GALA DE PREMIOS 41ª ED. LA CASA DE LOS ESPÍRITUS DE ISABEL ALLENDE.

¡Bienvenidas, bienvenidos a esta gala de premios en homenaje a La casa de los espíritus de Isabel Allende! Me presento, mi nombre es Clara, como sabéis, tengo cierta sensibilidad que me lleva a comunicarme con el más allá. Muchos son los espíritus que día tras día me acompañan y todo ello lo escribo en mi cuaderno de anotar la vida. Casi siempre, prefiero a mis espíritus antes que a los seres de carne y hueso, pues estos no se conforman con lo poco, o mucho, que las vida les pueda dar y se dedican a hacer el mal para ambicionar lo que no pueden poseer por cauces normales. No soporto a la gente interesada, ni a la gente egoísta, ni tampoco a los que hacen trampas porque sí. Por eso me quedo con lo que el más allá me ofrece. En esta edición del concurso, los espíritus, mis amigos, se han sentido muy reflejados en los escritos que han leído. Ellos me acompañan siempre y son la esperanza que mi vida en vida tiene; cuando muera, ellos serán también los que me acompañen. Hoy, mis espíritus

DIEZ DÍAS DE ABRIL | Enrique Bravo

 



¡Saludos Tinteros! Hoy damos la bienvenida a un nuevo integrante de la comunidad del Tintero. Su nombre es Enrique Bravo y en su primera participación ha colocado el relato La sonrisa del muerto en la quinta posición. Nada mal, ¿verdad? Enrique es un viejo amigo mío. Lo conocí allá por el año 1982, si los cálculos no me fallan, en un 1º de EGB del que apenas me quedan recuerdos, y si bien desde entonces nuestros caminos se han alejado y acercado en no pocas ocasiones, como barcos que siguen diferentes derrotas en la carta náutica de la vida, ahora retomamos la vieja amistad gracias a nuestra pasión común por las letras. ¿Queréis conocerlo un poquito mejor? Pues no lo hagamos esperar más. Dinos, Enrique, ¿qué te cuentas?


DIEZ DÍAS DE ABRIL, de Enrique Bravo 



¡Saludos a los lectores del Tintero de Oro! 

Me gustaría aprovechar la oportunidad que nos brinda esta maravillosa comunidad literaria para presentar mi libro «Diez días de abril» y su secuela «La rosa entre la lluvia».

TINTERO: ¿Cómo nació la idea?

ENRIQUE: Cuando todavía iba al colegio solía basarme en vivencias cotidianas, tales como una excursión al campo o alguna película de aventuras que hubiera visto en el cine, para escribir cuentos que luego leía a amigos de mi edad. También me gustaba reescribir libros haciendo a estos mismos amigos protagonistas. Recuerdo que lo hice con «Diez negritos», de Agatha Christie, y nos reímos un montón en clase jugando a que Fulanito era el juez y Menganito el médico, por ejemplo. Ya en el instituto, el viaje de fin de curso supuso el primer contacto con la adultez para chavales que, en los noventa, no estaban tan espabilados como los de ahora, así que podéis imaginar cuán inspiradores fueron para mí aquellos días lejos del control de mis padres y rodeado de mis mejores amigos. Si de un domingo en el campo te sacaba una historia de cincuenta páginas, pues de diez días en Italia ni te cuento…

T: ¿Cómo fue el proceso de escritura?

E: Estuve escribiendo durante meses (entre 1993 y 1994) en un viejo ordenador 386 y, al terminar, imprimí directamente el resultado en una matricial de agujas. Fueron más de trescientas páginas en formato A4, porque por aquellos años no tenía ni idea de lo que era un borrador. Inocente de mí, pensaba que un libro estaba completo al primer intento y no había que revisarlo más. Lo leyeron algunos amigos, a los que se lo presté, y también mi hermano pequeño Álex, que encontró el manuscrito y se lo leyó sin mi permiso. Las primeras críticas fueron del estilo de «parece un libro de verdad» y «está bien para tu edad». Como no tenía pinta de optar al Premio Planeta de ese año, decidí coger mi «libro de verdad que estaba bien para tener diecisiete años» y esconderlo en un cajón para los restos. O blanco o negro, ¿para qué quieres los grises cuando eres un adolescente?

Durante una mudanza en 2022, observando aquel tocho que cogía polvo y empezaba a parecerse a un objeto de interés arqueológico, supe que tenía que tomar una decisión: o lo tiraba a la basura o lo exponía al público. Sin medias tintas, nunca mejor dicho. Así que me líe la manta a la cabeza o me tiré a la piscina o cualquier otra expresión manida que se os ocurra y comencé a recabar información sobre la auto publicación, pues para nada me veía preparado para lidiar con una editorial y había leído que no solían aceptar manuscritos más que de autores reconocidos. Entonces descubrí Amazon y tomé la decisión animado por Noemí, mi mujer, que es la que suele intentar subirme el ego frágil de escritor atormentado que suelo arrastrar por ahí.

