inicios como escritor, sino porque me sentí muy identificado con sus consejos y opiniones, ya que yo soy muy anárquico a la hora de inventar y escribir una historia. Nada de planificación ni de guión previo, pues cuando empiezo a escribir una historia solo tengo de ella unas cuantas pinceladas y la voy desarrollando sobre la marcha, improvisando, sin saber si quiera cómo terminará. Siempre había creído que ello era algo errático, propio de alguien que no sabe montar una historia de principio a fin, de forma organizada y coherente. Me sorprendió, por lo tanto, y a la vez me alivió, ver que me parecía (solo en esto) al maestro del terror que tanto admiraba, ja,ja,ja.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias, Josep. De momento solo puedo opinar en mi faceta de escribiente de relatos. Y reconozco que en este caso solo me pongo a escribir cuando tengo claro un planteamiento "a un tipo le pasa esto" y "un final". Por supuesto no siempre, pero cuando tengo claras esas dos cosas la escritura fluye sola al saber de dónde parto y a donde me dirijo. Pero solo eso. Te aseguro que alguna vez he intentado hacer una ficha de personaje y me he quedado tonto. ¿Cómo conocer a alguien que ni siquiera has visto? Dos pinceladas y me sobra todo lo demás que ya irá saliendo sobre la marcha. Un abrazo!
EliminarPalabras mayores Stephen King. Leí "Mientras escribo" en su momento y realmente es muy recomendable. Muy curioso también conocerle en sus inicios. Me ha encantado esta entrada, David. Has hecho un resumen perfecto de la filosofía y el método de Stephen King. Para guardar y volver a ella de vez en cuando. Besos y mil gracias.
ResponderEliminarGracias, Marta. Dado que no soy nadie en la escritura ni tengo ninguna preparación académica en ella intento llenar este espacio con estos resúmenes de quienes han demostrado sus conocimientos. Y desde luego que King es uno de ellos. Un abrazo!
EliminarHola David. Que ganas de leer el libro me han entrado. Como de costumbre, excelente tu articulo.
ResponderEliminarUn saludo y buen fin de semana.
Gracias, Pedro. Es uno de los dos libros de Narrativa que siempre recomiendo. El otro, que también traje al blog, es La práctica del relato de Ángel Zapata y que también te recomiendo. Un abrazo
Eliminar¡Hola, David!
ResponderEliminarLa facilidad y el don que tiene el maestro King en su prolífica carrera pudiera estar detrás de las críticas hacia su literatura que siempre me parecieron elitistas y algo desproporcionadas. Es como decir que la gente es estúpida por comprar y disfrutar con los millones de ejemplares vendidos. Respecto a la hora de afrontar la escritura me parece tan válida la opción de ir sin brújula, como la de ir con algunos personajes preparados o con una idea de lo que se quiere desarrollar. Siempre habrá tiempo para la improvisación y para crear situaciones que son las que divierten al propio escritor. Considero dos cosas importantes: una, escribir sobre lo que te gustaría leer y la segunda, recortar e incluso más del 10 por ciento -¿quizás un 25?- sobre el primer borrador de cualquier texto escrito.
Un gran abrazo y a seguir cerrando la puerta ;)
Gracias, Miguel. Es que la envidia no es ajena en ningún ámbito de la vida, y me parece que en el mundo de la novela es el primer pecado capital entre escritores, ja, ja, ja... Te aseguro que ser Dan Brown, por ejemplo, no me importaría en absoluto. Y es que escribimos para que nos lean y aspiramos a que escribir pueda ser nuestra ocupación profesional, sobre todo para poder dedicarle todo nuestro tiempo.
EliminarComo bien dices, es imposible decir que un método es mejor que otro. Es algo tan personal que solo el propio autor será capaz de elegir cuál se ajusta a su manera de escribir.
Desde luego que un 25% también sería un buen porcentaje reductor. Y es que tenemos que tener cariño a nuestros escritos, pero también ser implacables con la tijera y saber que siempre podemos expresar lo mismo de manera más precisa. Un abrazo!
¡Hola, David!
ResponderEliminarSoy muy fan del maestro King y todo lo que lea sobre él, me fascina. Por tanto mil gracias por esta entrada. Me ha resultado tan interesante que voy a estar un ratito dándole vueltas a lo que acabo de leer. Total, últimamente duermo regular...
