MICRORRETOS: A VUELTAS CON EL TIEMPO

¿Qué es el tiempo?, reflexionaba San Agustín. Si nadie me lo pregunta lo sé, pero si trato de explicárselo a quien me lo pregunta no lo sé. El tiempo es algo omnipresente en nuestras vidas. Un intangible del que no podemos abstraernos, que forma parte de nuestra experiencia cotidiana y resulta imprescindible para la vida en sociedad. Ordenamos nuestro día a golpe de reloj, definimos nuestra identidad a partir de la edad, sentimos el correr de las horas... Y, sin embargo, qué difícil resulta explicar su esencia, aprehenderlo con el pensamiento, reflexionar sobre su naturaleza. El tiempo no se puede ver ni sentir, no es un objeto físico y pese a ello lo medimos. ¿Y cómo puede medirse algo que los sentidos no perciben? ¿Qué miden los relojes? La esfera del reloj no es más que una unidad de referencia, una convención aceptada e interpretable para medir la duración de ciertos fenómenos o acontecimientos. Algo que ayuda a regular conductas coordinándolas con las de los demás o con proce

MEGAHISTORIAS EN MICRORRELATOS

—¡Hay hasta dinosaurios!
    —Ja, ja, ja… Así es, Matilda. Esta es una sala de máquinas de creatividad. Y en ella, gracias a todos los que han participado, han visto la luz ¡178 microrrelatos!
    —¡Qué pasada! —Matilda no para de mirar a un lado y otro—. ¡Pero si hay también robots! ¡Y una bomba de tiempo! ¡Y ratones!
    —Sí, hay muchas cosas. Porque a veces necesitamos enfrentarnos a lo desconocido. En ocasiones nos centramos demasiado en nuestros propios intereses e inquietudes y tendemos a escribir siempre sobre lo mismo.
     —La zona de confort.
  —Exacto, una zona cómoda, pero como todo lo que es cómodo, limitada por la frontera del aburrimiento.
    —Si no duele, no mejoras.
    —¿Qué?
    —Es lo que dicen cuando te rompes algo, si no te duele la recuperación es que no te estás curando.
    —Bueno, es un poco traído por los pelos, pero puede ser. 
    —Y si siempre escribes sobre lo mismo, sería como si lo hiciera un robot. Ja, ja, ja… ¡Qué tontería he dicho! Como si los robots supieran escribir.
    —Quizá no estamos demasiado lejos de eso.
    —¡Qué horror!
    —Tampoco es eso, de hecho, podemos utilizar los llamados generadores automáticos de argumentos para poner orden y literatura donde solo hay disparates. Y de hecho lo hicimos.

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    —¡Wow! Me encantaron, ¿y todos fueron creados así?
    —Todos toditos.
    —¿Y de qué iba este en el que aparece una bomba de tiempo?
    —¿Recuerdas que nos dijiste que te encantaban los continuará? Pues en este dejamos 32 continuarás que nos dejaron al borde del abismo.

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    —Pero ¡no me podéis dejar así! ¡Quiero saber cómo siguen!
    —Algunas historias continuaron en el blog de los compañeros que participaron.
    —No me los perderé, aunque me quede ciega de tanto leer, como dice mi padre, ja, ja, ja…
   —¡Ah! La ceguera tampoco es un obstáculo para disfrutar de la literatura con los podcast o los audilbros, y ¿sabes? tampoco necesitamos la vista para contar una historia. Como demostramos con este reto en el que teníamos que escribir un microrrelato narrado en primera persona por un personaje ciego.

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    —La de cosas que podemos percibir simplemente cerrando los ojos.
    —Así es, Matilda.
    —¡Anda! Este reto llamado ¿Y si…? ¿Tiene que ver con lo que decía Stephen King?
    —Más o menos, también con lo que vimos del Multiverso. En este reto propusimos plantearnos qué hubiera pasado si un hecho histórico no se hubiera producido o hubiera tenido un resultado distinto.
    —Vamos, escribisteis ucronías.
    —Unas estupendas ucronías.

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    —Matilda, ¿hay algo que te dé miedo?
    —¿A parte de la señorita Trunchbull? Humm, creo que no.
   —Pues quizá descubras alguno con este reto en el que nos inspirábamos en una fobia para escribir nuestro micro.

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    —¡Cuántas fobias hay! A ver, ahora que lo pienso quizá el único miedo que tengo es que un día no tenga un libro que leer. En mi casa solo hay libros de cocina y de coches. ¡No sé qué haría si no tuviera la biblioteca!
    —Bueno, quizá podamos ofrecerte algún que otro regalo para que eso no suceda.
    —¿En serio?
    —Totalmente, acompáñanos a la librería y luego nos enseñas tu superpoder.

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