Luego comenzó el trabajo duro: al no conservar el archivo original del manuscrito que escribí en WordPerfect (madre del amor hermoso, ¿todavía existe eso?) tuve que revertir todo el proceso, esto es, escanear página por página para poder iniciar la revisión en el ordenador. Supuso una trabajera considerable, porque la tinta se había debilitado con el tiempo y el lector del escáner mezclaba palabras, sustituía letras por símbolos y desastres peores que prefiero ni mencionar. Pese a todo, logré escanear el libro entero, aunque tuve que reescribir más de un párrafo, meter la tijera todo lo que pude y suavizar algunas expresiones que en los noventa no estaban tan mal vistas como lo están ahora. En aquellos años no nos ofendíamos con tanta facilidad.

T: ¿Cómo preparaste la portada? ¿Recurriste a lectores beta o profesionales?

E: La portada la diseñó mi mujer, quien desde el momento en que decidí publicar se ofreció a realizarla. Ella tiene un sentido artístico más acertado que yo, por no decir que tengo un gusto pésimo para combinar colores y esas cosas. Ella fue también la única lectora beta de la versión definitiva. Para el segundo libro recurrí de nuevo a ella para la portada y la primera lectura, además de a un par de amigos a quienes tengo en buena estima en cuanto a cultura literaria para que me ayudaran a revisar el manuscrito.

T: ¿Qué situaciones y personajes podemos encontrar en la novela?

E: «Diez días de abril» es una historia de adolescentes contada por uno de ellos. A pesar de que la revisé a conciencia puse mucho empeño en no superponer mi voz de adulto cuarentón ya largo a la del chico de diecisiete años que escribió la primera versión. Como me dijo un buen amigo, no es lo mismo que la historia la cuente un hombre que rememora su adolescencia a que lo haga un joven directamente. El segundo enfoque me pareció más apropiado. Aun así, la novela no es en sentido estricto un libro juvenil, por más que en Amazon esté catalogado como tal por cuestiones de diferenciación.

Narra la historia de Edu, un chico tímido que no está contento con su vida ni con las limitaciones que se impone a sí mismo al darle tantas vueltas a las cosas. Él desea pensar menos y actuar mucho más. Tras años colgado de Estela, una compañera que ya le ha dado sobradas muestras de que no tiene nada que hacer, se ha empezado a fijar en otra que, para su desgracia, no va a acudir al viaje de fin de Bachillerato que organiza su instituto. Edu se ha autoconvencido de que ese viaje va a ser un punto de inflexión para él. Conforme pasan los días y se suceden las situaciones se va obrando el cambio y comienza a comportarse de un modo más acorde con la imagen que quiere tener de sí mismo. Lo que no se imaginaba era que al compartir tanto tiempo con Estela iba a resurgir ese amor idealizado que nunca se fue del todo. Así empieza la lucha de su nuevo yo por conquistarla en una especie de cuenta atrás antes de volver a casa.

El viaje físico y espiritual de Edu es el eje de la narración al que se van añadiendo las peripecias de algunos de sus compañeros, incluyendo la diatriba de su mejor amigo, Sebas, cuya novia se ha quedado en Sevilla y quien se verá tentado repetidas veces por Susana, una chica dicharachera y visceral que no se despega de su lado.

T: ¿Qué autores te influenciaron o te sirvieron de inspiración?

E: Digamos que en la época en que redacté el manuscrito yo ya había leído bastantes libros, muchos de ellos ni siquiera estaban indicados para mi corta edad. Mis padres siempre se preocuparon de que hubiera una buena dosis de literatura infantil y juvenil entre nuestros regalos de Reyes o de cumpleaños, pero yo no tenía suficiente y solía acudir a las estanterías de mi padre en busca de emociones más fuertes. Siendo niño me empapé de todo lo que escribió Julio Verne, que era mi autor favorito, y leí muchas novelas de detectives de Agatha Christie, Conan Doyle y Patricia Highsmith. En mi adolescencia leía más a los clásicos del siglo XX, sobre todo autores americanos como Fitzgerald o Grace Metalious. Era un enamorado del estilo desenfadado de «Verano del 42», de Herman Raucher, que creo que fue el título que más me influenció a la hora de escribir «Diez días de abril».

T: ¿Cuál ha sido tu trayectoria como escritor? ¿Tienes algún proyecto futuro?