Un fuerte abrazo.
Gracias, Mamen. Pues casi te diría que me alegra que al menos te haya dado un entretenimiento para ese insomnio, aunque ojalá pronto duermas como se debe y a pierna suelta. Un abrazo!
EliminarEstoy absolutamente de acuerdo en todo, claro que ¿Cómo no iba a estarlo? Pero yo soy mucho de palabra a palabra, con la puerta cerrada y donde poco importe el tema. Aunque he de reconocer que tampoco me sale igual que a King jejejejeje
ResponderEliminarSé que Stephen King es un maestro de los grandes, pero sus novelas no tratan -siempre- los temas que me atraen en mis lectura; pero las adaptaciones cinematográficas de sus textos, creo que son geniales. No sé, es como si escribiera para el cine... Pero es sólo una opinión más porque conozco a alguno/a que se pirra por sus textos.
Un fuerte abrazo Diavid. Gracias por tus entradas.
Gracias, Macarena. Ahora que nadie nos oye, te reconozco que King tampoco es un autor que me vuelva loco. Atraparme lo que se dice atraparme solo lo logró con El resplandor y La zona muerta. Como dices, es muy visual y desde luego que con el paso de los años ha reforzado esa característica, tanto como ha corregido muchos de los vicios de escritura que él mismo denuncia. Por ejemplo, no sé si por la traducción, pero El Resplandor está plagado de adverbios acabados en -mente, sobre todo en los diálogos. Un fuerte abrazo y a gracias a ti por leerlas!
EliminarUna entrada muy buena, David, que invita a leer este clásico a todos los que quieran iniciarse en la escritura. Está obra me gustó mucho en su momento, cuando cayó en mis manos, más que nada por su estilo tan directo y cercano. Luego sus opiniones y consejos, algunos aparecen también en la obra de Zapata, que David ya recomendó en otro artículo, así como en las obras de otros autores de reconocido prestigio. Imagino que cada uno va creando su pequeña caja de herramientas para el día a día en la escritura, sea con relatos o novelas, utilizando los que le son más útiles y desechando el resto, vengan de donde vengan. Otra cosa es convertirse en un creador de novelas superventas que los fabrica como churros como King, eso ya es harina de otro costal.
ResponderEliminarPor otro lado, para aquellos interesados en el género del Terror. En 1981 escribió un ensayo sobre la Ficción de Terror en la literatura, la prensa, la radio... y sobre cómo este género ha influido en la cultura actual, que fue galardonado al año siguiente como "mejor libro de no ficción" en los Premios Hugo. Su título es Danza Macabra.
https://es.wikipedia.org/wiki/Danza_macabra_(libro)
Muchas gracias por el artículo, David. De gran calidad, como bien nos tienes acostumbrados.
Un abrazo.
Gracias, Carles. Te agradezco muchísimo ese aporte que nos facilitas y que enriquece el contenido. No conocía esa obra, y si duda voy directo a ella.
EliminarComo bien dices cada autor nos aporta su forma de entender la escritura y cómo la aborda, algo que siempre es bueno leer para los que nos iniciamos para comprobar los múltiples caminos que existen para llegar a una buena historia. Por supuesto, no es una ciencia exacta y cada uno de nosotros poco a poco vamos encontrando el método con el que nos sentimos más cómodos.
Por supuesto, leyendo teoría narrativa no vamos a convertirnos en superescritores, es imposible aplicar el contenido de inmediato, pero si nos hacen pensar "en narrativo", darnos cuenta de una serie cosas a la hora, sobre todo, de revisar nuestro borrador para intentar ponerle las cosas fáciles al lector. Un abrazo!
Me encanta esa visión de la escritura de King que comparto plenamente y responde a una idea que tengo en la cabeza desde hace tiempo: "cuando escribes, déjate llevar":
ResponderEliminarEl símil que más me gusta es con el jazz, ir hasta donde te lleve la música. Yo cuando estoy espeso, intento hacer lo que hicieron los grandes del jazz, coger un viejo tema de Broadway o del cine y descomponerlo hasta hacer otra cosa, diferente a lo previo. En mi caso uso mis propias viejas entradas y las modifico hasta hacerlas diferentes. A mí me da buen resultado.