E: Bueno, después de publicar la novela y vender unos treinta ejemplares (guau), hubo algunas personas que me empezaron a hacer preguntas acerca de algo que acontece en ella y que no puedo contar para no arruinar el final (espoilear me suena horrible). Entonces me dije: ¿y si les respondo con otro libro? La verdad es que me hacía ilusión seguir contando cosas de los personajes porque estaba muy encariñado con todos ellos. Así que en enero de 2023 me puse a escribir «La rosa entre la lluvia», secuela de «Diez días de abril» que se desarrolla en 2001, ocho años después del viaje de fin de curso, y que publiqué también en Amazon en septiembre pasado. Es un libro más adulto en todos los sentidos posibles y cuyo argumento quise que se pudiera seguir sin problemas incluso sin haber leído su precuela.

A principios de año me llamó la atención un concurso literario, Relato 48, consistente en escribir una historia corta a partir de un par de frases que te sugieren los organizadores tan solo 48 horas antes del cierre del plazo de presentación. Me presenté y no gané, pero quedé entre los finalistas y el relato salió publicado, lo cual me animó a atreverme más con un género que siempre me había gustado leer, pero en el que no había debutado como escritor. Gracias al blog de Bruno Aguilar, compañero de colegio y amigo de toda la vida, conocí El Tintero y me entusiasmó el proyecto y la idea de enfrentarme a desafíos periódicos que estimulan la creatividad y alientan la lectura.




En cuanto al futuro tengo varias ideas que quiero ir desarrollando con calma. Me encanta escribir, pero no es mi fuente principal de ingresos (gracias a Dios y a todo el santoral), así que lo que me apetece es ir disfrutando del proceso sin prisas ni agobios e ir mejorando como escritor, para lo cual esta bonita comunidad de El Tintero me parece fundamental, porque hay escritores muy buenos de los que aprender.

T: Para terminar, ¿dónde podemos comprar la obra y conocer más de ti?

E: Tanto «Diez días de abril» como su secuela están a la venta en Amazon en formato tradicional de tapa blanda (13 euros) y como e-book para Kindle (4,99 euros):



Sevilla, años 90. El instituto Esperanza organiza el tradicional viaje de fin de Bachillerato y el lugar elegido es Italia. Edu siente que la vida se le escurre entre los dedos: todos lo consideran un empollón aburrido que no sale los findes y las chicas no le hacen ni caso. Pero está decidido a cambiar todo eso durante el viaje. Con la ayuda de su amigo Sebas, experimentará una transformación que le brindará momentos inolvidables y el resurgir de unos sentimientos que creía parte del pasado y que le plantearán un dilema cuya resolución le dejará marcado para siempre.
Sinopsis de «Diez días de abril»




En 2001, los dieciséis años de Edu ya quedaron atrás. Con el fin de la adolescencia y la llegada de la edad adulta, los problemas se multiplican. La precariedad en su campo profesional lo empuja a emigrar a Escocia, poniendo fin de golpe a la estabilidad de su relación con Noelia, quien no puede acompañarlo. En Glasgow, las noches solitarias son más frías que nunca y pronto el recuerdo de Estela volverá para atormentarlo. Sus amigos tampoco están pasando por un buen momento: la propia Estela libra una batalla contra sí misma al verse incapaz de controlar sus impulsos y apenas reconocerse; Josema lucha por encontrar estabilidad laboral y se siente tan solo como Edu; el matrimonio de Sara se desmorona debido al carácter de su marido, y Susana se ve obligada a cuidar de su madre enferma con escaso apoyo de su novio. Sebas, a quien parece irle mucho mejor las cosas en todos los aspectos, decide pedirle matrimonio a Penélope y propicia así una excusa perfecta para retomar el contacto perdido con sus amigos del instituto. Lo que en un principio parecía una feliz reunión en la que Edu ve una última oportunidad para conquistar el corazón de Estela, acabará desenterrando conflictos entre todos ellos, y la fatalidad los situará en el centro de una trama que incluso pondrá en peligro sus vidas.
Sinopsis de «La rosa en la lluvia»


Tengo un blog que entre 2011 y 2018 dedicaba a redactar artículos sobre tecnología y software libre y que en la actualidad he reconvertido a la temática literaria. Allí publico relatos de cuando en cuando y noticias relacionadas con lo que voy escribiendo:



También mantengo perfil en Facebook, X (esa cosa anteriormente conocida como Twitter), Instagram, Amazon Autores y en Goodreads. En este último aparecen los libros que me voy leyendo, normalmente a pares: algún clásico y algún autor contemporáneo. En el momento de esta entrevista estoy con Salinger («El guardián entre el centeno») e Isaac Minaya Rubio («Obscu»).

Y poco más. Muchas gracias por la oportunidad de dar a conocer mi obra.



Muchas gracias por tu presentación, Enrique. La comunidad del Tintero te desea lo mejor en el fascinante y complejo mundo de la autopublicación. Nos encantará tenerte con nosotros en los próximos retos. ¡Un fuerte abrazo!
 
¿Y vosotros? ¿También queréis hablarnos sobre vuestro libro? Pues solo debéis enviarnos vuestro texto al mail eltinterodeoro@hotmail.com. Visitad la entrada Queremos que nos hables de tu libro para que os hagáis una idea de las cosas que queremos que nos contéis.

¡Saludos, tinteros!

Comentarios

  1. Muy interesante. Me gusta cómo rescató del polvo el primer libro, y cómo ha seguido escribiendo. Un autor que merece lal pena seguir. Gracias por compartir y enhorabuena para él.

    Un abrazo grande

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    1. Muchas gracias, Maripau. Me costó vencer el miedo a la exposición pública, pero me alegro mucho de haberlo conseguido. El placer de escribir y que alguien te lea supera por mucho esa leve incomodidad. Un abrazo.

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  2. Estupenda e interesantísima entrevista. Me ha encantado conocerte un poquito más, Enrique, y me ha parecido genial la peripecia de ese primer libro hasta llegar a publicarlo tantos años después. También me he sentido muy reconocida en esa pasión por la lectura desde bien pequeño y en el modo de escribir cuentos por entonces, también yo hacía algo parecido y coincido mucho con los autores que mencionas. Mucha suerte con este y todos los proyectos que vendrán. Nos seguimos leyendo en El Tintero pero luego daré un vistacillo por Amazon.

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    1. Gracias, Marta. Supongo que muchos de los que empezamos a leer a edades muy tempranas tenemos esa inquietud por la escritura. Ahora lamento haber pasado algunos años sin dedicar tiempo a escribir, pero me alegro de haber recuperado la pasión por hacerlo y de haber encontrado esta magnífica comunidad. Un abrazo.

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  3. Un placer conocer a Enrique, sin duda sus libros son interesantes. Echaré un vistazo. Gry, un abrazo y mucha suerte en este mundo literario.

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    1. Gracias, igualmente, Nuria. Nos leemos por aquí. Un abrazo.

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  4. Es genial que hayas rescatado esa novela juvenil y que te haya servido de trampolín para sumergirte en este fascinante mundo de la literatura. Tomo nota de ellos, y te deseo mucho éxito y una larga trayectoria! :)
    Un abrazo

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    1. Gracias, Maite. La verdad es que me pasé años redactando artículos sobre tecnología y ya casi me había olvidado del placer de escribir un relato. Revisar y corregir el borrador de «Diez días de abril» me ayudó a recordarlo y me impulsó a retomar la escritura de ficción. Un abrazo.

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  5. ¡Hola Bruno!
    Excelente entrevista que has hecho, la verdad sus libros tienen buena pinta, ha sido interesante conocer mejor al autor. ¡Felicidades para él por quedar entre los finalistas!
    Voy tomando nota de sus libros.
    Un saludo!

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  6. Feliz Navidad con los tuyos, que los disfrutéis a tope. El año 2024 venga gargadito de lo mejor para todos. Un abrazo.

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  7. Hola, Enrique, pues qué carrera literaria más larga, pintoresca y ardua. Sobre todo por ese primer libro y las peripecias que tuviste que hacer, pero se ve que la pasión va por encima del trabajo, y qué dure.
    Mucha suerte y éxitos y un fuerte abrazo!

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    1. Hola, Pepe. La verdad es que ni siquiera era consciente de cuánto echaba de menos escribir historias de ficción hasta que he vuelto a ponerme a ello. Como comentaba más arriba, lamento haber pasado años sin hacerlo, pero algún motivo habría. Dice la canción que nunca el tiempo es perdido. Muchas gracias por tu comentario. Un abrazo.

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  8. Hola Bruno y Enrique. Es curioso, yo también escribía mis primeros textos en word perfect e imprimí más de uno en una impresora matricial, y también me he peleado con la importación de caracteres extraños que hacían los procesadores de texto al leer esos archivos. Los tiempos han cambiado mucho y hoy en día tenemos mejores herramientas, pero aquellos años en los que no había internet, redes sociales ni móviles tienen un encanto particular. Como siempre digo, admiro a quienes se han enfrentado al reto de escribir un libro y han conseguido sacarlo adelante. Me pasaré por Amazon a echarles un ojo. Enhorabuena por el trabajo, Enrique. Un abrazo!

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    1. Hola, Jorge. Tienes toda la razón: ¡cómo han cambiado los tiempos! Y en la escritura también, por supuesto. Estoy seguro de que muchos de los que han leído el texto no han visto nunca una impresora matricial (o de agujas, como las llamábamos coloquialmente), ni saben lo que es el WordPerfect. Recuerdo que gasté un rollo de tinta entero en imprimir las trescientas y pico de páginas A4 que tenía el libro. Y la de horas que pasé tecleando y mirando la pantalla de fondo azul con caracteres blancos. Disfruté tanto escribiendo esa historia... En fin, que me pongo nostálgico. Muchas gracias por tu comentario. Un abrazo.

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