Un abrazo, David
Gracias, Doctor. Aunque no soy nadie, la verdad es que también comparto lo que comentas. A veces queremos ser demasiado perfeccionistas y tenerlo todo bien planificado antes de comenzar a narrar y corremos el riesgo de perdernos en ello. Como dice King, escribe aunque luego lo borres o corrijas por entero, pero es que si no tienes nada escrito ¿qué vas a corregir? La clave, pienso, es partir de una idea y no tener miedo a ponerte a "verla" en tu cabeza. Es meterte de lleno en ella. Un abrazo!
Eliminar¡Hola, David! Me ha encantada este artículo. Me ha resultado muy enriquecedor, ayudado a organizar muchas ideas y me ha dado respuestas a ciertos aspectos que me preguntaba sobre mi método de escritura. Lo guardaré como referente porque seguro que volveré a él en más ocasiones. Estupendo aporte.
ResponderEliminarUn abrazo :)
Gracias, M.A. Bueno, en las cosas de escribir pienso que cada uno va adquiriendo su propio método, y eso es algo muy personal. Aunque es verdad que chismorrear sobre cómo lo hacen los grandes siempre es algo enriquecedor. Un abrazo!
EliminarHola, David,
ResponderEliminarMe ha encantado lo de cerrar la puerta... Me siento identificada aunque reconozco que tengo una rendija por donde aún pasa algo de ruido y por la que echo un vistazo de vez en cuando al mundo exterior... En algunas cosas reconozco que sigo sus pautas, aunque ni siquiera trabajo de la misma manera en función de lo que escriba. A veces muy organizada y otras anárquica... Me va eso de la intuición....
Espléndida y como siempre trabajada entrada que he leído con mucha atención. No soy una gran lectora de King pero eso no tiene nada que ver con sus capacidades como escritor sino con mis gustos como lectora.
¡Enhorabuena, David!
Gracias, Matilde. Cada uno tenemos que adaptarnos a nuestra situación y a partir de ahí gestionar esa puerta, ja, ja, ja... Pienso que cada historia tiene su forma de escribirse. En mi caso, por ejemplo, hay relatos que solo me pongo a escribir cuando tengo claro un final, en otros hasta que no me he documentado un poco, y los hay que comienzo a escribir a lo King para ver a dónde me lleva el planteamiento, aunque luego lo reescriba por completo. Un abrazo!!
EliminarDe los pocos autores que conozco. En esta entrada he aprendido más aún. Si yo cierro la puerta, me sacan a patadas. xD Una maravilla, David. Gran trabajo.
ResponderEliminarGracias, RR. Ja, ja, ja... Fíjate que yo escribo en el sofá del comedor, y las puertas están todas abiertas. Cada uno tenemos que adaptar esa metafórica puerta cerrada a nuestras circunstancias. Un abrazo!
EliminarUna entrada que la he rumiado de principio a fin. Con decirte que la leí y la dejé reposar, no seis meses. Al volver sobre ella me he dado cuenta que es una referencia. Para tener cerca y revisar una y otra vez.
ResponderEliminarHace años leí el libro y, la verdad, no le saqué tanto jugo. Creo que la lectura depende del momento del lector.
Escribir a puerta cerrada, el ¿Y si...?, ser honesto y dejarte llevar, van conmigo.
Escribir seis horas, 2000 palabras, durante tres meses, se lo dejo a los profesionales. Nunca he aspirado a ello. Es el talento, como dice King, que te lleva a ello aunque los dedos sangren.
Un fuerte abrazo, David.
Gracias, Pilar. El número de palabras por día es sin duda muy relativo. Cuando tienes muy clara la historia las palabras salen solas, cuando no, llegar a cien palabras es un horror. Pienso que lo principal es tener claro un objetivo y centrarse en él. Pensar si queremos escribir un relato o novelas, plantearnos unos días o meses para ello, y durante ese tiempo "vivir" la historia durante las 24 horas del día. Aprovechar el viaje en el metro para ver posibles desarrollos, cuando vamos a la cama dormirnos pensando en la última acción escrita del personaje y ver la continuación en nuestra mente. De esa forma lograremos el objetivo. Un abrazo!
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